El "Papu" con Lionel Messi y Rodrigo de Paul.
Agencias/Emol
Alejandro "Papu" Gómez fue uno más de los campeones del mundo con Argentina en Qatar 2022. Sin embargo, su carrera se fue a pique cuando en 2023 fue suspendido por dos años por doping.
El trasandino, ex Sevilla y Atalanta, entre otros equipos, consumió un jarabe para la tos de su hijo que tenía una sustancia prohibida.
El tema es que Gómez, que ya tiene 37 años, está a pocos días de poder volver a jugar. Su club ahora es el Calcio Padova, que está en la Serie B de Italia y confió en él.
Gómez, en ese escenario, dio una larga y potente entrevista. Explicó por qué decidió volver a jugar."
No sé si llamarlo revancha, pero el, el fuego ese que dice: ¿Por qué me tienen que retirar así del fútbol si yo no quiero? Y segundo, no es mi momento, eh...
Por qué lo van a decidir dos, tres personas de saco y corbata detrás de una oficina que jamás hicieron un deporte. El hecho de querer retirarme cuando yo quiera dentro de una cancha. Y segundo, también por ser un ejemplo para mis hijos y para muchos chicos y para personas que tal vez están pasando mi momento”, le dijo al periodista Julián Polo en su canal de YouTube.
El "Papu" contó que fue lo más fuerte: "Los primeros meses fueron duros, porque no entendía. No entendía por qué me pasaba a mí, por qué justo en mi mejor momento, en el momento más top de mi carrera, después de haber ganado un mundial. Entonces, decís: '¿Por qué?'. Pero bueno, la vida a veces te da estos golpes, estas sorpresas. Y sí, la pasé mal y tenía bronca con todo, con el fútbol, con el sistema".
El argentino no evadió su culpa en el tema: "
La responsabilidad fue absolutamente mía. El boludo fui yo en haber tomado un jarabe para la tos que no tenía que tomar. Pero tampoco para haberme comido dos años de suspensión. O sea, te pueden suspender, sí, cuatro meses, seis meses. Tomás cocaína, te fumás un porro y te dan seis meses, ¿entendés? Y yo por haberme tomado un jarabe para la tos de mi hijo, me comí dos años. O sea, ¿a quién le entra en la cabeza? Pero bueno, me la comí y acá estoy, peleándola. Sí, tuve mucha bronca, mucho enojo. Me costó ver fútbol al principio. No podía ver un partido de fútbol, apagaba la televisión. No podía ver una noticia. Para mí el fútbol había muerto".
Gómez cuenta que "puedo jugar a partir del 18 de octubre. El profe me mandó el programa. Mucho laburo aeróbico, mucho gimnasio. Y con ellos hago la parte de pelota. Yo no sabía si iba a volver a jugar. Lo veía muy lejano. Tenía en mente el retiro, por mi edad, tenía 35 años. Y traté de mantenerme entrenado".
También hubo tiempos para "palos" e indirectas: "Me sorprendió la gente que desapareció, pero también me sorprendió para bien la que apareció de la nada. Conocí más gente en estos dos años como exjugador que en los seis que estuve en Atalanta".
Finalmente, dejó una durísima reflexión acerca de fútbol: "No pretendo vivir de recuerdos. Lo que hice, lo hice. No soy mejor jugador porque fuí campeón del mundo. O mejor persona, entonces, fijate que entraste a mi casa y no había una foto mía jugando, una copa. Son lindos los recuerdos, pero creo que no se puede vivir de recuerdos. No puedo entrar a mi casa y ver un gol que metí hace 5 años. Para qué me sirve. Lo más importante es el presente".