Chile, por primera vez, será sede del Mundial de Ciclismo de Pista. El campeonato se desarrollará entre el 22 y el 26 de octubre en el velódromo de Peñalolén.
La selección nacional ya tiene a su equipo confirmado. Hay una historia que llama la atención. Una madre y una hija estarán con el uniforme de Chile.
Son Paola Muñoz y Javiera Garrido. Paola tiene una larga trayectoria. Entre otros logros, ha sido campeona nacional y panamericana en diversas pruebas. Registra, además, dos participaciones en Juegos Olímpicos y obtuvo un quinto lugar en el Mundial de Dinamarca en el 2010 en la prueba por puntos. También ha competido en el Giro de Italia y el Tour de Francia.
Paola tiene 39 años y su hija 19. Quería que Javiera fuese deportista, pero no pensaba que iba a ser ciclista. Su camino parecía ser otro. Desde muy chica, "Javi" destacó en los clavados, llegó a ser seleccionada chilena y sus profesores le auguraban un futuro brillante. Sin embargo, vino la pandemia, la piscina se cerró y comenzó el interés en la bicicleta.
"Eso fue en pandemia y hoy poder vivir este proceso juntas es algo indescriptible, lo estoy aprovechando al 100, transmitiéndole toda mi experiencia y dándole esa contención, uno cuando es más chico genera ese nerviosismo, ese entusiasmo, esa incertidumbre por lo que le va a tocar vivir", le comenta Paola a Emol.
El ciclismo marca la vida familiar. Gonzalo Garrido, esposo de Paola y papá de Javiera, fue un pedalero que estuvo en Juegos Olímpicos y hoy las entrena a ambas.
En la pista, madre e hija no se conceden ni un metro. Pero no siempre fue así. Paola reconoce que le costó separar los roles.
"Al principio me pasó que efectivamente la quería dejar ganar y mi marido me decía: 'Paola, le haces daño si haces eso porque ella va a creer cosas que no son, esto es competitividad'. Hasta que lo entendí y empecé a separar las cosas. En los entrenamientos de persecución 'Javi' me ganaba muy sólida, pero en los de velocidad le ganaba yo. Claramente generamos chispas, pero con esas ganas de seguir mejorando. Así que hoy lo enfrentamos mucho mejor, con más madurez. Me cuesta separar el rol de mamá claramente, pero Gonzalo lleva muchos años en esto, me mira, una sola mirada y entiendo", comenta.
"Javi" fue acumulando medallas a nivel nacional y continental. El año pasado, como junior, llegó a ser la número del ranking mundial en scratch y persecución individual, también se lució con dos cuartos lugares en el Mundial de la categoría en China. Su buen nivel le permitió ganarse una beca para ir a la universidad en Estados Unidos y se fue para allá.
"Al principio fue muy duro, hoy está un poco más adaptada", menciona Paola.
Este año Javiera está viviendo su primera temporada compitiendo contra adultas. Le ha ido bien.
Este Mundial será un desafío. Se probará ante estrellas mundiales y en un velódromo que va a estar lleno.
"Es su primer Mundial elite. La realidad de los elite es que un poco más duro, pero mi consejo es que viva el proceso, que entienda cómo es el nivel. El consejo siempre ha ido que de lectura a las velocidades a las que va a ir ahora, que ya no son las mismas que las junior, y en base a eso comenzar a construir una 'Javi' más fuerte. Es duro el cambio. Ella está a la altura, lo demostró en los Juegos Panamericanos Junior con un oro, una plata y un bronce", dice su madre.
Paola está ilusionada. Retrocede en el tiempo y piensa en lo que vivió ella cuando fue quinta en el Mundial de Dinamarca. En ese tiempo "Javi" era un niña pequeña.
"Para mí este Mundial es un momento único que voy a poder vivir en casa. Me tocó vivir muchos Mundiales en el extranjero. Es más, en un Mundial en Dinamarca, quedé quinta en la prueba de puntuación que lo celebré con dos argentinos y un equipo de Colombia y nada más. Hoy poder vivirlo en casa, con mi familia", cierra.