Un estadio vacío, pero con varios hechos a destacar. El empate de Universidad de Chile con Lanús (2-2) por la ida de las semifinales de la Copa Sudamericana dejó sabrosos episodios.
Revisa acá lo más llamativo que dejó el encuentro disputado a puertas cerradas en el Estadio Nacional.
Serios incidentes
La previa fue compleja. Cerca de tres mil hinchas llegaron a los alrededores del Nacional, pese a que el partido fue sin público. Gran parte de quienes participaron en el hotelazo llegaron al recinto de Ñuñoa. Hubo enfrentamientos con la policía, detenidos e incidentes. Lo más grave el piedrazo que reicbió el bus de la visita.
El presidente de Azul Azul estaba preocupado. Recorrió largo rato el sector donde estaban los buses de la delegación visitante y observó en terreno cómo estaba el vehículo apedreado. Sabía que el hecho complicará bastante a la U.
Algarabía en la "barra" de Lanús
Dos goles en menos de cinco minutos pusieron en ventaja a la visita. En la tribuna, la delegación del cuadro argentino explotó. Jugadores que no entraron en la nómina, dirigentes y staff. Abrazos por montón, gritos y aplausos. Era una locura. Una verdadera hinchada.
Álvarez golpeado
Sintió los dos goles de Lanús en la primera media hora. El DT azul estaba abatido. Brazos cruzados y silente. Prácticamente sin dar instrucciones y lamentando las escasas dos llegadas de peligro de sus pupilos entre los 30' y 45'. Un tiro libre que pudo ser mejor ejecutado provocó su lamento. Manos a la cabeza y mirada al piso.
El "cachamal" y beso de Altamirano
Lucas Di Yorio inició la remontada. Entró y en la primera pelota que tocó de frente al arco, marcó y puso el 1-2 parcial. No hubo festejo efusivo. El argentino sacó el balón del arco y corrió a la mitad de la cancha. Mientras empuñó su mano y antes de reiniciar las acciones, Altamirano le dio un golpe suave en la cabeza para felicitarlo.
Más tarde el volante fue protagonista de otra curiosa celebración. Tras el gol del empate de Aránguiz, fue y le besó la cabeza a su compañero. Un crack que se ganó el corazón de los hinchas.
La "barra" de la U explotó
Si ya tras el descuento la delegación azul estaba en llamas, el agónico gol de penal de Aránguiz hizo estallar al staff local, donde incluso Clark y Cecilia Pérez celebraron con todo el empate. Hubo gritos, abrazos y aplausos al por mayor. Más aún cuando se dio el pitazo final.
El descontrol de Nahuel Losada
El meta estaba furioso por el penal sancionado. No quería ir al arco, incluso "canchereó" con Aránguiz. Finalizado el encuentro discutó fuertemente con varios jugadores de la U. Se fue encima de Lucas Assadi y lo acusó de un gesto burlesco. "Dile que me venga a buscar al vestuario", gritó el arquero.
También tuvo un tenso cara a cara con Lea Fernández, quien lo fue a buscar y el meta reaccionó con ira. Sus compañeros lo sacaron para evitar que pasara a mayores.
El botellazo y la furia de Toselli
El gol de Aránguiz desató un caos. La banca de Lanús estaba furiosa y lanzaron una botella hacia el sector de la U. Uno de los que reaccionó fuerte fue Christopher Toselli, quien incluso le dio un empujón a un rival.
Lautaro Acosta fue el apuntado del "botellazo". También estaba "sacado" y tuvo que ser contenido por parte del staff del cuadro argentino para que no fuera a pelear.
La despedida dulce
Pese a que fue un empate, del lado de la U había felicidad. Remontar y lograr el empate dejó con un sabor dulce a los jugadores azules. Los rostros de alegría se replicaron y la "buena onda" afloró al dejar el Estadio Nacional. Había razón para estar contentos.
