Nicolás Jarry (113°) cerró un pobre año tenístico en cuanto a sus resultados. El fin de la temporada se dio abruptamente y de manera "forzada".
Y es que el chileno tenía planificado jugar varios challengers y el ATP 250 de Atenas durante las últimas semanas del calendario, pero una lesión en el codo derecho, que le impedía incluso sacar, le puso punto final a su campaña.
"Después de un par de revisiones,
encontramos una pequeña fractura en mi codo derecho. Son cuatro a seis semanas de recuperación. Hablé con mi equipo y decidí poner fin a este año 2025 para recuperar bien, descansar y hacer una buena pretemporada para 2026", comunicó en sus redes hace una semana.
Y agregó: "Está lejos de ser la forma en que me hubiera gustado terminar, pero todo pasa por algo. Sé que este tiempo me va a ayudar en otros aspectos de mi vida. Sigo con toda la energía para volver a estar donde estuve en algún minuto".
Pero lo cierto es que el año de Jarry fue malo. Lo comenzó en el lugar 34 del ranking y hoy ya está en el 120 en el escalafón en vivo.
O sea, perdió casi 90 lugares en la temporada.
Casi no tuvo torneos para destacar, salvo lo sucedido en Wimbledon, donde desde la qualy llegó a octavos de final. En los otros Grand Slams no pasó de la primera ronda.
A nivel de Masters solo pudo sortear el debut en Roma, torneo en el que defendía la final. Precisamente esa final en el Foro Itálico es la última vez que jugó por el título, y fue en mayo de la temporada pasada.
Aparte de eso, resultados muy pobres, incluso en challengers. Jarry no pudo encontrar regularidad y sufrió con las lesiones: Partió el año aún con problemas con el equilibrio por el tema del oído y lo cerró con una lesión en el codo.
Su último torneo en este 2025 fue la primera ronda del Challenger de Vilena en España, en el que perdió ante el desconocido alemán Tom Gentzsch, 286 del mundo en ese momento, por 7-6 (4) y 6-3.
Los números con los que cierra son lamentables. Solo 9 victorias y 18 derrotas. Además, tendrá que jugar la qualy del Abierto de Australia 2026.
