Coquimbo Unido logró una hazaña. Por primera vez, alzó el título del torneo de Primera División.
La campaña del elenco pirata ha sido brillante. Ha perdido solo un partido, lleva 14 triunfos en fila y puede convertirse en el campeón con mejor puntaje en la historia del fútbol chileno.
El defensor Sebastián Cabrera le dedicó elogios al arquitecto de este equipo: el técnico Esteban González. Contó cómo son los entrenamientos del "Chino" y cuál el mensaje que les transmitió desde el principio.
"Teníamos un objetivo y lo que teníamos que hacer era ir a buscarlo. Lo que el cuerpo técnico nos manifestaba era :'Muchachos déjense entrenar, lo estamos haciendo por el bien de ustedes, para que crezcan, se van a sentir bien, van a llegar de buena manera, van a volar, los últimos minutos van a doblegar al rival. Déjense entrenar, entrenen a full'. El partido del fin de semana es un reflejo de lo que uno entrena en la semana y ese lema se ve reflejado en nosotros", comentó.
"Pichu", que tuvo que lidiar con una compleja lesión esta temporada, también valoró el compromiso del plantel y la seriedad con que trabajaron. Nunca aflojaron.
"El grupo siempre estuvo capacitado. Nos dejamos entrenar por un staff profesional, siento que nos mostraron el verdadero camino que uno requiere para poder lograr grandes cosas, que los trabajos de alta intensidad termináramos muertos. En eso se basa el día a día y el fin de semana era el reflejo de lo que hacíamos en la semana", añadió.
El partido especial de Cabrera
Coquimbo, por la fecha 21, tuvo un desafío difícil. Vino a Santiago para jugar con Audax en el sintético de La Florida. En ese momento, el conjunto itálico aún estaba peleando por el título. Fue un encuentro bravo, cerrado y la visita lo ganó en el tramo final con gol de "Pichu" Cabrera.
El jugador se emocionó muchísimo en la celebración. No solo por tres puntos que eran de oro.
"Hace poco tuve la pérdida de mi abuela materna, que era como mi segunda mamá. Ella era de Andacollo. Cuando a mí me dan la noticia, me voy en blanco. No sabía cómo reaccionar. Agarro mis cosas, agarro a mi mamá, a mi hermana, a mi sobrina y vamos para Andacollo y estamos ahí en la noche. Al otro día voy a entrenar, me sentía pésimo, tenía una jaqueca terrible. Nunca había tenido una molestia, era la pérdida. Pero algo me decía que no podía salirme, no podía dejar de entrenar. Estábamos en un momento único. Mi abuela quizá quería que lo disfrutara de tal manera como ella lo disfrutaba cada vez que me veía jugar", relató el futbolista.
El día del partido con Audax, en la mañana, "Seba" se sentía "medio extraño" y le habló a su pareja. "Echo mucho de menos a mi abuela, soñé con ella. Me siento raro, pero en el sentido de felicidad", le comentó.
Cabrera sentía que ese día iba a ganar y que iba a meter un gol. Se lo mencionó a su compañero Benjamín Chandía.
Ese presentimiento se hizo realidad. Tras un centro de Cristián Zavala, le quedó la pelota y no desaprovechó su oportunidad.
"En ese momento me acordé de mi abuela. Me acuerdo todos los días y la echo de menos todos los días. Después termina el partido y no sabía qué hacer. Miré para arriba, me quedé en blanco. De repente veo que todos mis compañeros se acercan para abrazarme, nos pusimos a celebrar con la gente y el jefe de comunicaciones de Coquimbo me muestra que en twitter colocan 'Para tu abuelita en el cielo'. Ahí yo caigo, ahí me pongo a llorar, me emociono, me acuerdo de ella", narró.
"Pichu" recordó otro momento. Ocurrió meses después, cuando el equipo ya estaba festejando el título ganado. "Yo vi a todos mis compañeros abrazándose con sus familias. Fue emotivo. Uno no quiere perder familiares, jamás. Pero la vida es así y la vida sigue. Yo la pasé muy mal con la pérdida de mi abuela y la voy a seguir pasando mal porque la echo mucho de menos", mencionó.
Cabrera ahora tiene una promesa que cumplir. Se dijo a sí mismo que si salía campeón iba a irse caminando hasta Andacollo para visitar a su abuela y también a la Virgen. Cree que le dieron el "empujoncito" que necesitaba para seguir adelante.