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Francisca Solar sorprende a sus lectores con nuevo libro de cuentos

"100writingdays" es el resultado del desafío de escribir cien microrrelatos en poco más de tres meses, buscando nuevas temáticas y estilos.

28 de Enero de 2016 | 07:02 | Por Alberto Rojas.
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La escritora comenzó el proyecto en formato web. Hoy lanzará el libro impreso en la librería Qué Leo Parque Forestal.

Francisca Solar.
SANTIAGO.- "A medidos de 2014, mientras la gente se sumaba en masa a la campaña #100happydays, me cuestioné qué me hacía feliz. La literatura, sin duda. Pensando en postear portadas de libros o fachadas de librerías, entendí algo clave: la mayoría de las fotos que otros compartían no eran más que 'registros' de cosas o situaciones, como si las personas fueran simples espectadores (…) Observar es bueno, pero ser partícipe es mejor, así es que me lancé. Con adrenalina y pánico comencé mis #100writingdays: escribir un cuento diario por 100 días, experimentando voces y géneros, sin superar las 100 palabras cada uno. Nadie antes lo había hecho, ¿qué más excitante que eso?".

De esta manera explica la periodista y escritora Francisca Solar ("La Séptima M", "Sobre ruedas") el desafío de escribir cien microcuentos en igual número de días. El resultado de esa experiencia creativa es "#100writingdays. Cien días escribiendo" (Confín Ediciones, $ 12.000), una obra intensa y personal, donde la autora exploró mundos literarios en los que no se había aventurado. La misma que presentará junto a la ilustradora Alejandra Acosta este jueves 28 de enero, a las 19:30 horas, en la librería Qué Leo Parque Forestal.

-¿Sientes que "#100writingdays" es tu obra más personal? ¿Marca un punto de inflexión en tu producción literaria?
-Absolutamente. Si bien sigue una línea productiva que es muy mía (escribir en digital, en tiempo real, con los lectores muy cerca e interactuando), sí marca una inflexión para el mercado, tan acostumbrado a una sola forma de hacer literatura o a un solo tipo de perfil de autor. Mi mundo es la tecnología y la utilizo de todas las formas posibles. A la mayoría de los escritores les aterra escribir en la instantaneidad de internet pues el proceso creativo es distinto, exige coraje y una expresividad más natural, muy difícil para quienes viven a la sombra de un editor. Esa es una posición muy cómoda que adormece. Escribir en ritmos vertiginosos y con vitrina permanente es un riesgo tremendo, es pura adrenalina, pero tiene una gran retribución pues el lector te ve ahí, desnudo frente al teclado, con todas tus flaquezas y talentos... Si superas el desafío, la empatía con quien te lee se dispara al cielo.

-Durante esos cien días exploraste temáticas que antes no habías tocado de manera directa, como la violencia intrafamiliar, el desamor o el suicidio. ¿Cómo crees que tus lectores han recibido este giro?
-El recibimiento fue espectacular. Como no había reglas en géneros, tonos o temas, me di el lujo de explorar en esquinas poco habitadas. Me encantó. Muchos de los cuentos son de amor-desamor y nunca había entrado en el terreno rosa, más por prejuicio que por falta de habilidad, pero resultaron muy bien y me sorprendió la buena reacción. Tampoco había escrito tanto de terror y fueron los cuentos que más disfruté y los más aplaudidos. Fue justamente la elección de voces y temas "nuevos" para mí lo que determinó el tono del libro completo, más adulto de lo que nunca había hecho y que me dejó con ganas de más.

-Fernando Iwasaki, desde su mirada de escritor y académico, destaca mucho eso en el prólogo de tu libro.
-Uno de los hitos de "#100WritingDays" es el prólogo de Fernando, de una generosidad y alabo abrumadores. Me hizo llorar. Le mandé los cuentos con mucho susto, pidiendo su opinión sincera, y cuando recibí su prólogo no lo podía creer. Nos conocemos hace años y fue gracias a él (y su libro "Ajuar Funerario") que descubrí la maravilla de los microcuentos. Su opinión era vital para mí y jamás esperé que "#100WritingDays" le gustara tanto. Fue un honor. Cada palabra suya en mi libro es un regalo y un aliciente para seguir mejorando.

-Este proyecto comenzó en la web y acabó convertido en un libro impreso. ¿De qué manera sientes que ambos formatos están dialogando hoy?
-Lo digital avanza muy rápido y el papel se va estancando. No soy de quienes piensan que el papel va a desaparecer; para nada. Creo que va a mermar bastante su presencia en el mercado, pero no morirá. Estamos aún en una transición (que probablemente será larga) donde ambos formatos siguen "peleando", pero yo no los veo como competencia sino como complemento. Quienes leyeron "#100WritingDays" en tiempo real en mis redes, vivieron un tipo de experiencia que es distinta a leerlos en el libro en papel, siendo que los cuentos son exactamente los mismos. Ambos formatos ofrecen distintas posibilidades y es cuestión de valorar, aprovechar las diferencias, para que sea el lector quien salga ganando en experiencias de lectura más diversas, enriquecedoras y novedosas.

-"#100writingdays" no es solo la compilación de tus cuentos. También es un libro-objeto, con tapa de género y un formato especial. ¿Por qué esto era tan importante para ti?
-"#100WritingDays" fue un experimento, una locura. Nunca se pensó como un libro tradicional y quería que eso pudiese expresarse también en las decisiones físicas respecto a la publicación. En ese sentido, mi editora (Jennifer King, de Confín Ediciones) me entendió perfecto y estuvo de acuerdo; de hecho, fue su idea mantener los "estados de batería" (de mis pantallazos originales) en cada página o agregar los códigos QR para contextualizar algunos de los cuentos. Su visión del proyecto era igual de jugada y rupturista que la mía. Fue un lujo haber caído en sus manos y me encantaría seguir trabajando con Confín en el futuro.

-¿Cómo se complementó tu trabajo con el de la ilustradora Alejandra Acosta?
-Cuando mi editora me propuso a la Ale Acosta para "#100WritingDays", no podía creer mi buena suerte. Llevaba mucho tiempo siguiendo su trabajo, el cual (parecido al mío) también tiene mucho de romper esquemas y proponer otros caminos. Sus ilustraciones para el libro no solo son preciosas, sino que ofrecen puntos de vista personales sobre los textos, lo que las convierte en relatos en sí mismos. Es como dos cuentos en uno. Es una profesional muy talentosa y me siento muy agradecida de que haya querido participar.

-¿Y cuáles son tus próximos pasos como escritora?
-Siempre escribo dos o tres libros a la vez, porque me divierte saltar de texto en texto. Además, así no me aburro. Ahora estoy escribiendo una novela juvenil-adulta, más en el tono de "#100WritingDays", y dos libros infantiles, uno de ellos parte de la serie de historias sobre niños con necesidades especiales. Hay mucho que seguir explorando en ese nicho.
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