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Black Sabbath congregó a más de sesenta mil personas en su adiós a los escenarios

Con su repertorio más clásico, Ozzy Osbourne, Tony Iommi y Geezer Butler presentaron en Chile lo que es su último show antes de finalizar de manera definitiva la historia del conjunto que cimentó el paso para la creación del metal como estilo propio.

20 de Noviembre de 2016 | 00:32 | Por Felipe Kraljevich M, Emol
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Carlos Müller
SANTIAGO.- Han pasado más de cuatro décadas desde que sonaron las primeras notas de "Black Sabbath", y en todo ese tiempo, la banda que entregó los fundamentos para el nacimiento del metal como género ha construido una historia que la noche del 19 de noviembre, vio su último capítulo ante un Estadio Nacional repleto.

Las más de sesenta mil personas que llegaron al recinto de Ñuñoa estaban concientes de este hecho y por lo mismo, a cada riff salido de la Gibson EG de Tony Iommi, respondían con un "headbanging" o un grito de aprobación. Lo mismo sucedía con Ozzy: el público accedía a todas sus peticiones. "Mientras más locos se vuelvan, mejor para nosotros" dijo el vocalista y el público respondía enfervorizado.

La cita se inició a eso de las 19:00 horas con la presentación de los nacionales Yajaira, hijos directos de la influencia de Black Sabbath en el mundo rock, y de los estadounidenses Rival Sons, quienes subieron al escenario a las 20:00 horas y con un sonido clásico que combina elementos de Led Zeppelin y Deep Purple, resultaron una agradable sorpresa para un Estadio Nacional que poco a poco comenzaba a repletarse.

No fue hasta pasadas las 21 horas que Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Tommy Cufletos aparecieron por segunda vez en Chile, luego de un video introductorio que hizo referencias claras a las raíces más oscuras de la banda. A esa proyección le siguió "Black Sabbath", el primer tema del primer disco del grupo de Birmingham. Con eso, el conjunto dejaba más que claro que el círculo se cerraba luego de este tour.

Por ello es que a diferencia del primer show que hizo el grupo, en esta ocasión Black Sabbath presentó sólo pistas de su discografía junto a Ozzy Osbourne en la voz. Una decisión que se viene manteniendo desde que la banda se reunió en torno a "13", la última producción discográfica de los creadores del metal.

El conjunto matizó clásicos como "Iron Man" y "Paranoid", que llegaron al final del show, con canciones algo menos conocidas. En ese grupo, la sicodélica "Fairies wear boots" y "Hand of doom", fueron de los puntos altos del recital.

Asimismo, pistas como "Into the void", "N.I.B." (con la gran presentación de "Basically" a cargo de Geezer Butler) y "Children of the grave" fueron de las pistas más coreadas por las sesenta mil personas que repletaron el recinto de Ñuñoa. Comentario aparte merece el extenso solo de batería que Tommy Cufletos realizó antes de que el grupo tocara "Iron man", el que fue vitoreado por la audiencia.

Y si bien se nota que los años han pasado por los tres integrantes originales de Black Sabbath, poco se puede acusar al show de ser un mero acto de nostalgia, incluso cuando esta declama ser la presentación final del grupo.

Ya sea en sus pistas más reconocidas ("Iron man", "Paranoid") como en las más densas ("Into the void") e incluso, joyas rescatadas como "Dirty woman", lo que Black Sabbath presentó en el Estadio Nacional va más allá de un resumen de la historia. Es, definitivamente, una relectura de la misma y a la vez, un legado para la posteridad. Eso es lo que presenciarion las más de sesenta mil personas que acudieron a la despedida del conjunto.

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