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Benjamín Vicuña y "Un diablo con ángel": "Se plantean temas como el bullying, la colusión, la corrupción, el cohecho"

El actor conversó con Emol sobre el nuevo proyecto de TVN que lo reúne con Daniel Muñoz y Elisa Zulueta, además de su análisis del Chile actual: "Estamos contaminados con un individualismo feroz".

22 de Diciembre de 2016 | 13:07 | Por Carolina Cerda M., Emol
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Benjamín Vicuña interpreta a Gaspar Muñoz en "Un diablo con ángel"

TVN
SANTIAGO.- Hace diez años, Benjamín Vicuña y Daniel Muñoz trabajaron por primera vez como dupla en la serie "Huaiquimán y Tolosa", que mezclaba temas policiales con humor. Ahora, vuelven a trabajar codo a codo en "Un diablo con ángel", el espacio que tiene a Vicuña como Gaspar Muñoz, un tipo gozador y de poca moral que tras morir en un accidente automovilístico consigue una nueva oportunidad. Puede volver a la Tierra con una gran condición: aprender a amar. Algo que debe lograr con la ayuda de un ángel encarnado por su compañero de reparto.

Sobre el trabajo con Muñoz y con Elisa Zulueta, quien interpreta a su abnegada secretaria, además del análisis del Chile actual que lo llevó a crear a su individualista personaje, Vicuña conversó con Emol.

¿Cómo fue retomar el trabajo como dupla con Daniel Muñoz?
- Daniel es un actor, un gran amigo y compañero de oficio. La verdad es que lo que pasa cuando actuamos juntos es mágico, se dan cosas súper especiales.

No existen muchos proyectos de estas características, que sea un tipo con su ángel de la guarda: estuvimos todos los días y en todas las escenas juntos, parecíamos siameses. Tener un desafío así como actor y poder compartirlo con alguien que respetas, admiras y con quien te ríes mucho, es un regalo.

¿Qué referencias usaron para hacer los personajes?
- Películas como "Todopoderoso" o "Ghost". Es como un género, casi, la especulación sobre la vida y la muerte. Vi la serie "River", "Black Mirror" y creo que ahí radica la innovación y lo original que tiene esta serie, el poder enfrentar en una comedia delirante, pero no por ser comedia va a ser un género menor. Es una comedia de un lobo disfrazado de oveja donde se plantean temas importantes como el bullying, la colusión, la corrupción, el cohecho.

¿La hicieron para este fantástico año?
- La hicimos para este fantástico año, para los fantásticos chilenos. Gaspar Muñoz es el resumen de un ser egoísta, cara de raja y esto es como el ícono del individualismo actual y ahí está la premisa de la serie sobre esta segunda oportunidad, que la puede tomar o dejar. Esta oportunidad pasa por amar.

"Hoy Chile viene de un año golpeado, con mucha incertidumbre y una comedia es algo fácil de digerir, es popular, es abierto, es fácil de masticar, pero lo interesante es que igual es un acto subversivo porque va un mensaje, va un contenido y eso la gente lo percibe igual más allá del entretenimiento"

Benjamín Vicuña
¿Crees que el mensaje es más eficaz en todo de comedia?
- A mí como actor me gusta moverme en diferentes registros. Creo que volver a la comedia es sanador, tanto para mí como para mis compañeros, nos divertimos mucho. Hoy Chile viene de un año golpeado, con mucha incertidumbre y una comedia es algo fácil de digerir, es popular, es abierto, es fácil de masticar, pero lo interesante es que igual es un acto subversivo porque va un mensaje, va un contenido y eso la gente lo percibe igual más allá del entretenimiento. Ahí también está la misión del canal y de las personas que estamos atrás, que no es hacer algo vacío ni el chiste vulgar, sino que exista contenido. Acá se habla de la vida y la muerte, del chileno actual con lo bueno y lo malo.

Aparte de las características que has dicho, Gaspar tiene un lado seductor, ¿te acomoda ese rol o es algo que te gustaría dejar de lado?
- El desafío como personaje era, justamente entendiendo que es televisión abierta, hacer un tipo desagradable, antipático, bueno para el bullying, para el maltrato, que humilla a la gente, que no tiene principios, que no tiene códigos ni moral. ¡Wow!

Está todo bien con eso, pero ¿alguien lo va a querer? Porque igual es televisión, entonces la señora Juanita va a cambiar el canal. Pero, de todos modos se construye un personaje así como protagonista de la historia, y lo interesante como tesis es que el personaje termina siendo querible igual. ¿Por qué? Porque es más cercano y es más creíble.

Hoy en día, todos tenemos un costado no políticamente correcto, sino que todo lo contrario. Entonces, el público empatiza con personajes que son así de caradura. No es para tomarlo como un ejemplo, pero sí es más cercano que construir un héroe bondadoso, solidario y cariñoso, enamorado y fiel. ¿Se entiende?

En ese sentido, esto representa eso y había un desafío mío como actor. Un actor es un reciclador: uso elementos de diferentes comas que he hecho para construir este personaje, pero hay algo nuevo en su formato y en la propuesta.

"El tipo empieza a confiar, a creer, a postergarse un poco, a dejar de ser el centro del mundo. En otras palabras, a enamorarse, es un arco lento, un arco dramático muy bien escrito, muy bien diseñado y es preciosa la historia de amor que se cuenta con ella"

Benjamín Vicuña
¿Cómo fue trabajar nuevamente con Elisa tras "Por fin solos"?
- Elisa es grossa, otra mostra. Ese personaje, a través de ella, es como se canaliza el amor, cómo poco a poco él va entendiendo de que se puede creer, confiar, soltar.

Es un personaje al que él en un principio no registra. Tiene tres, cuatro pololas y su secretaria —que se llama Blanca— que es la persona que está más cerca de él, no la registra. Empieza ahí a darse poco a poco una historia bien bonita, que finalmente es una segunda oportunidad. El tipo empieza a confiar, a creer, a postergarse un poco, a dejar de ser el centro del mundo. En otras palabras, a enamorarse, es un arco lento, un arco dramático muy bien escrito, muy bien diseñado y es preciosa la historia de amor que se cuenta con ella. Y más con la Elisa que es una excelente actriz, que la conozco e hizo un trabajo espectacular.

Debe ser más fácil trabajar con dos personas a quienes ya conoces y con quienes has trabajado. Porque debe ser complejo ser pesado todo el rato, agotador.
- Sí, sí. Es como llevar una mochila de mala onda para la casa, pero funciona. Es curioso que toda toda esa mala onda, esa bronca, esa rabia que tiene este tipo después uno lo ve y lee automáticamente el lado vulnerable de infancia, su pasado, su inseguridad, y te da un poco de compasión e incluso empatía.

¿Tuviste un modelo para crear el personaje?
- Es un personaje muy bien escrito. Pocas veces tienes la fortuna de que te llegue un personaje tan bien escrito, con situaciones claras, precisas. Miré un poquito al Chile de hoy. Basta ver un semáforo para ver al tipo que está al lado habla por celular y no se comunica con nadie y anda como en una pecera, por allá hay otra pecera y otra y otra. Ese estrés, que no es solamente navideño, sino que diario. Me fijé en el chileno exitoso de 35 a 45 años que se lleva el mundo por encima.
Siendo casi un análisis de la sociedad chilena, ¿te ha ayudado a observarla el hecho de que no has vivido acá todo el tiempo en los últimos años?
- Yo estoy saliendo y entrando constantemente, este es mi país y aquí vive mi familia. Pero sí reconozco que que al tener una pequeña distancia te da una perspectiva. Y de repente te duelen incluso más las cosas. Lamentablemente veo a un país que su gran triunfo moral o que su gran característica principal de su ADN, que es un país generoso, solidario, ese país de chilenos que nos queremos todos, veo que estamos contaminados con un individualismo feroz, de una desconfianza que entró y vino para quedarse. Una desconfianza del de al lado, del que está atrás, adelante. Y eso como comunidad nos afecta mucho. Entonces, esta serie, y Gaspar, plantea el individualismo y la falta de conciencia del entorno.

Es un tema difícil de superar cuando aparecen noticias como nuevas colusiones o temas parecidos cada día...
- Es verdad, es una situación que hace que el ciudadano común se esté empoderando y se esté instalando también una indignación, como lo que pasó en España hace tanto tiempo con el movimiento de los indignados. Ojalá sanarnos, porque la rabia, la indignación, la desconfianza no conduce a ninguna parte. Son cosas sólo destructivas. Ojalá el año que viene podamos liberarnos y querernos, asumirnos y estar en paz.
¿Te sirvió hacer la teleserie, tomando en cuenta que has tenido un año convulsionado en lo personal?
- Me sirvió estar cerca de mis afectos, me sirvió divertirme y cagarme de la risa días completos, me sirvió y agradezco la generosidad de TVN de invitarme a un proyecto entendiendo mis requerimientos, viajé prácticamente todas las semanas a Buenos Aires: se armó un plan de grabación entendiendo esas fechas.

La serie anterior no fue un hit, ¿cuáles son las expectativas ahora?
- Eso fue un experimento, lo hicimos en tres semanas, era para el verano. Esto tiene otras características. Es un proyecto grande, es un equipo muy bien armado.

Yo las expectativas las tengo todas, una responsabilidad bien grande de que nos vaya bien. Por la industria, por los compañeros, por miles de puestos de trabajo y también porque creo que nos corresponde como canal. Moisés estuvo muy bien, pero ya cumplió su ciclo. Ya corresponde salir a la cancha a un equipo chileno. Una serie hecha por y para los chilenos. Vamos con esa camiseta, vamos con esa carga y estoy seguro de que el público lo va a valorar.
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