SANTIAGO.- Ante el revival de la saga creada por el sueco Stieg Larsson, las ambiciones literarias fueron más allá de un cuarto tomo que pasó sin pena ni gloria a un quinto. "El hombre que perseguía su sombra" (Planeta. $22.900), a cargo de David Lagercrantz, lleva al límite de la no ficción tradicional al personaje más valorable de la historia: Lisbeth Salander.
Tras los sucesos narrados en "Lo que no te mata te hace más fuerte", este tomo posiciona a la apática hacker en la cárcel de Flodberga luego de ser condenada al esconder al hijo del científico Frans Balder, August y ser acusada de "apropiación indebida".
Mientras lidia con la violencia de las reclusas, y protege a la bangladesí Faria Kazi, el periodista Mikael Blomvist sigue su rutina a cargo de la revista Millennium y visitando a Salander en prisión.
Sumado a esto, el tutor de Salander, Holger Palmgren, se contacta con la hacker para anunciarle que recibió la visita de una secretaria que trabajó en el hospital psiquiátrico donde estuvo internada de niña, quien le entregó una serie de documentos que confirmaban los abusos que cometieron contra ella.
En ese sentido, con la ayuda de Blomvist, Lisbeth inicia una búsqueda sobre sus orígenes, topándose a personajes relacionados con un grupo científico secreto llamado El Registro y a miembros de la mafia rusa.
Es evidente que el cambio de pluma en el relato afectó a la continuación de Millennium. Sin embargo, Lagercrantz logra seguir la esencia de los personajes principales, sobre todo la de Salander.
Pero en lo que recae el escritor nuevamente, al igual que en el cuarto tomo, se vuelve ambicioso, con un relato que es digno de guión cinematográfico para Hollywood y se aleja de la familiaridad sueca que entregó Larsson en la trilogía original, con tramas complejas, pero alejadas del misticismo propio de las novelas de Dan Brown, y en las que incurre el autor actual.
Cabe esperar otro tomo de la saga, ante una historia que quedó abierta. Pero pese a sus desperfectos, siempre es grato volver a leer a un personaje tan memorable y transversal como Lisbeth Salander.