Ai Weiwei en Chile, frente a "Forever Bicycles". La instalación está compuesta de más de mil bicicletas.
Vanessa Marín, CorpArtes
SANTIAGO.- Huyen de sus países en busca de un lugar seguro para habitar. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) los denomina "desplazados", y se estima que en la actualidad hay cerca de 65 millones de personas en el mundo en esta condición. En honor a todos ellos, el artista chino
Ai Weiwei creó
"Ley de viaje", una obra de gran formato que actualmente se exhibe en Chile.
La instalación replica una lancha llena de personas, como las que durante los últimos años han llegado a las costas europeas desde países en guerra como Siria y Afganistán. El artista recubre el objeto por completo de negro, y esta decisión no es casual: miles de personas han perdido la vida en estos desesperados y peligrosos desplazamientos.
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Su inclusión en mis obras nació de la curiosidad por saber quiénes son, cómo llegaron y dónde quieren ir. Cómo es que decidieron hacer un viaje tan peligroso", explica Weiwei, quien además realizó un documental titulado "Marea humana", donde acude a 48 campamentos de refugiados en países como Siria, Irak y Bangladesh.
"Ley de viaje" es una de las 30 obras del artista de la muestra "Inoculación", que estará abierta al público hasta el 9 de septiembre en el centro cultural Corpartes. Fue el propio Weiwei el encargado de inaugurar su primera exposición individual en Chile.
"Ley de viaje" obra de Ai Weiwei en honor a los refugiados, expuesta en CorpArtes. Crédito: AFP.
El sello característico de sus obras es haberlas dotado de un sentido social, político y activista. En ellas habla de la pobreza, de la destrucción del medio ambiente, de la pérdida de identidad y del régimen totalitario chino. Precisamente, por su rol crítico de las autoridades, fue encarcelado en 2011 y se le prohibió salir de China hasta 2015. Esta experiencia también está retratada en las obras que trae a Chile, como "Esposas" (2011) y "Cámara de vigilancia con pedestal" (2015).
"Es interesante la lectura que se puede hacer desde Latinoamérica porque este territorio y China son similares en cuanto a la desigualdad entre pobres y ricos", explica Marcello Dantas, curador de la muestra. "Esperamos que esta exposición, que cuenta historias de injusticias y de empoderamiento, inspire a las personas y les proporcione una medicina de la que estamos hambrientos: el cambio social", agrega.
Más de mil bicicletas dan la bienvenida a los visitantes de "Inoculación". La inmensa instalación se titula "Forever Bicycles", y en ella el artista recuerda su niñez, época en las cuales las calles de su país se llenaban de bicicletas marca Forever, de industria nacional con sede en Shanghai. Con el pasar de los años, se hicieron cada vez más escasas, siendo reemplazadas por autos, los que se ajustan más al ritmo de vida acelerado y que suelen ser manufacturados en países occidentales.
"Me siento feliz de estar acá, he vuelto a algún tipo de origen porque mi padre vino hace 64 años", cuenta el artista. Su padre, Ai Qing, fue un reconocido poeta que por la situación política de su país se vio obligado a dejar dicho arte y realizar trabajos forzados durante los últimos 20 años de su vida. "Donde yo crecí era desierto y me padre mencionaba esta ubicación donde conoció a Pablo Neruda. Tengo la impresión de que fueron sus últimos recuerdos felices, antes de que fuera destrozado", explica.
Arrojando urna de la Dinastía Han", instalación hecha de legos de Ai Weiwei. Crédito: AFP.
Algunos poemas de su padre, que hacen mención de su paso por Chile y su contacto con el Nobel de Literatura, también se incluyen en la muestra.
¿Por qué dedicar su labor como artista a las problemáticas sociales? Weiwei responde: "Soy tan artista como ser humano, y como seres humanos, todos hemos sido abusados. En este sentido, ser artista no me es tan relevante como proteger la condición humana, porque cada tragedia en el mundo tiene que ver con cada uno de nosotros y todos, de alguna forma, tenemos responsabilidad en ellas".
Al Archivo Nacional también ha llegado una instalación de Ai Weiwei. Se trata de "Paso seguro" (2016), que está compuesta por cerca de 2 mil chalecos salvavidas que fueron usados por los refugiados que llegaron a las costas del Mediterráneo y que, tras su paso por Alemania y Japón, se exponen en los pilares del edificio capitalino.
"Paso seguro" en el Archivo Nacional. La obra fue hecha a partir de 2 mil chalecos salvavidas de refugiados. Crédito: Andrés Pérez, El Mercurio.
