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Excéntrico, criticado y fanático de la naturaleza: Obra de William Turner, el padre del arte moderno, llegará a Chile

La artista visual chilena Guadalupe Valdés, asegura que se tratará de una de las muestras más importantes desde la exposición "De Cézanne a Miró" traída en 1968. "Será un regalo para todos los ciudadanos", afirmó a Emol.

26 de Septiembre de 2018 | 12:54 | Por Magdalena Álamos, Emol
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Autorretrato de William Turner

Tate Britain/Captura
SANTIAGO.- El Centro Cultural La Moneda exhibirá en marzo de 2019, una selección de acuarelas de William Turner (1775-1851), quien es calificado por expertos como el pintor más grande de su época. Según la artista visual chilena Guadalupe Valdés, en Chile no se presenta una obra de esta envergadura desde la exposición "De Cézanne a Miró" de 1968, traída por el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile. "Es un regalo", agregó.

"Son piezas íntimas, expresivas, experimentales, y ofrecen una aproximación única a la inventiva, el pensamiento y el mundo interior del gran pintor romántico", explicó David Blayney, especialista en Turner y curador de la Tate Britain, según publicó El Mercurio.

De acuerdo a John Ruskin, un famoso crítico de arte del siglo XIX, "Turner es el padre del arte moderno, el más grande de su era. Y es el artista que más conmovedora y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza".

La colección de 85 trabajos pertenece a la prestigiosa galería de arte "Tate Britain", institución a la que Turner donó su legado artístico, y que posee cerca de 30 mil trabajos en papel, 300 pinturas al óleo y 280 cuadernos de bocetos del pintor.

Blayney, quien seleccionó las obras, detalló que en esta muestra se puede apreciar la transformación de su autor "desde su inicio como dibujante de arquitectura hasta el abordaje de una extraordinaria variedad de temas, fundado en su refinada apreciación de la luz, el color y los efectos atmosféricos".


"El Temerario" hecho por William Turner en 1838. Crédito: AFP.

El hombre tras las acuarelas

Joseph Mallord William Turner nació en 1775 y desde una edad precoz resaltó por su talento para dibujar paisajes. De niño perdió a su madre, Mary Marshall, quien se fue desestabilizando mentalmente y terminó internada en un psiquiátrico. Esta situación significó que Turner fuera enviado a vivir con su tío materno cerca del río Támesis, lugar en el que empezó a desarrollar sus increíbles acuarelas, que posteriormente lo llevaron a la fama.

Su padre, por otro lado, era un vendedor de pelucas que se convirtió en barbero, y que exhibía los dibujos de su hijo en la ventana de la barbería.

Sin embargo, y quizás por las dificultades que tuvo siendo tan pequeño, la personalidad del joven Turner era excéntrica. "Era un tipo de pocos amigos, más bien solo", describió la chilena Guadalupe Valdés, admiradora del artista. De hecho nunca se casó, sino que entabló una relación con la viuda Sarah Danby, con la que estuvo 20 años y tuvo dos hijas.

A los 14 años entró a las Royal Academy of Arts, y en tan solo un año lo invitaron a participar en una exposición colectiva de la institución. Aunque Turner había ingresado con interés por la arquitectura, el conocido profesional de esa área Thomas Hardwick, fue quien lo convenció de seguir el camino de la pintura.

Sus más cercanos eran los mecenas, quienes le proporcionaron las riquezas que le permitieron viajar y explorar la naturaleza, la que posteriormente retrataría de manera sorprendente y casi abstracta en sus cuadros.

Camarógrafo filma pinturas de La Batalla de Trafalgar de William Turner, expuestas en el Museo El Prado, España. Crédito: AFP

"Su talento y perfección coincidió con el establecimiento de la acuarela como una forma artística independiente en Inglaterra. Turner la trabajaba en la hoja de un cuaderno o sobre una tela, y sus métodos eran asombrosamente similares. La acuarela la aplicaba con libertad y en forma delicada sobre un casi imperceptible dibujo en lápiz, dejando el papel desnudo donde se necesitan reflejos", explicó Blayney.

El artista desarrolló un estilo completamente distinto a lo que se usaba en la época, donde predominaba el realismo. "De hecho fue súper criticado. Alguna gente decía que tenía falta de perspectiva, una representación poco apropiada, y finalmente era que él buscó siempre la síntesis. La síntesis de la luz, la síntesis del paisaje. Entonces en ese sentido fue controversial, fue un tipo muy arriesgado", señaló Guadalupe Valdés. Y agrega: "Lo más relevante en el para la historia de la pintura fue que corrió los límites de la pintura de paisaje, cimentando las bases del impresionismo, el fauvismo, el neoexpresionismo y sobret todo, fue una semilla para la pintura abstracta que se desarrolló más tarde en el siglo XX".

Su trabajo desde un principio fue solicitado por museos y coleccionistas, pero también por escritores y poetas como Walter Scott, Lord Byron y Samuel Rogers. Se dice que el artista también escribía poesía en medio de bocetos e incluso expuso poemas junto a sus cuadros.

"Es el artista que más conmovedora y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza"

John Ruskin, crítico de arte del siglo XIX
El curador de la Tate Britain sostuvo que "las hijas del coleccionista y mecenas británico Walter Fawkes recordaban el dormitorio de J.M.W. Turner en la mansión familiar de Farnley Hall, en Yorkshire en 1816, con gruesos cordeles como si fuera un lavadero, de los cuales colgaban papeles coloreados en rosa, azul, amarillo, puestos a secar".

El pintor británico buscaba representar la naturaleza y su poder, y por eso sus obras contienen naufragios, tormentas, cielos tormentosos y cambiantes, como también ríos, anfiteatros de lagos y cerros, ciudades y mares. "Finalmente, además de reflejar la naturaleza, reflejan la naturaleza del ser humano. Y eso ya se sale de la mera representación del campo. Te deja a la libre interpretación, por así decirlo. Finalmente se mete en la impresión del aire y su atmósfera", explicó Valdés.

Blayney agregó que la familia Fawkes es la que mejor ha descrito la manera en que trabajaba el pintor. "Después del desayuno en Farnley House, el artista completó en tres horas una famosa acuarela de un buque de la Armada británica, y la guardó con los mismos pinceles y pigmentos que había usado, mientras esperaba que se secara la pintura de base del navío. Cuando estuvo seca continuó trabajando en ella: rompiendo el mar con la uña del pulgar". El curador explicó que durante esos momentos la pintura crecía sola en la cabeza del artista.

"Ese trabajo que hizo él de las cosas vagamente reconocibles es notable (…) En la pintura de paisajes y la pintura abstracta hay una línea muy delgada: yo puedo mirar un cuadro abstracto y reconocer la naturaleza, y de pronto mirar la naturaleza y reconocer algo abstracto. Creo que esa semilla la puso él, y tenerla acá y aprovecharla para aprender, va a ser un regalo para todos los ciudadanos y para mí como artista, obviamente", concluyó la pintora chilena.

"Regulus" , William Turner (1828). Crédito:EFE
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