"No me pareció un buen festival a mí", "una de las ediciones más débiles", "este año deja una deuda con una generación más adulta". Son parte de los análisis que hacen expertos y ex directores del famoso Festival de Viña del Mar.
Y es que esta edición número 62 dejó con un gusto amargo específicamente a un público de un rango etario mayor, debido al enfoque que decidió darle la organización: "rejuvenecer" y "modernizar" la parrilla de artistas, como lo describió Marcelo Hilsenrad, gerente de producción de Canal 13, uno de los coordinadores del certamen, junto con TVN.
Sin embargo, esa fue la mayor crítica que se tiene del festival más grande de Latinoamérica. Así lo expresa su ex director, Juan Pablo González, en una carta al diario El Mercurio. "Esta edición le dio la espalda al público que lo ha seguido año tras año y que le ha permitido ser el Festival que es hoy que está cumpliendo 63 años".
Otro ex director, Alfredo Lamadrid, concuerda totalmente. Para él esta edición fue "deficiente. No creo que es la parrilla que se merece el Festival después de estar suspendido dos años. En ella se advierte un show generacional que es indiscutible (…) no fueron lo suficientemente pluralistas creo yo", advirtiendo que es algo que debe cuidar siempre la organización.
Para él, no existe "yo no creo que haya un balance positivo" y asegura que "hay muchas cosas que corregir, como, por ejemplo, el jurado (…) no se ven expertos en música, salvo uno u dos, el resto son rostros de los canales que van a lucirse y a promover sus propios espacios. (También) la parrilla. Yo no tengo un resultado positivo de lo que fue".
El periodista experto en espectáculos, Marcelo Contreras, ofrece una crítica casi igual, indicando que "yo creo que es una de las ediciones más débiles que se recuerde el evento. Creo que fue un festival que equivocó las proporciones de atención a distintos públicos, que es el gran desafío histórico que tiene el Festival de Viña, tratar de satisfacer a distintos tipos de audiencia, sobre todo en términos etarios".
Y agrega: "
Creo que hubo una apuesta equivocada en términos de apostar solamente por números urbanos, de preferencia femenino, para hacer eco de las sensibilidades del momento. Siempre se entiende que el Festival de Viña tiene que tener una sintonía con lo que está pasando, pero creo que en ese sentido se descuidó audiencias que todavía son absolutamente importantes para el festival como es un público más veterano, más viejo".
En el resumen hecho por los propios animadores del certamen, María Luisa Godoy y Martín Cárcamo, también estuvo este punto, aunque más bien alejado de ser una crítica. "Efectivamente, siempre lo dijimos, cuando llegamos y se dio la parrilla, que iba a ser un festival histórico para una generación nueva y así lo fue, por ejemplo, con la música urbana", dice la primera.
"La música urbana enseña que las colaboraciones no sólo son el futuro, sino que el presente y shows como el de Polimá que les enseña a nuevas generaciones que los sueños sí se pueden cumplir con amor, con trabajo y perseverancia. Fue un festival muy bonito y mágico para las nuevas generaciones", indica y agrega que "nuestro desafío es capturar nuevas audiencias y que las nuevas generaciones no están viendo tele, bueno, hoy día gracias al Festival de Viña sí lo están viendo".
Cárcamo, por su parte, señala que "como estaba más mezclada la parrilla, vivieron el Festival completo, eso es muy bonito. Se vive un encuentro familiar. Si al principio era el Festival del reencuentro, yo le agregaría que fue el reencuentro de la familia".
Horario de Los Jaivas
Otra de las deficiencias que ven los tres es la situación que vivieron Los Jaivas en relación a la hora en la que comenzó su presentación -pasadas las 2:00 horas- aunque, de todas maneras, se califica como uno de los mejores shows del certamen.
"La presencia de Los Jaivas, que por cierto merecía un mejor horario. Es totalmente inexplicable e imperdonable que hayan ido a las dos de la mañana siendo que este año cumplen 60 años de trayectoria, son dueños de casa y son la banda más trascendente que ha tenido la música popular chilena, así que no se entiende que hayan estado en ese horario, y aun así ofrecieron un numero de categoría por el hecho del peso, la trayectoria y lo que ellos significan en la música latinoamericana", menciona Contreras.
Lamadrid concuerda: "(Faltó) haber puesto a Los Jaivas a primer lugar y no a las dos de la mañana cuando se están celebrando 60 años de música chilena".
No obstante el horario, los expertos creen que fue uno de los mejores shows del certamen. Incluso, la banda histórica de la música popular chilena, se llevó la Gaviota de Platino, siendo los primeros artistas nacionales en recibirla en vida –ya que en 2019 se le entregó post mortem a Lucho Gatica, por lo que lo recibió su sobrino, Humberto Gatica.
Godoy habla también sobre eso, asegurando que fue "muy emocionante, un momento histórico en la Quinta Vergara, que le entrega este premio a la banda nacional que probablemente más se lo merece. Son los primeros chilenos que reciben la Gaviota de Platino en vida".
Lo más destacado
Sin duda el mejor show que se presentó en la Quinta Vergara, según los conocedores, fue el de Christina Aguilera, la única artista que no era latinoamericana.
Así lo aclara el periodista, quien indica que "es uno de los grandes números indiscutidamente (…) Tiene que ver con la calidad que habitualmente ofrecen los números anglo en el Festival".
Lamadrid también cree que ese fue el momento más brillante del certamen. "Fue como de otro show, porque
parecía que estábamos en Broadway. Hizo una presentación sólida, muy bien interpretada (…) fue un espectáculo de otro nivel".
El crítico de espectáculos, Matías de la Maza, va más allá. "Fue un show que bordeó la perfección, en materia de espectáculo. Una artista que todavía mantiene su calidad vocal intacta, pero que además tiene aún el manejo del escenario de sus mejores días. Su aspecto visual y calidad general es algo que se extrañaba muchísimo en Viña".
Los animadores
Otro resumen que se hace por parte de los expertos es el rol de Godoy y Cárcamo, que llevan cuatro años animando el evento. Sin embargo, el balance tampoco es positivo.
El ex director Lamadrid, expresa que su actuación fue "intrascendente porque se dedicaron a regalar gaviotas, a repetir discursos un poco usados, con frases cliché".
Contreras va más allá: "Creo que este año la pareja -no se si depende tanto de ellos-, pero creo que definitivamente tienen que trabajar un tema de guiones, hay una falencia ahí. Esto no es algo que dependa exclusivamente de ellos, pero creo que los guiones son muy reiterativos, muy redundantes, recurren a los excesos, a los adjetivos y a darle connotaciones que no corresponden muchas veces a los artistas", ejemplificando con la presentación del cantante colombiano Camilo.
En ese sentido asevera que "a veces uno puede entender que el rol de un animador es darle fuerza o tratar de crear una expectativa en torno a un nombre, pero eso no es una licencia para caer en el lenguaje que resulta finalmente aburrido, poco verosímil".
Además, habla específicamente de Godoy quien, según él, "tiene que trabajar algunos aspectos vocales. Creo que no tiene mayores inflexiones cuando se maneja frente a las grandes audiencias".
