"Emilia Pérez" se ha vuelto la gran noticia de la temporada. Luego de su increíble éxito en Cannes, la película se encontró con un intenso rechazo por parte de la audiencia, en especial la latinoamericana, debido a la pobre representación. De todas formas, este rechazo no evitó que la cinta lograra destacarse en la temporada de premios, recibiendo 13 nominaciones a los Oscar 2025, la mayor cantidad del año, incluyendo Mejor película y Mejor actriz. Hoy, la película llega a salas nacionales.
La trama sigue a
Rita Mora (
Zoe Saldaña), una abogada cansada de su frustrante carrera y de las injusticias del sistema, que decide aceptar una propuesta de trabajo de uno de los líderes del cartel mexicano, Juan
"Manitas" del Monte (
Karla Sofía Gascón)
. Su tarea: ayudarle a buscar una cirugía de cambio de género para convertirse en "Emilia Pérez". No obstante, aunque este cambio promete una nueva vida, las sombras del pasado, representadas por su exesposa "Jessi" (Selena Gómez), amenazan con descarrilar los planes de las protagonistas.
"Emilia Pérez" es un experimento alocado que en el papel es algo fresco y original, pero en la práctica produce ronchas y no los resultados esperados. Aunque no lo parezca por sus interminables nominaciones, la película es una experiencia poco grata para el hispanohablante, e incluso para muchos fanáticos del cine. En este artículo detallo los puntos más importantes de esta polémica entrega:
Un musical fuera de tono
Aunque no será tan evidente en su campaña de publicidad, "Emilia Pérez" es, en su esencia, un thriller musical. Un subgénero peculiar que probablemente no se asemeje a nada que hayas visto antes. Sin embargo, esta singularidad no siempre se traduce en una propuesta visualmente atractiva.
Como un thriller, la trama y el tono funcionan bastante bien. Los tres personajes ejes de la historia - Emilia, Rita y Jessi - buscan un cambio de vida en diferentes aspectos: ya sea el cambio de género, cambio de trabajo o cambio de familia. Sin embargo, el oscuro mundo de crimen en el que están involucradas no les permite escapar del todo en estas nuevas vidas. Esto crea un conflicto orgánico e interesante, tanto por el contexto, como por la dinámica entre las tres mujeres.
Como un musical, en cambio, se nota que está fuera de tono (tanto literal, como figurativamente). La película busca ser disruptiva, quebrando la idea convencional de un musical de Hollywood, donde todo es limpio y armonioso. "Emilia Pérez" refleja lo desvirtuado que es el contexto en el que las protagonistas viven con números musicales que incluyen diálogos cantados desafinadamente.
Una idea interesante, pero que en su ejecución deja mucho que desear.
Es un
ejemplo muy parecido a "Guasón: Folié a Deux" por seguir una corriente anticlimática, las secuencias musicales se sienten fuera de contexto y, más que aportar, terminan quitando peso a momentos importantes.
Este thriller musical es como combinar agua con aceite, dos géneros que pueden estar juntos, mas no mezclados de forma efectiva.
Karla Sofía Gascón en una escena de "Emilia Pérez". Crédito: AP.
Cinematografía
Hay una razón por la que "Emilia Pérez" se convirtió en la película más nominada a los Oscars de este año: su aspecto visual. Por más polémica que la cinta sea, los hitos cinematográficos son unánimemente apreciados por los expertos y fanáticos del cine.
Esta es una película muy atrevida, que prueba múltiples tipos de tomas y técnicas que permiten que cada secuencia sea única en su estética y en las emociones que transmite.
Uno de los elementos visuales más notorios es la
iluminación y en particular,
el uso de sombras. La cinematografía utiliza la oscuridad de un set cerrado para acentuar lo sombrío que es el mundo del crimen en el que los personajes residen, transitando entre la tranquilidad de la nueva vida de Emilia Pérez y la angustia del mundo que "Manitas" del Montes dejó.
El lenguaje visual demuestra una gran maestría del medio, dándole mucha personalidad a la historia y con una merecida nominación a Mejor Cinematografía. Eso sí, no podemos decir lo mismo del lenguaje escrito.
Énfasis, tono y ritmo
Mucho han visto las escenas de Selena Gómez en "Emilia Pérez". Su interpretación se volvió viral por la poca afinidad que tiene con el español latinoamericano, pronunciando y entonando frases que generan una clara disonancia con quienes hablan el idioma. Si bien, la actriz pudo llevar un entrenamiento más adecuado, esto solo refleja las faltas de autenticidad que la película nominada a Mejor guion tiene.
En la industria del cine, nunca se ha pedido ser 100% auténtico. Sin embargo, es necesario recalcar que la falta de ésta puede afectar una historia, como pasa con "Emilia Pérez". Por más que felicitemos su lenguaje visual, el diálogo y la forma de interpretar, este genera una desconexión muy grande entre el filme y la audiencia.
Ante la falta de un ritmo, un énfasis y un tono coherente del español, el
impacto de las escenas importantes se diluye y lo visual (que ya felicitamos) pasa a segundo plano.
Las canciones nominadas a los Oscar, "El Mal" y "Mi Camino", son un claro ejemplo de este efecto. No entraremos en el detalle de cada pieza musical, pero si es cosa de ver las reacciones que estas han provocado.
Para cerrar, "Emilia Pérez" funciona como una experiencia cinematográfica que juega con múltiples intentos atrevidos, pero que resultan en sentimientos conflictivos. Tal vez el lenguaje visual pesa más que el diálogo, o viceversa, lo que sí es seguro es que la reacción que provocará en cada persona será distinta. Por desgracia, la sensación que dejó en quien escribe es negativa.
Nota: 2.5/5.0 estrella
Emilia Pérez ya se encuentra disponible, solo en cines.