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Isabel Allende se inspira en la guerra civil de 1891 en Chile para "Mi nombre es Emilia del Valle", su libro más reciente

Se trata de una novela histórica protagonizada por una joven periodista que viaja a Chile para reportar sobre el enfrentamiento entre congresistas y los leales al presidente José Manuel Balmaceda. La obra se publica en español el 20 de mayo.

06 de Mayo de 2025 | 17:18 | AP / Editado por M. Francisca Prieto, Emol
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Allende (82) cuenta que ahora está escribiendo una memoria, ayudándose con las cartas que le enviaba diariamente a su madre desde que cumplió 16 años.

AP / El Mercurio
Una guerra civil sangrienta y la trágica muerte por suicidio de un presidente derrocado, fueron los detonadores para "Mi nombre es Emilia del Valle", el libro más reciente de Isabel Allende.

La escritora chilena lleva hasta el campo de batalla a su protagonista, Emilia del Valle, una joven periodista californiana que logra ser enviada a Chile para reportar sobre el enfrentamiento entre congresistas y los leales al presidente José Manuel Balmaceda en 1891.

"Siempre tuve curiosidad por esa guerra civil", dice Allende. "Ahí murieron más chilenos que en los cuatro años de la guerra contra el Perú y Bolivia y se mataron como bestias", agrega.

Para contar la historia de Balmaceda, quien se quitó la vida tras ser depuesto, a Allende le interesaba un personaje que no fuera ni congresista ni del gobierno. Así surgió Emilia del Valle, una joven curiosa de 25 años, con un sentido de aventura, que habla español y tiene raíces en Chile gracias a su padre biológico. Emilia es una hija nacida fuera del matrimonio. Va a Chile para reportar sobre la guerra, pero también a encontrar sus raíces.

"A pesar de todo lo que le pasa, ella se enamora con el país", explica Allende, quien una vez más entrelaza California y Chile en su narrativa. "Me sale muy fácil escribir sobre Chile; a pesar de que no he vivido allí por tantos años, me siento todavía chilena", afirma la autora que vive en California desde la década de 1980.

"El doble de esfuerzo que un hombre"


En el campo de batalla, Emilia conoce a Angelita Ayalef, una mujer mapuche que forma parte de las llamadas cantineras, mujeres que seguían al ejército para alimentar y curar a los soldados, entre otras funciones no reconocidas.

"Al hacer la investigación para un libro, lo que importan son las preguntas", dice Allende. "¿Quiénes eran estas mujeres, las cantineras? La historia no les da una voz, no tienen personalidad, no hay nombres, pero te cumplían una función igual a la del soldado y morían como los soldados", sostiene.

Allende afirma que en un principio las trataron de prohibir, luego pedían que fueran "solteras de probada virtud", pero al final no pudieron apartarlas del ejército. Eran hermanas, madres, esposas y novias que seguían a sus hombres. Así surgió Angelita.

Al crecer con una madre católica irlandesa y un padrastro de origen mexicano, Emilia no es ajena a la religión y lleva consigo en todo momento una medalla de la Virgen de Guadalupe. A su padrastro, Emilia le dice de cariño Papo.

"Es un homenaje a mi propio padrastro. Yo tampoco conocí a mi padre, como Emilia, pero tuve un padrastro fantástico y entonces este es un homenaje a él", señala Allende.

Papo le dice a Emilia una frase con amor, pero tremenda: "Acuérdate, princesa, que deberás hacer el doble de esfuerzo que cualquier hombre para obtener la mitad de reconocimiento". Siendo mujer, ¿en algún momento Allende ha enfrentado esto?

La autora recordó cuando recién había escrito "La casa de los Espíritus" y se lo envió a la célebre agente literaria Carmen Balcells en Barcelona, quien impulsó el boom latinoamericano.

"Y ella me llamó y me dijo 'esta es una buena novela y te la voy a publicar, pero eso no significa que seas escritora'", rememora Allende. "Y te voy a advertir que por ser mujer vas a tener que hacer el doble de esfuerzo que cualquier hombre… Y eso fue la biblia, porque eso ha sido mi vida, el doble de esfuerzo para obtener respeto, reconocimiento por el trabajo que hago", asegura la escritora.

Además de esa frase, Balcells está presente de otra forma en la novela como una inspiración para el personaje de Paulina del Valle, una tía empresaria, exitosa, autónoma y brutalmente directa que introduce a Emilia a la alta sociedad chilena. Paulina también figura en sus novelas en "Hija de la fortuna" (1999) y "Retrato en Sepia" (2000).

"Cuando Carmen leyó los manuscritos (de esas novelas) me dijo '¡esta soy yo!', se reconoció inmediatamente", dijo Allende. Balcells falleció en 2015.

Allende logra adentrarnos a través de Emilia en la terrible crudeza de la guerra cuerpo a cuerpo, los cañonazos y la represión contra los seguidores de Balmaceda.

"En una novela histórica, ¿qué es lo que trato de hacer? Es darle voz a los que no la tienen, a las mujeres, a los derrotados, a los pobres", explica.

"Las batallas de entonces eran cuerpo a cuerpo, cara a cara, pero moría menos gente de la que muere ahora, porque se mataban de a uno. No se mataban en masa como se matan ahora, no existían los armamentos que existen hoy. Hoy día desde una oficina en Texas aprietan un botón y estalla una bomba en Irak y cuánta gente muere, no importa; son números nomás", plantea.

Allende le dedica el libro, que se publica el 20 de mayo en español, a su hermano Juan, quien la ayudó bastante para su investigación histórica.

Recuperar la memoria perdida


Allende asegura que no ha visto nada de la serie de "La casa de los espíritus" próxima a estrenarse en Prime Video, por lo que señaló que será para ella toda una sorpresa. Lo que sí sabe es de qué se tratará su próximo libro, que escribe ayudándose con las cartas que le enviaba diariamente a su madre desde que cumplió 16 años.

"En este momento, estoy escribiendo una memoria, que es mucho más difícil que una novela", dijo. "Resulta que he olvidado el 90% de lo que me ha pasado y el 10% que me acuerdo no pasó así, era distinto, pero entonces al ver las cartas, día a día, recupero la memoria perdida y recupero la emoción del momento, que eso también se pierde", explica.

A sus 82 años, Allende agradece poder seguir haciendo lo que más ama: "Todavía me funciona la cabeza. Mientras pueda prestar atención, recordar, no repetirme, voy a poder seguir escribiendo, pero llegará un día que no se va a poder".