Un hombre observa "La callecita", una de las obras analizadas en el estudio.
EFE
Al menos 30 de las 37 pinturas atribuidas al pintor neerlandés Johannes Vermeer muestran alteraciones, desde ajustes mínimos hasta modificaciones radicales, lo que incluye "La callecita" (ca. 1658-1659), según una investigación coordinada por el Rijksmuseum de Amsterdam.
Estos hallazgos forman parte de un
estudio multidisciplinar resumido en el libro "Más cerca de Vermeer", publicado con motivo del 350 aniversario de la muerte del artista.
Según el jefe de Bellas Artes del Rijksmuseum, Pieter Roelofs,
en "La callecita" Vermeer pintó originalmente la puerta del edificio cerrada y colocó la figura femenina a la izquierda, en el callejón, pero
después abrió la puerta y reposicionó la figura, duplicando el modelo en espejo, lo que "hace la escena más accesible al espectador". También se descubrió que
los niños jugando y la contraventana roja en el lado derecho fueron añadidos en una fase posterior.
En "Soldado y muchacha riendo", el sombrero del oficial estaba adornado con vistosas plumas de colores, mientras que
en "Diana y sus ninfas", Vermeer había representado una aljaba decorada con flechas que, años después, aparece casi idéntica a los pies de Cupido en "Muchacha leyendo una carta junto a una ventana abierta".
Otro ejemplo es
"La lechera", en la que
Vermeer incluyó inicialmente un soporte para jarras y una cesta para el fuego que luego eliminó, detalles de los que se percataron los investigadores ya en 2022.
El estudio también aportó
nuevos datos sobre la vida personal del artista.
Un documento hallado recientemente durante la investigación, firmado por el propio Vermeer, prueba que
actuó como representante legal de su familia política, los Thins-Bolnes, gestionando sus tierras en Oud-Beijerland, en el oeste de Países Bajos.
Además, dos nuevos archivos apuntan a que
su principal mecenas no fue su suegro, como se pensaba,
sino Maria de Knuijt, la esposa de un acaudalado ciudadano de Delft que apoyó activamente la carrera artística del pintor.
Estos hallazgos muestran una imagen más dinámica y compleja de Vermeer, lejos de la figura de pintor meticuloso. "Estos y muchos otros descubrimientos del libro dibujan la imagen de un
artista dedicado, en constante búsqueda de la perfección en sus pinturas", agregó Roelofs.
El estudio, en el que colaboraron conservadores, restauradores y especialistas de instituciones -como el Mauritshuis, el Metropolitan Museum of Art, la National Gallery de Londres y la Universidad de Amberes-, analizó en profundidad los métodos de trabajo y los materiales empleados por Vermeer.