. Su complejidad técnica es incluso mayor que la de géneros como la fantasía y la ciencia ficción, especialmente hoy con el avance de la tecnología. La combinación de música, cinematografía, actuaciones y demás exige mucho talento, y
.
La cinta narra la
historia de Julia, una estudiante de música que, en el proceso de encontrar su voz
-tanto literal como metafóricamente
- se une a sus compañeras de facultad en la lucha contra el acoso y el abuso que las mujeres han soportado durante generaciones. No obstante,
un episodio de su pasado la persigue: un confuso encuentro con el ayudante de su ramo de canto. Julia
deberá definir su rol en un movimiento colectivo que busca cambios, aunque estos cambios están sujetos a múltiples interpretaciones.
"La Ola" es el cuadro de un momento histórico pintado con música, colores intensos y, a veces, lo suficientemente disonantes como para distraer de la pintura completa. Lelio y el equipo de producción manejan muy bien el formato, aunque no siempre dan en el clavo con el tono que buscaban, dejando sensaciones mixtas. En esta nota analizamos todas las notas de este impactante musical.
Superproducción
Si la historia es una pintura, su producción es el marco que la encuadra y, bajo esa mirada, no se puede pedir un marco mejor. Este es un
proyecto ambicioso que no solo se atrevió a tomar un
género difícil como el musical, sino que además lo llevó a una
escala altísima, con un ensamble gigantesco, múltiples locaciones reconocibles y secuencias de mucha coordinación.
"La Ola" es un
espectáculo visual llamativo que no ofrece momentos planos en cuanto a lo estético. Algunas secuencias son más simples y otras parecen imposibles de filmar, pero siempre buscan comunicar un mensaje. Ya sea en el Metro de Santiago, en la facultad o en una comisaría,
la cámara nunca se aburre de mostrar lo que está ocurriendo, llenando la pantalla de expresionismo y color.
Con "La Ola", Sebastián Lelio acepta el desafío de entrar al género de los musicales. Crédito: Fabula.La historia de Julia
Entrando en la pintura en sí,
uno puede notar la mano -o la brocha- de Sebastián Lelio en la historia. Por más que la trama siga a un movimiento colectivo, esta nunca pierde de vista a su protagonista,
Julia, quien funciona como el corazón del relato. Esto nos permite seguir la historia de principio a fin, a pesar de que entremedio haya muchísima parafernalia, esplendor y caos.
La voz de Julia, interpretada de buena manera por Daniela López, es el hilo conductor que conecta a la audiencia en medio del mar de opiniones, tonos y estilos que "La Ola"” despliega. Lelio usa a este personaje de forma efectiva porque entiende que necesita esa ancla emocional que aterrice todo lo que sucede alrededor. De hecho, sería un error decir que esta es una película sobre el "Mayo Feminista": esta es
la historia de Julia, envuelta en el contexto del movimiento social.
Cantando fuera de tono
Lo más ambicioso de esta película no es su producción, ni tampoco la historia de su protagonista, es el juego de tonos que busca encontrar. "La Ola" camina constantemente sobre una delgada línea entre la fantasía musical
-o el esplendor, como lo llama su director
- y la crudeza del contexto.
Estos son tonos tan disonantes, que la mezcla parece no encajar del todo.
En algunos momentos la película encuentra ese matiz que funciona a la perfección: como la escena de la comisaría, o la escena en el Metro. Sin embargo, en muchos otros casos
la cinta se desbalancea en su tono y traspasa la barrera del "esplendor", para sentirse más ridícula que asertiva, o por lo menos algo que desconcentra la mirada del mensaje central.
Por desgracia, "La Ola" suele interrumpirse a sí misma en estos momentos.
Cuando parece construir el musical hacia un in crescendo, alguien en el ensamble canta fuera de tono. Claro, esto tiene un mensaje detrás, pero descoloca lo suficiente como para dejar de pensar en el mensaje y ponerse a pensar en por qué decidieron hacer eso. Al final, por más que se busque impactar con el estilo para dejar un mensaje, si ese impacto deja sensaciones extrañas, no por la historia, sino que por las decisiones que toma la película, algo en el tono dejó de ser efectivo.
Inevitables comparaciones
Para infortunio de "La Ola", la película
será inevitablemente comparada con el último musical fantástico-crudo basado en Latinoamérica: la infame "Emilia Pérez". Gracias al buen trabajo que hace Lelio y compañía, esas comparaciones deberían despejarse pronto, dado que
el estreno chileno muestra que es distinto y mejor. Tal vez esto igual afecte la mirada internacional a la hora de comenzar a hablar de una posible temporada de premios, pero la discusión no debiese ser larga.
Si pudiera hacer una mejor comparación,
"La Ola" se parece más a otro musical reciente: "Joker: Folie a Deux". ¿En qué sentido? En el que técnicamente la película funciona a la perfección; tiene buena cinematografía, actuaciones, coreografías y demás. No obstante, las decisiones que toma la película te dejan una sensación extraña al terminar esta, donde no estás convencido si la cinta funciona increíblemente bien, o no funciona del todo.
Por ahora solo queda esperar a ver lo que el tiempo dicte para "La Ola", que de todas formas es
una producción que llega como imperdible a las salas de cines y que vale la pena revisar, a pesar de que genere (probablemente) un arcoíris de emociones.
Nota: 2,9/5,0"La Ola" ya está disponible
en cines.
Agustín Pérez Achurra, crítico de cine (
https://www.instagram.com/hobby.space/)