EMOLTV

Crítica de cine | "Frankenstein": Una fábula de monstruosa calidad

El director mexicano Guillermo del Toro regresa con su nuevo proyecto, siguiendo la clásica historia y convirtiendo un conocido relato en la mejor película de Netflix del año.

08 de Noviembre de 2025 | 10:11 | Por Agustín Pérez Achurra
imagen

Jacob Elordi encarna al "monstruo de Frankenstein" en la película de Guillermo del Toro.

Netflix
Guillermo del Toro es sinónimo de artesanía de gran calidad en el cine. Aunque sus películas no siempre convenzan a la audiencia, es innegable la altísima calidad práctica y narrativa que el director mexicano le entrega a cada una de sus obras. Esa dedicación lo llevó a ser una de las grandes opciones de la plataforma Netflix para la temporada de premios y este año la apuesta parece dar frutos con su nueva película: la esperada "Frankenstein".

La cinta adapta el clásico relato de Mary Shelley sobre un científico brillante y la criatura que engendra con su monstruosa ambición. La estructura narrativa que contrasta las historias del científico -humano por fuera, monstruo por dentro- y la criatura -monstruo por fuera, humano por dentro-, mostrando cómo sus caminos se cruzan dejando destrucción en el camino.

"Frankenstein" es una ambiciosa fábula que se rige por la inmersiva artesanía de Guillermo del Toro y se sustenta por las increíbles actuaciones de Oscar Isaac y Jacob Elordi. Esta película exige paciencia que vale la pena invertir, ya que en cada rincón de la pantalla hay un trabajo de altísima calidad. En esta nota repasamos las virtudes de la nueva película del director Guillermo del Toro.

Un artesano


Como ya se mencionó, las películas del director mexicano no siempre agradan unánimemente al público. Su forma de escribir historias tiende a buscar un respiro ante la tormenta para poder pintar a sus personajes, más que concentrarse en la tormenta en sí. Esto genera menor dinamismo en la historia, pero permite que la cámara pueda absorber todo lo que está en la pantalla y que los detalles no pasen desapercibidos. Por lo mismo, ya es costumbre que al ver una película de Guillermo del Toro, la producción, los vestuarios, el maquillaje y los efectos especiales -prácticos en particular- sean de altísimo nivel.

"Frankenstein" no es la excepción. Su montaje está repleto de detalles que se reflejan en la pantalla como una pintura compleja. No es solamente la calidad de las prótesis que tiene el denominado "monstruo de Frankenstein", sino que es el vestuario del elenco, la decoración de los sets y la infinidad de espacios que el director ocupa para que nos sumerjamos en este mundo sin cuestionarnos qué es real y qué no. Su pasión por los monstruos y lo gótico, se transmite y te transporta hacia ese mundo, aunque lo estés viendo desde casa.

Lo mismo se puede decir de la cinematografía. El uso de cámaras en esta cinta tiene una clara intención: cuando el director quiere concentrarse en los personajes, las tomas se acercan a estos y capturan la vulnerabilidad que los atormenta. A su vez, cuando los momentos demandan acción o dinámica, la cámara se mueve y recorre los espacios con una coreografía de mucha precisión. Puede que esto último suceda bastante menos de lo esperado en una película de más de dos horas y media, pero cuando aparecen uno no puede evitar quedar asombrado.


Oscar Isaac interpreta a Víctor Frankestein, un brillante científico humano por fuera, monstruo por dentro. Crédito: Netflix.

Dos monstruos


El núcleo de la película se encuentra en el contraste de sus personajes protagónicos. Tanto Víctor como su criatura, transitan un camino en común entre lo humano y lo monstruoso, aunque en dirección contraria. El primero representa su humanidad siendo absorbida por su ambición, mientras que el segundo muestra su humanidad florecer gracias a su compasión.

Este contraste se retrata de forma clara gracias a sus intérpretes, Oscar Isaac y Jacob Elordi, quienes entregan actuaciones excepcionales. Isaac desde el primer minuto tiene ritmo e intensidad, su personaje busca el control y su rostro siempre lo está reflejando. La primera parte de la película regresa constantemente a la cara del actor para que veamos cómo su sonrisa se disipa en desesperación, la que Isaac supo muy bien cómo visualizar.

Por otro lado, Elordi entrega una interpretación más física y grandilocuente de la criatura de Frankenstein. Este es un rol que debe señalar la forma en que uno comienza su vida, desde la inocencia, hasta el conocimiento. Elordi hace un buen trabajo moviéndose en pantalla de forma errada y minuciosa, como un cachorro más alto que su amo. Es un desplante sorprendente para un actor tan joven, que posiblemente encontró su mejor actuación hasta la fecha.

Paciencia


Pese a la magnitud de su producción, Frankenstein no es un "blockbuster" o un pasatiempo. Es un drama pausado que observa a sus personajes con detenimiento, más interesado en lo que los mueve que en lo que los enfrenta. Del Toro propone una reflexión sobre la creación, la soledad y el límite entre lo humano e inhumano, utilizando la fábula clásica como espejo del alma.

El filme comienza con una secuencia impresionante de acción que dejará a muchos pidiendo más. No obstante, rápidamente se enfoca en contar las historias de sus personajes, lo cual toma su tiempo. Por más que este drama se trate del científico y la criatura, la primera hora se basa más en el primero y su locura. Esta puede ser entretenida, pero el ritmo de la cinta -y probablemente los momentos más interesantes- llega cuando se crea al denominado monstruo y se empieza a ver la vulnerabilidad de ambos en el destino que comparten.

En otras palabras, este no es un panorama que ayude a pasar el rato durante el fin de semana. Esta es una película que, para entender y comprender, merece la atención de quien la vea, porque quien lo haga se encontrará con un relato lleno de emoción y calidad técnica que encumbra dentro de lo mejor del año para Netflix.

Nota: 4,4 / 5,0

"Frankenstein" ya está disponible, en Netflix.


EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?