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Crítica de cine | "Avatar: Fuego y Cenizas": Más espectáculo que historia

La tercera parte de la aclamada saga de James Cameron llega a los cines con una experiencia visual inigualable, pero con una historia que repite mucho de los hitos vistos anteriormente.

20 de Diciembre de 2025 | 10:07 | Por Agustín Pérez Achurra
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Escena de "Avatar: Fuego y Cenizas".

AP
No podemos negar que "Avatar" es una de las sagas más exitosas de la historia del cine. La primera entrega, estrenada en 2009, es la película más taquillera de todos los tiempos, mientras que su segunda parte, estrenada en 2022, también entra en el podio del éxito comercial. Esta franquicia se ha vuelto sinónimo de evento cinematográfico gracias al impulso de nueva tecnología y efectos especiales en la pantalla grande, y esta semana regresa a las salas con una tercera entrega: "Avatar: Fuego y Cenizas".

La cinta lleva a las audiencias de regreso a Pandora en una nueva aventura inmersiva con el marine convertido en líder Na'vi, Jake Sully (Sam Worthington), la guerrera Na'vi Neytiri (Zoe Saldaña) y la familia Sully. Continuando inmediatamente después de los sucesos de "El Camino del Agua", los Sully deben lidiar con la pérdida de un miembro de la familia y con una nueva amenaza que asoma en el horizonte: la peligrosa tribu de las cenizas.

"Avatar: Fuego y Cenizas" es una epopeya visual. No obstante, su historia tiene retornos decrecientes. Esta entrega no encuentra nada nuevo que decir en un mundo que parece achicarse, al punto donde las repeticiones son más nítidas que la calidad de la imagen. Definitivamente entretenida, pero sin mucho impacto. En esta nota revisaremos lo bueno y lo malo de este tan esperado estreno.

Experiencia inmersiva


Comenzando por lo positivo: esta nueva aventura en Pandora es una experiencia inigualable en la sala de cine. Desde el primer minuto el asombro se apodera de la audiencia. Este mundo, junto con sus habitantes, parecen estar vivos gracias a "la magia del cine" que encuentra James Cameron y su gran enfoque por empujar los límites de los efectos especiales. El director arroja a la pantalla todo tipo de tomas y secuencias que impulsan la aventura a nuevos límites. Desde cambios de perspectivas, ángulos poco comunes, hasta planos que deslumbran por su escala, "Avatar: Fuego y Cenizas" no tiene ni un solo momento donde lo visual no sea espectacular.

Por otra parte está la digitalización de los personajes. El "Motion Capture" -tecnología con la cual capturan los movimientos de actores que dan vida a los Na'vi en Pandora- avanza de forma inaudita y con cada nueva entrega de "Avatar" vemos mayor sutileza en las interpretaciones. Zoe Saldaña en particular se destaca por su gran actuación como Neytiri, personaje que debe procesar la muerte de su hijo y que es sesgada por su sed de venganza. La actuación de la actriz ganadora del Oscar se potencia gracias a la tecnología, mostrando toda la vulnerabilidad humana dentro de un personaje alienígena. Realmente magnífico y un nuevo paso hacia adelante para el cine.


Zoe Saldaña interpreta a Neytiri en "Avatar: Fuego y Cenizas". Crédito: AP.

El guion


Por más que los efectos visuales potencien la experiencia, la narrativa es el corazón del cine, y si esta flaquea, todo se derrumba. Por desgracia, ese es el caso de "Avatar: Fuego y Cenizas". Esta tercera entrega no logra desmarcar su historia de lo sucedido en las anteriores, sintiéndose más como una reiteración que como una continuación. Los personajes continúan sus arcos dramáticos sin cambios al finalizar la película: los hijos buscan su lugar en el mundo, los padres resuelven un conflicto moral y el villano principal sigue en la misma disyuntiva. Entre el final de la segunda entrega y este nuevo estreno, los personajes cambian poco y nada, a pesar de que la historia se extiende por más de tres horas.

Ni siquiera los escenarios dentro de este supuesto vasto mundo varían demasiado. La película establece dos nuevas locaciones que no duran más de una o dos escenas. Pandora posee un ecosistema ficticio impresionante, pero parece girar en torno al mismo arrecife de siempre.

Como si las repeticiones fueran pocas, el guion también peca de constantes diálogos básicos. La sutileza ya mencionada en las expresiones se pierde cuando las palabras son tan simples. Cada momento dramático es interrumpido por diálogos burdos que recurren a jergas estadounidenses para sentirse más humanos, pero que terminan restándole peso a la fantasía.

Sin impacto


Preguntarse cuál es el impacto de esta saga en la historia del cine da para una discusión interesante. Su extraordinario éxito en taquilla es innegable, sin embargo, la saga de "Avatar" nunca fue una que tuvo relevancia cultural después de su estreno. No hay poleras usadas en la calle, no hay frases que sean catalogadas como icónicas, no hay personajes que entren en el ranking de favoritos de una persona. Entonces, ¿qué tan relevante es esta saga?

"Avatar: Fuego y Cenizas" será un vistazo a una posible respuesta a esta pregunta. Desde el punto de vista de la historia, no hay nada que destacar por sobre otras películas de este mismo año. No hay puntos en la trama que sean virales por su emoción, ya que muchos de estos hitos ya los vimos. Al salir de la sala la otra pregunta que debemos responder es ¿cuánto de esta película recordaremos en un mes? Por desgracia, la respuesta de quien escribe es "poco".

Dicho esto, ¿vale la pena la experiencia? La respuesta es sí, por más pasajera que sea. Por lo menos es una demostración de los límites que el cine puede superar desde la tecnología. Aunque esta película no encante desde su núcleo -la historia-, tiene méritos suficientes para invitar a la audiencia a tener una experiencia única en la sala de cine. Después de eso, solo el tiempo nos dirá qué tan importante fue esta saga para la industria.

Nota: 3,0 / 5,0

"Avatar: Fuego y Cenizas"
ya está disponible, solo en cines.

Agustín Pérez Achurra, crítico de cine (https://www.instagram.com/hobby.space/)