En 2014 se celebraron 75 años desde que refugiados españoles llegaron a Chile en el barco Winnipeg en 1939. Entre los viajeros se encontraban cerca de 2.200 personas, entre adultos y niños, que escapaban de la guerra civil que había en su país. El entonces Presidente Pedro Aguirre Cerda, se comprometió con la causa que financió el traslado de los inmigrantes, por lo que nombró como cónsul delegado en París al poeta Pablo Neruda, a fin de que se encargara de la organización del traslado de miles de españoles prisioneros en los campos de concentración del sur de Francia. Finalmente, el 3 de septiembre de 1939 se concretó su llegada al país con la creación del Comité Chileno de Ayuda a los Refugiados Españoles.
Corría junio de 1999 cuando un grupo de 26 inmigrantes provenientes de la ex Yugoslavia buscaban asilo en Chile, en lo que fue uno de los más grandes fracasos en esta materia de los cuales el país tiene memoria. Los refugiados se quejaron de no haber recibido la ayuda necesaria para asentarse en el país, ya que no contaban con un hogar digno para vivir, ni con seguros sociales y de salud, algunos de ellos incluso tuvieron que mendigar. El documental “Nema problema” (2001), de Cristián Leighton y Susana Foxley, muestra las dificultades que tuvieron que afrontar estos inmigrantes, quienes en su mayoría dejaron el país a pocos años de su arribo.
Durante 1999 en Chile se inició un Programa de Reasentamiento que permitió la llegada de centenares de refugiados de distintas nacionalidades, donde destacaban los colombianos que huían del conflicto militar y la violencia en que estaba sumido su país.
Para el año 2000, según la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), eran alrededor de 2 mil los inmigrantes que llegaron a Chile, de los cuales el 90% pertenecía a personas que venían desde Colombia. El 20% de los refugiados se concentraban en la zona norte, específicamente en Arica, Iquique, Calama y Antofagasta. La situación de estos sudamericanos se ha mantenido hasta el último tiempo, llegando el año pasado a ser más de 22 mil los colombianos que viven en el país.
En marzo de 2009, durante el primer mandato de Michelle Bachelet, 117 palestinos llegaron en calidad de refugiados a Chile, escapando del conflicto vivido en la frontera de Irak con Siria. Se trató de un grupo de 58 adultos y 59 menores, pertenecientes a 29 familias -seleccionadas en base a criterios de ACNUR, el Gobierno y la Vicaría de Pastoral Social de los Trabajadores- que se asentaron en ciudades como La Calera, San Felipe y Santiago (especialmente Recoleta y Ñuñoa). Actualmente Chile es el país, fuera del mundo árabe, que cuenta con la comunidad palestina más grande a nivel mundial.