GINEBRA.- La oposición siria intentó este lunes conseguir garantías para la protección de los civiles en una reunión con el emisario especial de la ONU, Staffan de Mistura, poco antes de empezar en Ginebra negociaciones indirectas con el régimen de Bashar Al Assad, que buscan una salida a cinco años de guerra civil.
Antes de empezar a hablar con el Gobierno sirio, los opositores piden el fin de los bombardeos, el fin de los asedios y la liberación de los detenidos.
Un reunión prevista para este lunes entre la ONU y representantes del Gobierno fue aplazada para que Mistura pudiera primero reunirse formalmente con la oposición. La instancia podría celebrarse finalmente el martes, según una fuente del Gobierno sirio.
Ambas reuniones se consideran discusiones informales, previas a la apertura oficial de negociaciones.
La ONU recalcó sin embargo que la instancia no debe impedir que se juzgue a los responsables de crímenes de guerra. "Ninguna amnistía debe concederse a quienes son sospechosos de crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra", indicó el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Husein.
Las violaciones de los derechos humanos son diarias en Siria, donde los bombardeos matan tanto a civiles como a combatientes. Actualmente hay unas 15 ciudades sitiadas en el país y miles de civiles están detenidos de forma arbitraria, según la entidad.
Tras meses de dudas, el denominado Alto Comité de Negociaciones (ACN), una coalición de opositores políticos y de representantes de grupos armados, accedió finalmente a participar este lunes en el diálogo en el Palacio de las Naciones de la ONU en Ginebra.
"Tenemos garantías de nuestros amigos en la comunidad internacional y hemos tenido una repuesta positiva del emisario especial de la ONU", explicó uno de los portavoces del ACN, Salem al Meslet.
El domingo, la delegación del ACN se reunió con los principales diplomáticos occidentales implicados en el proceso de paz y recibió en su hotel al emisario de la ONU.
Desconfianza
Según una fuente diplomática, el ACN desconfía tanto del régimen como de la entidad de derechos humanos, y quiere "algo tangible y visible enseguida (...) lo más fácil sería liberar a civiles" de una lista de 3.000 mujeres y niños prisioneros elaborada por la oposición.
Mistura quiere poner en marcha un diálogo indirecto entre las dos partes, en un proceso que podría durar hasta seis meses, el plazo fijado por la ONU para instaurar una autoridad de transición encargada de organizar elecciones a mediados de 2017.
Para apoyar a la ONU numerosos diplomáticos se encuentran en Ginebra para llevar a cabo reuniones paralelas. Es el caso de la secretaria de Estado norteamericana adjunta para Medio Oriente, Anne Patterson, y del emisario de Estados Unidos para Siria, Michael Ratney, que este lunes se reunirán con el viceministro de Relaciones Exteriores ruso Guennadi Gatilov.
Desde marzo de 2011, la guerra en Siria ha dejado más de 260.00 muertos y ha llevado a millones de personas a abandonar sus casas.
El caos también ha permitido el auge del grupo yihadista Estado Islámico (EI) que ha conquistado amplias zonas del país. El domingo un atentado contra una mezquita chiita reivindicado por el grupo mató a cerca de 70 personas cerca de Damasco.
A pesar de la situación de urgencia humanitaria, la desconfianza complica mucho la solución del conflicto y el embajador sirio en la ONU, Bashar al Jaafari, acusó el domingo a la delegación opositora de no ser "seria ni creíble".
Por su parte, el ACN confirmó que su delegación será liderada por el jefe rebelde islamista Mohamed Allush, miembro del grupo Jaich al Islam (Ejército del Islam), un movimiento de inspiración salafista considerado "terrorista" por el régimen sirio.
El gobierno de Damasco considera "terroristas" a todos los rebeldes, sean moderados o yihadistas.