WASHINGTON.- El partido Republicano descendió este jueves un nuevo peldaño en una crisis sin precedentes ante el resistido liderazgo del multimillonario Donald Trump para las elecciones de noviembre, y que se trasladó de lleno a un áspero debate entre los aspirantes a la Casa Blanca.
Trump y los senadores Ted Cruz y Marco Rubio se trabaron, una vez más, en un verdadero festival de agresiones, burlas y acusaciones de todo tipo en un debate apenas dos días después de la jornada electoral del "Súper martes", mostrando las heridas abiertas en el interior del partido.
Como era esperado, Cruz y Rubio centraron toda su artillería en Trump, acusándolo de decir a los electores solo aquello que quieren escuchar, no ser suficientemente conservador como para representar el partido o de cambiar de opiniones con demasiada frecuencia, inclusive con cuestiones de seguridad nacional.
"Donald tiene una relación muy tenue con la verdad", dijo Cruz en un momento, desatando una carcajada general en la audiencia del debate, que se realizó en la ciudad de Detroit (Michigan).
Respuesta de Trump
Trump respondió fiel a su estilo, acusando impiadosamente a Rubio de no cumplir con sus obligaciones como senador y a Cruz de mentir desde el inicio de la campaña.
En varias oportunidades los moderadores del debate tuvieron que llamar la atención de los aspirantes presidenciales para contener el intercambio de gritos y acusaciones. Solo las intervenciones del cuarto candidato, el gobernador de Ohio, John Kasich, quien en todo momento evitó reproches personales al resto de aspirantes, detuvo el intercambio.
"Dos tercios de los votantes han dicho que no te quieren", espetó el senador por Florida al poco de empezar el debate, para a continuación acusarle de no tener valores suficientemente conservadores.
A él se le unió el senador por Texas, quien aseguró que, durante cuarenta años, "Trump ha sido parte de la corrupción de Washington con la que (sus votantes) están furiosos, es alguien que ha usado el poder del Gobierno para beneficios privados".
Como ya había hecho en otras ocasiones, Cruz le recordó a Trump sus apoyos anteriores a políticos demócratas y a algunos republicanos que redactaron la propuesta de reforma migratoria en 2013.
"En 2008, Trump le dio cuatro cheques a Hillary Clinton para que fuese presidenta", remachó el político conservador.
Trump se defendió de estas acusaciones recordando que "hasta hace poco" él no era un político, sino un hombre de negocios y que, como tal, buscaba "lo mejor" para su empresa, para sus empleados y para su familia, lo que conllevaba apoyar a políticos de uno y otro bando.
"En 2008 apoyé a Hillary Clinton porque estaba haciendo negocios. También he apoyado a Ronald Reagan y a George Bush. La última persona a quien Clinton se quiere enfrentar soy yo", aseguró el magnate.
Trump contra Rubio
Además, el magnate puso sobre la mesa que él ha ganado ya las primarias en 10 estados y Cruz "sólo en 4" y llamó en varias ocasiones a Rubio "pequeño Marco".
"Este don nadie ha mentido mucho sobre mi historial. El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) es un desastre total y Marco lo apoya", dijo Trump sobre Rubio.
"No tiene respuestas, le preguntas sobre la economía y lo primero que responde es algo sobre un don nadie", se defendió el senador, quien acusó al magnate de no haber demostrado "la curiosidad intelectual o el interés" por aprender sobre política exterior.
"Has expresado admiración por Vladimir Putin. Todavía tienes que responder a una sola pregunta sobre política exterior", le respondió Rubio.
Por su parte, Cruz valoró que "es fácil decir 'hagamos las cosas grandes otra vez' (en referencia al lema de campaña de Trump), es fácil incluso imprimirlo en una gorra, pero eso no va a solucionar nada", y recriminó al magnate que "el pueblo estadounidense sabe que gritar no te hace un tipo duro".
El debate de este jueves no contó con la presencia del neurocirujano retirado Ben Carson, quien el miércoles emitió un comunicado en que sugirió que prepara su salida de la campaña electoral.