BEIJING.- Huang Yu, quien trabajaba como técnico informático, fue condenado a muerte en China por vender archivos que contenían códigos de comunicación militar, asuntos financieros y temas relacionados con el Partido Comunista del país.
El hombre de 42 años comenzó a divulgar la información a una "organización de espionaje extranjera", cuyo nombre no fue dado a conocer por las autoridades chinas, luego de que el 2002 se le amonestara por un deficiente ejercicio de sus funciones en un instituto de encriptación de Chengdu.
Durante el 2002 y el 2011, Yu viajó a diferentes ciudades del sudeste asiático haciendo entrega de los documentos clasificados y recibiendo un monto cercano a los 700.000 dólares. El crecimiento de su patrimonio y sus variados viajes fue lo que alertó a las autoridades y terminó en su arresto el 2011.
El canal de televisión estatal CCTV, que no dio a conocer la fecha del procesamiento, mostró a Yu con la cabeza rapada y un traje naranjo de reo mientras relataba sus delitos. Exhortó a aquellos que ayudan a países extranjeros a espiar a China a que se entreguen a las autoridades.
Este caso es parte de una campaña nacional para crear conciencia sobre la seguridad interna del país y la importancia de salvaguardar los secretos de Estado.