DUBLÍN.- Irlanda del Norte y Escocia no tendrán un estatus especial en la Unión Europea (UE) tras la salida del Reino Unido del bloque comunitario, aseguró hoy la ministra británica para el primero de los países, Theresa Villiers.
La secretaria de Estado hizo esas declaraciones después de reunirse en Belfast con el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Charlie Flanagan, con quien analizó las consecuencias del Brexit para la isla.
La titular para Irlanda del Norte, que hizo campaña a favor de la ruptura de Londres con Bruselas, rechazó así la posibilidad de que las dos provincias británicas que votaron en contra de esa opción en el referéndum del pasado jueves tengan una relación diferente con Bruselas que Gales o Inglaterra, que apoyaron la salida.
"Las reglas de la UE son muy claras, la pertenencia atañe al Estado miembro. Se trata de una cuestión nacional, no es posible, de acuerdo con las normas comunitarias, que solo una parte de un país esté en la UE", subrayó la política conservadora.
Villiers recalcó que el electorado británico ha votado para dejar el club comunitario y advirtió de que "esa decisión va a ser respetada".
Aunque indicó que su Gobierno representará a "una sola nación" en las negociaciones que mantendrá con Bruselas para determinar las condiciones de su nueva relación, adelantó que defenderá "los intereses particulares" de Irlanda del Norte, como el mantenimiento de un área de libre circulación de bienes y personas en la frontera con la República de Irlanda.
"Creo que podremos mantener una frontera como es hoy en día, abierta y de libre circulación. Creo que ese objetivo es de interés para el Gobierno irlandés y británico", declaró Villiers.
El resultado del referéndum sobre el "brexit" ha vuelto a poner sobre la mesa la cuestión de la independencia de Escocia, mientras que en Irlanda del Norte el nacionalista Sinn Féin ha pedido la celebración de una consulta sobre la unificación de Irlanda.
Los partidarios de la permanencia del Reino Unido en la UE en esas dos regiones británicas también han reclamado una relación especial con Bruselas para mantener sus vínculos con el bloque comunitario.
En este sentido, Villiers insistió en que, a pesar del "brexit", no se dan ahora mismo las condiciones necesarias para celebrar un referéndum en Irlanda del Norte.
En virtud del Acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), el responsable británico en la región tiene poderes para convocar una consulta si existen evidencias que confirmen un cambio en la opinión pública norirlandesa respecto a su estatus constitucional.
"Esta es una cuestión que revisamos constantemente, pero nada indica ahora que haya habido un cambio en ese sentido", agregó Villiers.