BUENOS AIRES.- El empresario argentino Lázaro Báez, quien fuera el principal adjudicatario de obra pública en el sur del país trasandino y estrecho colaborador del fallecido ex Presidente Néstor Kirchner, prestó hoy declaración por presunto lavado de dinero con un escrito en el que negó los cargos de los que se le acusa.
Báez, quien permanece detenido desde abril, se presentó esta mañana ante el juez federal Sebastián Casanello y ejerció su derecho de no responder preguntas y declarar por escrito.
En el texto presentado, que la agencia estatal de noticias Télam divulgó después, Báez alega que no existen "pruebas concretas" contra él y que la acusación del juez "no deriva de un acto de conocimiento" sino de un "relato" de lo que podría haber sucedido, alimentado por las noticias periodísticas.
El magistrado investiga supuestas maniobras a través de una financiera para sacar del país sumas millonarias en dólares, presuntamente originadas mediante el uso de facturación apócrifa para simular gastos en el marco de los contratos de obra pública con el Estado.
Este martes habían testificado también por escrito los tres hijos de Báez, investigados en la causa especialmente tras detectarse que poseen 25 millones en cuentas de Suiza, supuestamente procedentes de operaciones ilegales.