Dilma Rousseff estuvo acompañada de sus colaboradores.
AFP
SANTIAGO.- La recientemente destituida Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, condenó y rechazó la decisión del Senado de aprobar el juicio político en su contra y alejarla del poder, insistiendo en que se trata de un nuevo golpe de Estado.
"Hoy, el senado Federal tomó una decisión que entra en la historia de las grandes injusticias", partió diciendo la depuesta Mandataria, acompañada de su círculo de colaboradores.
Así, Rousseff criticó con dureza la categórica decisión de los parlamentarios, asegurando que con esta votación, "los políticos que buscan desesperadamente escapar del brazo de la justicia tomarán el poder junto con los derrotados en las últimas cuatro elecciones".
"Es una inequívoca elección indirecta, en la que 61 senadores sustituyeron la coluntad expresada por 54,5 millones de votos. Es un fraude, contra el cual vamos a recurrir a todas las instancias posibles", agregó.
"Este es el segundo golpe de Estado que enfrento en la vida", enfatizó Rousseff, insistiendo en la que ha formulado desde que fue suspendida el pasado 12 de mayo. De este modo, aseguró que el primero fue el golpe militar de 1964 que tuvo que enfrentar "cuando era una joven militante".
El segundo golpe, aseguró, es "el golpe parlamentario realizado hoy por medio de una farsa jurídica, que me derroca del cargo para el cual fui electa por el pueblo".
Asimismo, recalcó que dicho golpe no sólo fue contra ella o su partido, sino que afectará "indistintamente a cualquier organización política progresista y democrática".
"El golpe es contra los movimientos sociales y sindicales y contra los que luchan por sus derechos en todas sus acepciones: derecho al trabajo y la protección de los trabajadores; derecho a una jubilación justa; derecho a una vivienda y un terreno; derecho a la educación, la salud y la cultura; derecho a que los jóvenes sean protagonistas de su historia; los derechos de los negros, los indígenas, la población LGBT, las mujeres; el derecho de manifestarse sin ser reprimido", enfatizó.
Acto seguido, continuó calificando este presunto golpe como un acto "contra el pueblo y la nación", además de ser "misógino, homofóbico, y racista".
De todos modos, dejó un mensaje a los brasileños: "Esta historia no termina así. Estoy segura que la interrupción de este proceso por un golpe de Estado no es definitiva. Nosotros volveremos. Volveremos para continuar nuestro viaje hacia un Brasil en el que el pueblo es soberano", sostuvo.