VENEZUELA.- Cuando se le permite asistir a las misas que se celebran los miércoles en la cárcel de Ramo Verde, el dirigente opositor Leopoldo López es flanqueado por dos militares: uno se le sienta a la derecha y el otro a la izquierda. Cuando el sacerdote invita a darse el abrazo de la paz, todos los asistentes a la ceremonia pueden hacerlo menos el dirigente de Voluntad Popular, pues tiene impedido establecer contacto físico ni hablar con las demás personas.
López cumple hoy 1.000 días preso, luego de que fuera sentenciado a 13 años, nueve meses y siete días de cárcel por su supuesta responsabilidad en la muerte de 43 personas durante las protestas en contra del régimen chavista en 2014. Según informó su abogado Juan Carlos Gutiérrez, 548 de aquellos mil días los ha permanecido en aislamiento en solitario.
"Pernocta en una celda de dos por tres metros cuadrados, donde solo dispone de una cama. La celda más amplia y cómoda, que ha mostrado Diosdado Cabello, es un espacio contiguo donde pasa el resto del día y donde durante unos pocos meses pudo recibir a sus familiares directos, los únicos que pueden visitarlo. Ahora se reúne con su esposa e hijos, madre y hermanas en la planta baja de la cárcel, sin privacidad alguna", describió Gutiérrez.
"No se le permiten llamadas telefónicas ni leer lo que le interesa. Por ejemplo, nada de revistas de surf o de aves, ni poesía, ni autores como Vargas Llosa, ni textos en inglés", agregó.
El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela también mostró imágenes de López jugando básquetbol en la cancha del penal. Su abogado precisó que ello sólo sucede de vez en cuando".
"Eso ocurre esporádicamente y solo se le permite jugar con militares que tienen prohibido hablarle, so pena de ser castigados. Cualquier otro recluso que haga contacto visual con Leopoldo en las pocas oportunidades en que lo sacan de su celda es castigado con suspensión de visitas familiares", afirmó.
El aislamiento en solitario está definido en el derecho internacional de los derechos humanos como la imposibilidad de que un recluso establezca contacto con otras personas durante más de 20 horas al día. Cuando se impone como sanción es considerado una forma de trato cruel, inhumano y degradante.
Gutiérrez asegura que López ha permanecido aislado en solitario más de la mitad del tiempo que lleva preso sobre la base de los siguientes cálculos: de lunes a jueves se le permite ver a sus abogados (uno a la vez) por un lapso máximo de una hora al día. Y de jueves a sábado puede recibir visitas familiares hasta cinco horas por día. En total son 19 horas a la semana de contacto con abogados y familiares y 149 de aislamiento.
El defensor reveló algunas osadías para afrontar la vigilancia extrema de sus comunicaciones con López: "Si yo le escribo algo, él se come el papel; si él me escribe algo, me lo como yo".
Antonieta Mendoza de López, madre del preso político, afirma que las visitas familiares son administradas por el gobierno, "y no por las autoridades de Ramo Verde", con la lógica de premio y castigo.
"La última evidencia la tuvimos inmediatamente después de que Voluntad Popular decidió no participar en la mesa del diálogo con el gobierno. Pasamos una semana sin ver a Leo. En los esfuerzos para quebrar anímicamente a mi hijo, el gobierno sabe que puede hacerle daño si también maltrata a sus familiares. La vejación más terrible que yo he sufrido fue cuando me desnudaron frente a mi nieta Manuela. Para mí no hay dudas: le aplican tortura psicológica".
En manos de Maikel Moreno
El recurso de casación ejercido por la defensa de López está en manos del presidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno.
En el documento de 189 páginas, interpuesto el 28 de octubre, se identifican siete presuntos vicios de la sentencia dictada por la Sala 1 de la Corte de Apelaciones de Caracas, el 12 de agosto de 2016. En esa oportunidad, dicha sala, presidida por Jimai Montiel, ratificó la condena que emitió la jueza 28 de Juicio, Susana Barreiros, el 10 de septiembre de 2015.
Preocupación internacional
Naciones Unidas, la OEA, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, así como presidentes, primeros ministros, gobiernos, Parlamentos, líderes mundiales, premios nobel y artistas de todo el mundo han solicitado la liberación de Leopoldo López.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas cautelares a favor del dirigente opositor, al considerar que su vida e integridad personal estaban en peligro.
El Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, el Comité contra la Tortura y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU han denunciado vicios en el proceso penal contra el dirigente de Voluntad Popular.