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Crisis migratoria en la UE: Qué es el Reglamento de Dublín y cuáles son las propuestas para cambiarlo

Los jefes de Estado y de Gobierno de los países del bloque buscan una solución a la llegada masiva de refugiados al continente. La clave está en la reforma de un sistema considerado poco equitativo e ineficiente.

28 de Junio de 2018 | 15:43 | Redactado por Valentina Salvo U., Emol
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EFE
SANTIAGO.- En la Unión Europea (UE) se discute desde hace días sobre las distintas fórmulas para evitar la llegada de migrantes y refugiados. Aunque hasta ahora la posibilidad de llegar a un acuerdo no se ve fácil, la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que comenzó este jueves en Bruselas, y que se extenderá hasta este viernes, podría resultar vital.

Y es que los países europeos no logran sacar adelante su reforma desde hace más de dos años, época marcada por la crisis migratoria de 2015. La clave del debate sigue siendo el Reglamento de Dublín, que establece que el país por el que ingresa por primera vez un inmigrante a territorio europeo, será el encargado de gestionar su solicitud de protección internacional.

Fue propuesto en 1990 como una forma de crear marcos de regulación a la llegada de inmigrantes ilegales y refugiados, tras la creación de la zona europea de libre circulación ("espacio de Schengen"). Sus principales objetivos son evitar que una persona pida refugio en más de un país a la vez; que cada refugiado escoja el país donde quiere ir (asylum shopping); o que una persona se encuentre en Europa sin que ningún país examine su solicitud (orbiting).

Sin embargo, con Dublín no se logró el nivel de acuerdo esperado, debido a la diversidad de sistemas jurídicos nacionales existentes en el seno de la UE y por la pluralidad de definiciones de "refugiado" aplicadas por los distintos países. Posteriormente surgirían otros dos reglamentos: "Dublín II" (2003) y "Dublín III" (2013), que fueron adaptándose a los nuevos escenarios. No obstante, las críticas y cuestionamientos se fueron haciendo cada vez más fuertes.

Principales críticas

Según analistas y diversas organizaciones, una de los grandes problemas es que la concepción de este sistema no está basada en el principio de "solidaridad", si no que más bien en el de "responsabilidad", y que en ese sentido no es equitativa. Dublín fue pensado para determinar de forma rápida y preestablecida qué estado tiene la "responsabilidad" en cada una de las solicitudes. Sin embargo, no busca, en ningún caso, distribuir esta tarea de forma igualitaria.

Países que están "mal ubicados" como Italia, a cuyas costas llegaron casi medio millón de migrantes desde 2015, consideran insostenible seguir con esta política. Abogan por un reparto de los migrantes entre todos los países, algo que choca de plano con aquellas naciones del Este, conocidas como el Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, la República Checa y Eslovaquia).

Además, la regulación es cuestionada por ser ineficiente, costosa y por, incluso, vulnerar los derechos de los solicitantes de asilo, pues no garantizaría un examen justo de las solicitudes de asilo en todos los estados miembros e impide a cada inmigrante escoger dónde ir.

Propuestas para la recepción de inmigrantes

Ante la falta de avances en la reforma de la política común en temas de inmigración, las diferentes propuestas y métodos para reemplazar Dublín se volvieron prioridad. Una "minicumbre" realizada el domingo reflejó dos principales opciones: establecer centros de migrantes en países fuera del bloque y la creación de "centros cerrados" en Europa.

La primera implica la instalación de "plataformas regionales de desembarco fuera de Europa", donde trasladar a los migrantes socorridos en el mar y desde allí llevar a cabo la selección de aquellos que podrían aspirar al asilo en el bloque, con ayuda del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). Los migrantes que no cumplan las condiciones serían devueltos a sus países de origen.

Las naciones en las que se estaría pensando para albergar estos establecimientos serían los ubicados en el norte de África: Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto. También se habla de países europeos como Albania o Macedonia. Sin embargo, hasta ahora ninguno de ellos ha afirmado estar de acuerdo, incluso algunos lo han rechazado de plano. Libia es el principal país de tránsito hacia Europa y esta semana se negó rotundamente a instalar campamentos de acogida.

"No tenemos ningún indicio de que ninguno de los países citados esté dispuesto a acoger un centro así", advirtió el portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones, Ryan Schröder. Aún así, todo podría cambiar pues Bruselas discute la posibilidad de ofrecer ayudas económicas multimillonarias a los que cooperen.
La segunda opción es crear en suelo europeo centros de migrantes cerrados a los que se trasladaría a los rescatados, con ayuda de la agencia europea de fronteras (Frontex) y la Agencia de Asilo de la UE. Es la propuesta hecha por Francia y España hace unos días.

Varios políticos alertan que podrían crearse prisiones o centros de internamiento. Amnistía Internacional, Pro Asyl y otras 15 organizaciones humanitarias advirtieron del socavamiento de la protección a los refugiados en la UE. Sin embargo, la Comisión Europea asegura que en todas las propuestas se respeta el derecho internacional. "De ninguna manera habrá cárceles", dijo un portavoz.

Por último, el bloque estaría evaluando tomar medidas para frenar el movimiento de solicitantes de asilo entre países, un fenómeno que puede "hacer peligrar" el espacio Schengen.

El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, calificó la cumbre de este jueves como "decisiva", en un artículo publicado en el diario The Guardian: "la ausencia de un acuerdo sobre cómo gestionar la crisis migratoria podría asestar un golpe fatal al proyecto europeo", sentenció.
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