Al menos 60 personas resultaron dañadas por el derrame de combustible ocasionado por un avión comercial Boeing 777-200 que regresaba de emergencia al aeropuerto internacional de Los Ángeles, en Estados Unidos, al presentar un problema en un motor.
Quienes tuvieron contacto con este carburante sufrieron una leve irritación en la piel y pulmones, según reportaron las autoridades.
La aerolínea Delta Airlines, propietaria de la nave, explicó que la medida fue para reducir peso y así poder aterrizar: "La aeronave aterrizó de manera segura después de una liberación de combustible, que se requería como parte del procedimiento normal para alcanzar un peso de aterrizaje seguro".
El problema se originó a poco haber despegado del aeropuerto de Los Ángeles, cuando "experimentó un problema con el motor que requería que el avión regresara rápidamente", explicó la compañía.
"La aeronave aterrizó de manera segura después de una liberación de combustible, que se requería como parte del procedimiento normal para alcanzar un peso de aterrizaje seguro"
Delta Airlines
Las personas afectadas fueron atendidas con agua y jabón según las autoridades. El sargento del Departamento de la Policía escolar de Los Ángeles, Rudy Perez, detalló que "ninguno de los heridos ha requerido asistencia hospitalaria".
El vapor del combustible afectó cinco escuelas primarias. El colegio más afectado fue el Park Avenue Elementary, en la ciudad de Cudahy, a casi 31 kilómetros del aeropuerto.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emprendió una investigación sobre el incidente. "Hay procedimientos especiales para que una aeronave tire combustible cuando se dirige hacia un aeropuerto importante de Estados Unidos o cuando sale" aseguró el ente.
Además, recalcó que "estos procedimientos prevén que el combustible sea arrojado sobre zonas despobladas ya designadas".
