La región de Cachemira en el Himalaya está dividida por la India y Pakistán. En su extremo oriental se encuentra la región desértica de Ladakh, un territorio muy alto y frío que limita además con China, convirtiéndose en el único cruce de vías con armas nucleares del mundo.
Desde 1947, para la Partición del Raj británico, que Pakistán y la India han reclamado Cachemira yendo a guerra en dos ocasiones. Muchos musulmanes de etnia cachemira del lado indio apoyan un movimiento armado que exige que el territorio esté unido, ya sea bajo el dominio paquistani o como un país independiente.
En agosto de 2019, el Gobierno de Narendra Modi le despojó la condición de estado a la parte de Cachemira administrada por la India, degradándola a territorio federal y reprimió la disidencia. La semiautonomía de décadas de la región, que protegía los empleos y la tierra de los forasteros, también fue eliminada. Aparte, Nueva Delhi convirtió Ladakh en un territorio federal separado.
China e India entraron en guerra por sus disputas fronterizas en 1962, extendiendo el conflicto hasta Ladakh y terminando en una tregua muy incómoda. Desde entonces, tropas de bandos opuestos han vigilado la indefinida zona fronteriza montañosa, peleando en distintas ocasiones pero acordando no atacarse con armas de fuego. Sin embargo, el 15 de junio los soldados de ambos bandos pelearon con palos, piedras y puños. Una veintena de indios murieron luego de sucumbir a heridas en temperaturas heladas, siendo en encuentro más letal en 45 años.
Algunos comentaristas y expertos chinos han relatado que los cambios de Nueva Delhi a Cachemira generaron las tensiones fronterizas que culminaron con el choque mortal entre los dos gigantes asiáticos. “India ha seguido socavando la soberanía territorial de China al cambiar su ley unilateralmente su ley nacional”, expresaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular, sólo un día después de que se cambiara el estatus en junio de 2019. “Esta práctica es inaceptable y no entrará en vigor”, añadieron.
Más tarde, China se unió a Pakistán para condenar la medida india en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Este cambio "obligó a China a entrar en la disputa de Cachemira", escribió el doctor Wang Shida, especialista en el sur de Asia y miembro de los Institutos de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, un grupo de expertos con sede en Beijing.
Quizás lo más vital para Beijing, es que Cachemira cae en su iniciativa "Belt and Road", un proyecto masivo de desarrollo de infraestructura intercontinental destinado a expandir las conexiones comerciales de China a nivel mundial.
La extensa red de carreteras de China atraviesa Aksai Chin, una región controlada por China desde 1950 y reclamada por India como parte de Ladakh. Conecta las inquietas provincias chinas del Tíbet y Xinjiang, antes de serpentear al norte de la Cachemira de la India y cortar a través de la parte de la región controlada por Pakistán, hacia el puerto de Gwadar en el Mar Arábigo.
"China percibió los cambios constitucionales en Jammu y Cachemira como una amenaza" para los intereses de su nación en la región, específicamente en proyectos de infraestructura que unen la República Popular con Pakistán, dijo el teniente general Vinod Bhatia, quien se desempeñó como director de operaciones militares de la India entre 2012 y 2014. Aparte, indicó que los llamamientos para la "liberación" del poderoso ministro indio del Interior y otros líderes del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata, provocaron un comportamiento aún más agresivo por parte de China.
La creciente alianza estratégica de India con Estados Unidos ha alterado las plumas en Beijing, el cual ve la relación como un intento de bloquear su ascenso al poder.
Ahora, el conflicto entre India y China amenaza con exacerbar también las tensiones entre el gigante asiático y la Casa Blanca, quienes se han enfrentado el último tiempo en una variedad de asuntos, desde disputas comerciales y derechos humanos, hasta el estado de Hong Kong y la respuesta inicial en contra de la pandemia del coronavirus.
Si bien Nueva Delhi cambió unilateralmente el estatus constitucional de Cachemira y generó una “provocación inmediata para China”, dice el analista en defensa Pravin Sawhney, su postura militar a lo largo de Ladakh también refleja una “narrativa convincente de que (...) está del lado de los Estados Unidos”.
Asimismo, el especialista en India de la Universidad de Beijing, Wang Lian, dijo que China espera que Modi aproveche los recientes enfrentamientos fronterizos como una forma de atraer más apoyo de Estados Unidos.
"Puede usar las complicadas relaciones actuales entre China y Estados Unidos en un intento de obtener una mejor posición que maximice los intereses de la India", dijo Lian. Y agregó que Modi también podría "intentar usar su situación nacional e internacional para encontrar una mejor posición en las negociaciones fronterizas con China".
Desde los enfrentamientos militares ocurridos a mediados de junio entre China e India, los residentes de las ciudades en Ladakh —salpicadas de templos budistas y cafés para turistas de las montañas— han observado con inquietud cómo las tropas indias mueven aviones de combate, artillería y materiales de construcción. Y es que toda esta actividad ha marcado una de las acumulaciones militares más masivas en décadas.
"Nunca habíamos visto algo así. Ni siquiera en 1999, cuando los soldados indios y paquistaníes lucharon durante meses en la vecina Kargil heights", dijo Tsering Angchuk, un comerciante de lana.
Los sentimientos son diferentes en el valle de Cachemira, de mayoría musulmana, donde las tensiones entre India y China han energizado el sentimiento anti-India. En Srinagar, la principal ciudad, manifestantes se burlaron de soldados indios gritando "China viene". "Esperamos que la poderosa participación de China nos ayude a poner final a la ocupación india de Cachemira", dijo otro comerciante, Nazir Ahmed.