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Desde una "transición ordenada" a una posible destitución de Trump: Los escenarios de aquí al 20 de enero

El reconocimiento del Mandatario de que su gobierno terminó da pie a un cambio de mando tranquilo, no obstante, hay quienes han formulado la necesidad de que el jefe de Estado deje la Casa Blanca antes de tiempo

07 de Enero de 2021 | 11:32 | Redactado por Ramón Jara A., Emol / Reuters
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AP
Luego de una caótica jornada tras horas de disturbios al interior del Capitolio, el Congreso de Estados Unidos finalmente ratificó esta madrugada la victoria en el Colegio Electoral del candidato demócrata Joe Biden, que lo convertirá en el próximo Presidente del país norteamericano el 20 de enero.

Lo que parecía un mero trámite finalmente terminó en tragedia: la irrupción en el edificio parlamentario de una multitud de seguidores del Presidente Donald Trump dejó cuatro muertos y decenas de heridos y puso una cuota de incertidumbre respecto del futuro del país. Horas después, sin embargo, la reanudación de la sesión parlamentaria enrieló la situación.

A esto se suman las declaraciones del propio Mandatario estadounidense que, si bien mantiene sus acusaciones de fraude electoral, reconoció que su mandato ha terminado y se comprometió a una "transición ordenada" de aquí a 13 días más.

Ahora bien, los hechos ocurridos el miércoles encendieron las alarmas de muchos parlamentarios, que responsabilizan directamente a Trump de ser el impulsor de los disturbios, luego de que instara a sus partidarios a marchar y remarcara que no iba a reconocer los resultados de la elección. Todo esto ha llevado a un grupo de legisladores en pensar en una destitución del Presidente antes de que ocurra el cambio de mando.

Ante esto, son varios los escenarios que se pueden dar de aquí a 13 días más, unos más posibles que otros. Revisa acá cuáles son.

El más posible: La transición "ordenada"

Las palabras de Trump este jueves abrieron la puerta a la opción más factible: la de una "transición ordenada" que se materializará con el juramento de Joe Biden en Washington el próximo 20 de enero.

Esto significa que, como ya ha estado ocurriendo, el equipo del líder demócrata pueda acceder a todas las carpetas y códigos de la Casa Blanca, incluida información confidencial respecto del andar del Gobierno.

Así, ambos equipos seguirán reuniéndose con la finalidad de intercambiar información y llegar en el mejor pie al cambio de mando, cuando ya Biden y sus asesores se instalen de forma definitiva en la sede gubernamental.

Eso también implica una ceremonia de juramento tranquila, donde Trump debiera cederle el poder a su adversario, como ha ocurrido tradicionalmente.

La invocación de la 25ª Enmienda que podría sacar a Trump

Pero también hay otros escenarios que implicarían la salida prematura de Trump del poder. Una es la invocación de la 25ª Enmienda, ratificada en 1967 y adoptada tras el asesinato del Presidente John F. Kennedy en 1963, que se refiere a la sucesión presidencial y la discapacidad.

La sección 4 aborda situaciones en las que un presidente no puede desempeñar su trabajo pero no renuncia voluntariamente. Los redactores de la enmienda tenían claramente la intención de que se aplicara cuando un mandatario está incapacitado por una enfermedad física o mental, según los expertos. Algunos académicos también han argumentado que también podría aplicarse de manera más amplia a un gobernante que es peligrosamente inadecuado para el cargo.

Para invocar la 25ª Enmienda, el vicepresidente Mike Pence y la mayoría del gabinete de Trump tendrían que declarar que el Mandatario no puede cumplir con los deberes de la presidencia y destituirlo. Pence le sustituiría en ese escenario.

Posteriormente, Trump podría declarar que es capaz de reanudar el trabajo. Si Pence y la mayoría del gabinete no cuestionan la determinación de Trump, este recuperaría el poder. No obstante, si dudan de su declaración, el Congreso será el que decida, aunque el actual vicepresidente continuaría actuando como mandatario hasta entonces.

Se necesitaría una mayoría de dos tercios de ambas cámaras para mantener a Trump al margen. Sin embargo, la Cámara de Representantes, bajo control demócrata, podría simplemente retrasar la votación sobre la disputa sustantiva hasta que termine el mandato de Trump, dijo Paul Campos, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Colorado.

En opinión de Campos, la 25ª Enmienda sería una forma adecuada de destituir a Trump, ya que además tiene la ventaja de ser más rápida que el juicio político. "Pence podría convertirse instantáneamente en presidente, mientras que el juicio político y la condena podrían llevar al menos unos días", señaló.

La alternativa del "impeachment"

¿Puede ser sometido Trump a un juicio político y destituido? La respuesta es sí, aunque en este caso la gran dificultad pasa por los tiempos.

Un concepto erróneo sobre el "juicio político" es que se refiere a la destitución de un presidente de su cargo. De hecho, esta figura se refiere solo a la presentación por parte de la Cámara de Representantes de cargos de que un mandatario participó en un "delito grave o una falta", similar a una acusación en un caso penal.

Si una mayoría simple de los 435 miembros de la Cámara aprueba presentar cargos, conocidos como "artículos del juicio político", el proceso se traslada al Senado -la Cámara alta-, que celebra un juicio para determinar la culpabilidad del presidente. La Constitución requiere un voto de dos tercios del Senado para condenar y destituir a un presidente.

Trump ya fue acusado por la Cámara de Representantes -bajo control demócrata- en diciembre de 2019 por cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso derivados de sus esfuerzos por presionar a Ucrania para que investigara a Biden y su hijo. Fue absuelto por el Senado liderado por los republicanos en febrero de 2020.

¿De qué "delitos graves y faltas" podría ser acusado Trump? Frank Bowman, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Missouri, dijo que Trump "posiblemente fomentó la sedición" o un intento de derrocamiento del Gobierno.

No obstante, Bowman dijo que el Mandatario también podría ser acusado de un delito más general: deslealtad a la Constitución e incumplimiento de su juramento. El Congreso tiene discreción para definir un delito grave y una falta y no se limita a figuras penales reales.

"El delito esencial sería uno contra la Constitución, por intentar socavar en esencia los resultados legales de una elección celebrada legalmente", dijo Bowman.
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