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Países del sudeste asiático instan a la junta militar de Myanmar abrirse al dialogo y liberar a presos políticos

Los ministros de RR.EE. de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) pidieron el cese de la violencia desatada tras el golpe de Estado.

02 de Marzo de 2021 | 18:16 | EFE
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Los cancilleres del bloque sostuvieron una reunión telemática este martes para abordar la crisis.

EFE.
Los vecinos y socios de Myanmar buscan una solución dialogada a la crisis política tras el golpe de Estado ocurrido en ese país y varios países del Sudeste Asiático pidieron este martes a la junta militar que libere a los políticos electos, mientras continúa la represión policial contra las manifestaciones pacíficas.

Los ministros de Relaciones Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) se reunieron de forma virtual este martes para tratar de manera especial la situación del país, uno de los diez miembros del grupo.

Entre los invitados se encontraba un representante del Ejército local, que ejecutó un golpe de Estado el 1 de febrero y encarceló a parte del Gobierno, incluida a la líder electa Aung San Suu Kyi.

El encuentro virtual se produjo mientras continuó este martes la represión policial tras un fin de semana en el que una veintena de manifestantes murieron por disparos de la policía.

En una rueda de prensa posterior al encuentro, la ministra indonesia de Exteriores, Retno Marsudi, aseguró que "al abordar la situación en Myanmar, ningún miembro de la Asean tiene la intención de alejarse del principio de no injerencia. Sin embargo, el respeto por los principios de la democracia y el Gobierno constitucional es igualmente importante".

En un situación diplomática delicada, Singapur, Indonesia y Malasia hicieron un llamado al dialogo entre las partes y pidieron la liberación de los líderes presos y el cese de la violencia.

"Malasia apoyará cualquier esfuerzo para reconciliar las diferencias entre los líderes de Myanmar para evitar consecuencias adversas para el pueblo y el Estado de Myanmar", señaló el ministro de Exteriores malasio, Hishammuddin Hussein.

En tanto, el ex diplomático tailandés Kobsak Chutikul explicó que uno de los grandes retos a los que se enfrentan los países de la Asean es que a sus reuniones acude ahora un representante de la junta militar a la que la comunidad internacional e incluso algunos de los miembros no reconocen.

"Es una situación muy delicada. La crisis pone en riesgo la credibilidad y la reputación del resto, pero la mismo tiempo existe entre los miembros de la ASEAN el principio de no injerencia", explicó.

En este sentido, el ministro de Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, expresó hoy su temor a que la actual situación en Myanmar pueda "socavar la credibilidad y relevancia" de las naciones del Sudeste Asiático.

Tras condenar la violencia, el canciller dijo que "sigue habiendo perspectivas de una solución pacífica siempre que todas las partes entablen un diálogo genuino y directo".

Durante las últimas semanas, centenares de personas se han manifestado en Rangún, la antigua capital y mayor ciudad del país, ante las embajadas de Tailandia o Indonesia para pedir que estos países no reconozcan a la junta militar como Gobierno legítimo.

División en la Asean

Singapur, junto a Indonesia y Malasia, han sido los países de la ASEAN que se ha mostrado más críticos con el golpe de Estado en Birmania, aunque otros miembros como Filipinas o Camboya han preferido no hacer ninguna censura y Tailandia recibió oficialmente la semana pasada al ministro de Exteriores de la junta militar, Wunna Maung Lwin.

La sangrienta respuesta policial de la junta contra los manifestantes ha desatado un ola de condena internacional, incluida la ONU, y un grupo de legisladores de la ASEAN denunció hoy su "alarma por la escala de arbitrariedad de los arrestos y la violencia en Myanmar".

Lejos de escuchar las críticas, el jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, defendió la actuación de las fuerzas de seguridad y dijo que la Policía está controlando la situación usando un "mínimo de fuerza" y con los "medios menos dañinos".

El jefe del Ejército hizo estas declaraciones el lunes durante una reunión de la junta militar, al día siguiente de la jornada más sangrienta de las protestas contra el golpe en las que una veintena de manifestantes murieron a causa de los disparos de soldados y policías.

A pesar de la represión de las fuerzas de seguridad, los ciudadanos volvieron a salir hoy a las calles de Rangún y otras localidades para protestar contra el golpe y pedir la liberación de sus líderes electos detenidos, incluida Aung San Suu Kyi.

Los agentes volvieron a usar gases lacrimógenos y dispararon con munición de goma y real causando al menos 15 heridos entre los manifestantes pacíficos, que se cubren como pueden con cascos de plástico y escudos rudimentarios, según informan los medios locales.

El Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, donde observadores internacionales no detectaron ningún amaño y en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.

Suu Kyi, de 75 años y que sigue bajo arresto domiciliario, ha sido acusada de incitar "miedo o alarma" y por importación ilegal de dispositivos telefónicos.