China llamó a consultas a la embajadora del Reino Unido en el país asiático, Caroline Wilson, por un artículo en el que la diplomática defendió la cobertura de China por algunos medios internacionales, una defensa que Beijing consideró "inapropiada".
En un comunicado emitido el martes por la noche, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino informó de que había llamado a consultas a Wilson para protestar por la publicación de ese artículo en la cuenta oficial de la Embajada británica en la red social WeChat, la aplicación móvil de mensajería más popular de China.
En opinión de la cancillería china, Wilson "usó la plataforma oficial para defender a medios extranjeros que fueron sancionados (por China) por la publicación de noticias falsas" y "confundió de manera deliberada la difamación y la supervisión de informaciones" por algunos corresponsales.
"Todo el artículo (de la embajadora) está repleto de arrogancia académica y de prejuicios ideológicos", afirmó el Ministerio de Exteriores, que lo consideró "una práctica gravemente incoherente con el estatus diplomático y las funciones de las instituciones diplomáticas".
Según la cancillería, "el Gobierno y el pueblo chino nunca se han opuesto a la prensa extranjera, sino a esos delitos que inventan noticias falsas y atacan brutalmente a China, al Partido Comunista de China (PCCh) y a su sistema bajo la bandera de la libertad de prensa y expresión".
En el artículo aludido, Wilson aseguró que "el comportamiento de los medios extranjeros en China es independiente" y que los que critican a las autoridades chinas "actúan de buena fe" y desempeñan "un papel activo en la fiscalización de las acciones de las agencias gubernamentales, asegurando que las personas tengan acceso a información veraz y protegiendo a aquellos sin voz".
El texto de la Embajada proporciona una serie de ejemplos en los que la prensa británica contribuyó a la corrección, en el país europeo, de malas praxis llevadas a cabo por ciudadanos de distintos ámbitos, al tiempo que alabó la labor de algunos medios chinos en la cobertura de los primeros compases de la pandemia en Wuhan.
"Sus informaciones críticas -en referencia, en este caso, a la publicación especializada Caixin- no se percibieron como prueba de su odio a Wuhan e incluso a China. Al contrario: estos reportajes se alabaron por su papel a la hora de identificar los problemas y rendir cuentas".
El Reino Unido y China han visto deterioradas sus relaciones a raíz de los últimos acontecimientos en Hong Kong, donde desde el año pasado Beijing ha reforzado el control y restringido las opciones de la oposición prodemocrática.
