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Las duras críticas que lanza Mauricio Macri a Cristina Fernández y el kirchnerismo en su libro

El ex Mandatario argentino lanzó "Primer tiempo, donde repasa su paso por el Gobierno y también menciona los puntos más polémicos de su administración.

19 de Marzo de 2021 | 12:55 | Redactado por Ramón Jara A., Emol
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AP
El ex Presidente argentino Mauricio Macri presentó el jueves su libro "Primer Tiempo", que repasa su paso por la Casa Rosada entre 2015 y 2019, que concluyó tras perder en las elecciones con el actual Mandatario, Alberto Fernández. El texto no ha estado exento de polémicas por su contenido y las reacciones que ha generado.

En el acto realizado ayer, participaron diversas personalidades de la oposición trasandina, mientras que figuras como el Premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa, el cineasta argentino Juan José Campanella y el ex Presidente uruguayo José María Sanguinetti enviaron videos mostrando su apoyo a Macri y valorando el libro.

En la ceremonia, el ex gobernante de centroderecha afirmó que ahora es el momento de un "segundo tiempo" en la política, donde auguró un triunfo de la coalición opositora Cambiemos en la elección presidencial de 2023, aunque sin dar luces sobre su participación en ella. "Lamentablemente, este nuevo ciclo kirchnerista ha vuelto con más determinación a intentar alterar las reglas del juego. Creo que hoy todos entendemos que estamos discutiendo en qué democracia vamos a vivir", remarcó.

El libro, cuya venta masiva comenzó el miércoles, ya ha estado marcado por polémicas, como la negativa de algunas librerías a vender el texto, acusando diferencias ideológicas. Ante esto, Macri dijo el pasado domingo que, "a pesar de episodios aislados de intolerancia y fanatismo", agradecía "el compromiso con la libertad de expresión y el debate de la inmensa mayoría de los libreros argentinos".

El recuerdo de su partida y las críticas a Cristina

En su primer capítulo (publicado por Infobae), "Primer Tiempo" parte con el relato de Macri sobre el 10 de diciembre de 2019, día en que entregó el poder a Alberto Fernández, a quien no menciona directamente: "Al ingresar, el ambiente estaba cargado con una energía diferente. No era un clima de ilusión. No se sentía que predominara la alegría. El ambiente que se respiraba era de revancha. No estaba presente aquel sentido de sueño compartido, de ganas de construir una Argentina diferente que habíamos vivido a finales de 2015, más bien se trataba de todo lo contrario".

Y agrega: "Ese sentimiento (o mejor dicho, ese resentimiento) se manifestó aún más claramente cuando comenzaron a cantar la marcha peronista. No había alegría. Incluso parecían cantarla con la intención bien marcada de prolongarla hasta el infinito".
En su texto, Macri asegura que en ese momento nunca tuvo sentimientos de rabia: "Con esos sentimientos a cuestas y una vez cumplido mi rol en la ceremonia de traspaso, me fui lo más rápido que pude para dejar el espacio libre a los festejos de los nuevos inquilinos del poder. No fui consciente de ninguno de los gestos de la vicepresidenta. Realmente, elijo no engancharme con esas cosas".

Ahí comienzan las críticas a la actual vicepresidenta Cristina Fernández, cuyo nombre el líder de centroderecha jamás menciona: "La ex presidenta no está bien. No sé si alguna vez lo estuvo. Ya durante sus mandatos notaba un padecimiento interno muy grande. Tiene una verdad de sufrimiento muy dura, una serie de cosas no resueltas desde muy atrás que sólo ella debe saberlas. La psicología de cada ser humano es muy compleja. En mi caso, después de la experiencia de haber estado secuestrado opté por el psicoanálisis, precisamente, para alejarme de todo tipo de construcciones artificiales y poder entenderme todo el tiempo".

En esa línea, asegura que Cristina "es una persona que hoy es toda una construcción artificial o irreal. Ella cree de verdad, se ha convencido, de que todos sus problemas con la justicia son producto de decisiones arbitrarias de los medios y los jueces. Jamás en mi vida me preocupé por una sola causa de ella, no hablé con ningún juez acerca de sus causas". Y agrega: "Tal vez esto explique su permanente deseo de venganza".

La "bomba sin explotar" y el caso Maldonado

"Una de las críticas más habituales durante mi gobierno era que no les contamos con claridad y detalle a los argentinos la gravedad de la situación que recibimos en diciembre de 2015. Mi respuesta es que tienen razón y no tienen razón al mismo tiempo", dice Macri en otro pasaje de su libro, aludiendo a los cuestionamientos que recibió durante toda su gestión, según completa Infobae.

En esa línea, afirma que "digo que no tienen razón porque en los primeros meses contamos varias veces los graves problemas que tenía la Argentina cuando llegamos. Pero digo que sí tienen razón porque es cierto que contar la herencia no fue el eje principal de nuestra política aquellas primeras semanas. ¿Por qué? Por una variedad de razones".

Y prosigue: "La primera es que, en efecto, nos habían dejado una bomba sin explotar cuya mecha era verdaderamente corta. Quien mira los números en detalle puede ver que con ese déficit, ese atraso cambiario, ese Banco Central con reservas netas negativas y esa inflación contenida artificialmente, con cepos de todo tipo, la bomba ahí estaba. Pero mi responsabilidad como piloto del avión era convencer a los argentinos y a los mercados de que la bomba no iba a explotar (...) Además, existía el riesgo de que, por advertir sobre la existencia de la bomba, se generara la gran crisis que queríamos evitar".

El ex gobernante también recuerda el caso de Santiago Maldonado, joven desaparecido en medio de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en una protesta mapuche en la Patagonia trasandina y que posteriormente fue hallado muerto. El hecho generó muchas críticas al manejo del Gobierno. Sobre eso, el ahora líder opositor asegura que "sufrimos un torbellino político desgastante y frustrante, porque nuestra postura inicial de dejar trabajar a la Justicia y mantener todas las opciones abiertas no encontraba eco en la política o en los medios".

"La oposición, y especialmente el kirchnerismo, imponía un solo relato posible: que los gendarmes habían golpeado a Maldonado, lo habían subido a una camioneta, después lo habían pasado a un camión Unimog y de ahí se lo habían llevado y lo tenían oculto en el cuartel de Gendarmería en Esquel o en algún otro lado. Cualquiera que se apartara de ese relato, tomado de testigos que después se comprobó que habían mentido, era un cómplice de la desaparición de una persona en democracia", afirma, recordando que hasta Bono, líder de la banda irlandesa U2, le recriminó por lo sucedido. "La presión venía de todos lados", confiesa.

"Cuando apareció el cuerpo y se hizo la autopsia, me dio mucha pena por Maldonado y por su familia, pero también sentí alivio de poder finalmente tener una certeza sobre el caso. Y la satisfacción de haber tomado la decisión correcta al no apresurarme a la hora de echar o sancionar a los gendarmes. El episodio sirvió para restablecer la confianza de la sociedad en las fuerzas federales", sostiene.

La relación con Chile y más dardos al kirchnerismo

De acuerdo con El Mercurio, Macri también analiza su relación Chile y el Gobierno de Sebastián Piñera, con quien mantiene una amistad de varios años; "Con Chile, los avances en materia de integración también fueron notables. Resolvimos antiguos problemas de pasos fronterizos y volvimos a exportar gas después del desastre energético al que nos habían llevado nuestros antecesores. Además, el desarrollo de Vaca Muerta quedó a punto de comenzar a proveer entre 40 y 50 millones de metros cúbicos de gas a Chile".

"Ese marco plural y diverso, donde lo ideológico no prima en las relaciones internacionales, es algo que habíamos perdido con el kirchnerismo y que hemos vuelto a perder con su regreso al gobierno", añade.

Y las críticas al kirchnerismo no paran en todo el libro: "Ni la grieta ni la corrupción fueron la peor cara del kirchnerismo. Lo peor del kirchnerismo es siempre su incompetencia. Su completa incapacidad para resolver los problemas que se propuso solucionar. Su vocación de destrucción va desde las estadísticas del Indec hasta la matríz energética del país, y desde las cuentas públicas hasta la seguridad jurídica".

"El kirchnerismo fue y lamentablemente sigue siendo el punto más alto de la resignación a la que pudieron llevarnos desde la política", sentencia.
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