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Alexander Dugin, el llamado "Rasputín de Putin" cuya hija murió en un atentado explosivo en Rusia

El asesinato del sábado lo puso de nuevo en una primera plana. Sus ideas controvertidas son seguidas en parte por el Kremlin, aunque aseguran que la cercanía con el Mandatario no es tal.

22 de Agosto de 2022 | 13:50 | Redactado por Ramón Jara A., Emol/EFE
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AP
El atentado explosivo que acabó el sábado con la vida de la periodista y politóloga Daria Dugina tiene conmocionada a toda Rusia y a sus autoridades enfurecidas, que culparon a los servicios de inteligencia ucranianos de estar detrás de este hecho. La víctima era hija de Alexander Dugin, ideólogo que sería cercano al Kremlin considerado por la prensa internacional como "el cerebro" o "el Rasputín" del Presidente Vladimir Putin.

Según los investigadores rusos y la propia familia de Daria, el ataque iba en realidad dirigido a su padre, puesto que el automóvil que ella estaba conduciendo -un Toyota Land Cruiser que explotó cerca de la localidad de Bolshie Viaziomy, a unos 40 kilómetros de Moscú- era de su propiedad.

El nombre de Alexander Dugin no es desconocido en el ámbito internacional. Este filósofo doctor en Sociología y Ciencias Políticas ha hecho noticia desde hace años por sus posturas radicales y ultranacionalistas.

"Es el guía intelectual de los llamados nacional-bolcheviques: una corriente de pensamiento radical, nostálgica del poder de la URSS y que retoma las tesis racialistas y culturalistas de ciertos movimientos nazis", explica Cyrille Bret, investigador y especialista en Rusia del Instituto Jacques Delors, a Radio Francia Internacional.

Dugin también es sindicado junto a Nikolai Starikov como el principal teórico del "eurasanismo", una ideología "según la cual Rusia tiene la vocación de dominar el espacio euroasiático y que tiene más vínculos con las civilizaciones asiáticas que con Europa. Se trata de una tendencia bastante minoritaria que reclama que Rusia se aleje de Occidente, con un proyecto de dominación, incluso sobre Ucrania", agrega Bret.

En ese sentido, en lo que respecta al conflicto actual, el investigador complementa que "desde el comienzo de la invasión, (Dugin) ha pedido muy claramente la anexión de todo el territorio y la población de Ucrania. Se trata de la línea más bien radical de que no existe una civilización ucraniana, ni un pueblo ucraniano, ni una lengua o cultura ucraniana distinta de la civilización rusa. Esta es una tesis negacionista".

Contra el imperialismo

Alexander Guelievich Dugin nació el 7 de enero de 1962 en Moscú. Hijo de un oficial del Ejército soviético y de una doctora, estudió Filosofía y se especializó en Sociología y Ciencias Políticas.

En sus comienzos, Dugin se definía como anticomunista. Su actividad política comenzó en 1980, cuando se unió al "Círculo Yushinski", grupo opositor que se interesaba por el satanismo y también adhería al nazismo. Según ha explicado posteriormente el propio filósofo, esta postura se debió más bien a una rebelión contra su educación soviética que a una simpatía hacia Adolf Hitler.

Posteriormente, tras trabajar como periodista y en plena caída de la Unión Soviética, se inclinó hacia un ideario más nacionalista nostálgico de la época soviética. Es así como en 1997 publicó el libro "Fundamentos de Geopolítica", que se ha utilizado como texto de estudio en la Academia Mayor del Ejército ruso y que es bastante crítico con Estados Unidos, país que rechazó el contenido de la obra.

A lo largo de su obra, Dugin ha asegurado que las grandes ideologías (liberalismo, comunismo y fascismo) han sido superadas por una nueva que llama "populismo integral", según reporta el medio español "El Confidencial". De esta forma, el mundo se ha convertido en escenario de una lucha entre globalistas y antiglobalistas. Estas ideas han encontrado asidero en grupos como los italianos Movimiento 5 Estrellas (antisistema) y La Liga, así como la líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen.

"Soy el enemigo de la hegemonía liberal occidental porque critico sus tesis. Yo defiendo la multipolaridad y el pluralismo de las civilizaciones. No sé si existe una verdad... pero seguro que no es la verdad del liberalismo", afirmó a "El Confidencial" en una entrevista de 2019.

¿Cercanía? con Putin

Alexander Dugin sabe que llama la atención. Habla, además de ruso, inglés, español, francés, italiano y alemán, y su look de larga barba le sienta bien a su apodo de "Rasputín de Putin", en alusión al consejero el zarismo, aunque a él no le gusten esos motes."Todo eso son caricaturas", dijo en su momento a El Confidencial, aunque remarcó que "hay muchas cosas en común entre mi filosofía y la política estratégica de Putin".

"Putin se halla en una posición intermediaria entre el realismo político moderno y el eurasianismo. El realista es quien pone la soberanía del estado por encima de cualquier valor, no tiene nada que ver con el globalismo. Por otro lado, existe un eurasianismo que entronca con la teoría del mundo multipolar y que he desarrollado yo mismo. El eurasianismo también influye bastante sobre la política de Putin, aunque a veces es pragmático. Putin no se comporta nunca como un globalista convencido. Putin es más cercano a Trump. Creo que Putin es medio Trump, medio Dugin", agregó.

Lo cierto es que, aunque comparta ideario geopolítico con el Kremlin y Putin le enviara hoy un mensaje de pésame, los medios independientes sugieren que el intelectual nacionalista no tenía relación ni con el Presidente ni con sus más estrechos colaboradores.

Eso sí, nadie niega la influencia de las ideas nacionalistas en la decisión de intervenir en Ucrania y reconocer las independencias de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.

Los que apoyan a pies juntillas las ideas de Duguin son los conocidos como "silovikí", los representantes de las estructuras de fuerza, especialmente el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), que acusó hoy a Kiev de asesinar a su hija.

El FSB está interesado en borrar toda huella de los crímenes cometidos durante la URSS y después de 1991, especialmente en Chechenia, con el fin de otorgarle una inmunidad histórica.

Su misión es hacer desaparecer la memoria de las represiones soviéticas, lo que motivó la ilegalización de la principal organización de derechos humanos de Rusia, Memorial, dedicada a la rehabilitación de los millones de represaliados.

El presente es turbio, el futuro, incierto, por lo que el pasado es el principal valor para Putin y los intelectuales del nuevo nacionalismo ruso como Dugin.
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