Rusia mantuvo el domingo conversaciones por teléfono con países de la OTAN, en las que acusó a Ucrania de prepararse para usar una "bomba sucia", alegaciones que fueron tachadas por Kiev de "mentiras" y "absurdas".
En tres llamadas con sus pares británico, francés y turco, el ministro ruso de Defensa Sergei Shoigu expresó su "preocupación por las posibles provocaciones de Ucrania con el uso de una 'bomba sucia'", según el ministerio.
También habló -por segunda vez desde el viernes- con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin.
"Las mentiras rusas acerca de que Ucrania supuestamente planea usar una 'bomba sucia' son tan absurdas como peligrosas", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Dmitro Kuleba, en redes sociales.
"Si Rusia llama y dice que supuestamente Ucrania está preparando algo,
significa una cosa: Rusia ya preparó todo esto. Creo que ahora el mundo debería reaccionar con la mayor dureza posible”, reaccionó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en redes sociales.
Por su parte, el secretario de Defensa Ben Wallace "refutó" la afirmación de Moscú de que los países occidentales intentaran ayudar a Ucrania a intensificar el conflicto, según el ministerio británico.
Ante la nueva incursión en Ucrania el domingo, en la que Rusia dijo haber destruido varios depósitos -de carburante para la aviación ucraniana y de munición, entre otros-, el operador nacional ucraniano Ukrenergo efectuó varios cortes de electricidad en Kiev para "estabilizar" el suministro energético.
Más de un millón de hogares se han visto afectados por los apagones tras los ataques, según informó el gobierno ucraniano el sábado, y la capacidad de la red eléctrica ucraniana se ha reducido al menos en un tercio justo antes del invierno. Las autoridades pidieron tanto a los particulares como las empresas que limiten el consumo.
"Ahorrar fuerzas"
Los bombardeos rusos destruyeron el domingo un depósito con unas 100.000 toneladas de carburante destinado a la aviación ucraniana en la localidad de Smela, en la región de Cherkasy (centro),anunció en un comunicado el ministerio ruso de Defensa.
También atacaron varios depósitos de munición y otro depósito con diesel destinado a vehículos militares.
Por otro lado, el servicio de inteligencia ucraniano anunció el domingo la detención de dos funcionarios del fabricante ucraniano de motores de aviación Motor Sich, sospechosos de colaborar con Rusia.
"Hay que mantener la sensatez y ahorrar fuerzas. Nadie sabe cuánto durará todo esto", dijo a la AFP el vicealcalde de la ciudad de Kryvyi Rig (sur) Sergiy Miliutin mientras lidiaba con emergencias y cortes eléctricos desde su búnker subterráneo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó en el inicio de una cumbre de paz en Roma el domingo que los ucranianos "decidirán" cuándo "es posible la paz".
Evacuaciones
Rusia se enfrenta actualmente a una gran contraofensiva de Ucrania. Moscú ha denunciado un "aumento considerable" de ataques de Kiev contra varias regiones rusas fronterizas, en Belgorod, pero también en Kursk y Briansk.
Dos líneas de defensa han sido construidas en la región rusa de Kursk, fronteriza con Ucrania, para hacer frente a un posible ataque de las fuerzas ucranianas, anunció el domingo el gobernador de la región, Roman Starovoit.
"Estamos preparados para hacer frente a cualquier ataque a nuestro territorio", aseguró.
Por su parte, el gobernador de la región rusa de Belgorod, también en la frontera con Ucrania, anunció el sábado el inicio de la construcción de una línea de defensa en su sector.
El sábado, dos personas murieron en los ataques ucranianos contra infraestructuras civiles en la región de Belgorod, y unas 15.000 personas se quedaron sin electricidad durante varias horas, según las autoridades locales.
Los responsables prorrusos de la región de Jersón (sur de Ucrania), anexionada por Rusia, urgieron el sábado a los civiles a abandonar "inmediatamente" la capital regional ante el avance de las fuerzas de Kiev.
Desde el miércoles se están llevando a cabo evacuaciones hacia la margen izquierda del río Dniépr que bordea Jersón.
Un funcionario ruso en Jerson, Kirill Stremousov, dijo el sábado a la agencia de noticias rusa Interfax que unas 25.000 personas habían abandonado la ciudad.