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Revelan detalles de la detención de Castillo: Quiso ir a embajada de México, pero fue arrestado en el trayecto por su escolta

El ahora ex Presidente había planeado acudir a la embajada del país azteca antes de que el Congreso aprobara su vacancia. Alertados de ello, personal de Seguridad del Estado optó por detenerlo y llevarlo a la Prefectura de Lima, lo que fue ejecutado por su escolta, quien estaba con él en ese momento.

08 de Diciembre de 2022 | 09:10 | El Comercio, GDA / editado por N. Ramírez
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Como precaución, efectivos de la policía peruana también se habían trasladado a las embajadas de México y Cuba, para detenerlo por si llegaba.

El Comercio, GDA
Poco después de dar ayer su mensaje a la nación, el ahora ex Presidente peruano, Pedro Castillo, tenía planificado ir a la embajada de México, ubicada en el distrito limeño de San Isidro, antes de que el pleno del Congreso se pronunciara sobre su moción de vacancia. Pasadas las 13:00 horas (local), salió por la parte trasera de Palacio de Gobierno junto a su ex primer ministro, Aníbal Torres, y con su comitiva de resguardo de Seguridad del Estado de la Policía Nacional del Perú (PNP).

Allí, se le comunicó al chofer de su vehículo que se dirigiera a la embajada mexicana y se escogió la Av. Inca Garcilaso de la Vega como la opción más directa para llegar a ese lugar.

Todo aparentemente estaba saliendo de acuerdo al plan. Pero en paralelo se estaba realizando una reunión en la Comandancia General de la PNP que lo cambió todo.

Según fuentes de "El Comercio", tras dar su mensaje y anunciar el cierre inconstitucional del Congreso, Castillo se comunicó con el comandante general de la PNP, Raúl Alfaro –quien se encuentra con licencia médicas–, en busca de respaldo. Pero Alfaro le respondió que él no estaba de acuerdo con lo que había hecho y que su postura estaba con la preservación del orden constitucional.

En simultáneo, las mismas fuentes indican que el ahora ex ministro del Interior, Willy Huerta, llamó al jefe del Estado Mayor de la PNP, Vicente Álvarez –quien estaba a cargo de la jefatura de la PNP en reemplazo de Alfaro– para que autorizara el ingreso de manifestantes a la Plaza de Armas porque Castillo quería dar un mensaje. Tampoco obtuvo una respuesta afirmativa.

De acuerdo con las fuentes, Alfaro convocó al Alto Mando de la PNP para decidir la postura institucional frente al golpe de Estado que se estaba perpetrando. Álvarez y el inspector general de la PNP, Segundo Mejía, se sumaron a la posición de no respaldar lo dispuesto por el entonces Presidente y, además, se concluyó que estaba actuando en flagrancia (delito de rebelión) al ordenar el cierre del Congreso.

Para sorpresa de Castillo, su vehículo se detuvo en pleno trayecto


La decisión había sido tomada: Castillo debía ser detenido y quienes lo iban a hacer era el personal de Seguridad del Estado, es decir, su escolta, que estaba con él en ese momento. Se le comunicó el hecho al general PNP Iván Lizzetti, jefe de la Dirección de Seguridad del Estado, quien le solicitó a su personal que le informara sobre la ubicación del entonces Presidente.

Mientras tanto, el Equipo Especial de la PNP ya manejaba la versión de la intención que tenía Castillo de recluirse en una embajada. Los coroneles PNP Walter Lozano y Harvey Colchado decidieron tomar acción. A modo de precaución, Lozano y su equipo fueron a la Embajada de México y Colchado a la de Cuba.

Los dos estaban decididos a arrestar a Castillo porque sabían que había incurrido en flagrancia en delito de rebelión. Además, tenían conocimiento de que el ahora ex mandatario había sacado del palacio de Gobierno a su familia y todo apuntaba a que lo que se buscaba era el asilo o fugarse del país.

Al tiempo que todo esto ocurría, en la Av. Inca Garcilazo de la Vega, antes de llegar al cruce con la Av. España, el chofer recibió la orden de proceder con la detención, según las fuentes policiales. Para sorpresa de Castillo, la camioneta gris de lunas polarizadas que lo llevaba se detuvo al frente de la Clínica Internacional y, junto con personal de la Subunidad de Acciones Tácticas, se ejecutó el arresto y se procedió a llevarlo a la sede de la Prefectura de Lima, donde está la sede de la Región Policial de la capital.

Casi en simultáneo, el pleno del Congreso aprobaba la vacancia de Castillo con 101 votos a favor. No habían pasado ni dos horas desde que anunció su golpe de Estado y ya el entonces Presidente pasó a calidad de detenido. Eran poco más de la 13:40 horas. Castillo fue llevado a la sede de la Prefectura de Lima. Minutos después, llegó la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, junto a los coroneles PNP Walter Lozano y Harvey Colchado y la fiscal superior Marita Barreto. Benavides procedió a tomar la declaración del intervenido. Torres asumió la defensa de Castillo. La aventura golpista había terminado.
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