Las enfermeras británicas emprendieron este jueves una huelga sin precedentes como "último recurso" para obtener mejoras salariales frente a la acuciante crisis por el costo de la vida, que provoca en el Reino Unido un creciente descontento social.
Hasta 100.000 miembros del sindicato Royal College of Nursing (RCN) de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte debían dejar de trabajar de 8 de la mañana a 8 de la noche, tras rechazar una oferta del gobierno.
"Estamos con ustedes", titulaba el izquierdista Daily Mirror, haciéndose eco de una mayoría de británicos que, según los sondeos, apoyan esta primera huelga nacional en los 106 años de historia del RCN, seguida por otra jornada de paro el 20 de diciembre.
Con pancartas que decían
"llegó la hora de pagar al personal de enfermería de forma justa", se organizaron protestas a las puertas de los principales hospitales públicos, como el St Thomas de Londres.
La secretaria de Estado de Sanidad, Maria Caulfield, aseguró al canal Sky News que solo en Inglaterra se perderían unas 70.000 citas médicas y operaciones a causa de la huelga.
"Como enfermera me he levantado esta mañana con el corazón roto", afirmó la secretaria general del RCN, Pat Cullen, calificando de "trágico que hayamos tenido que llevar a la profesión a la huelga para que se escuche nuestra voz".
Mark Boothroyd, enfermero de urgencias de 37 años, afirma que la carestía de la vida les ha impuesto dificultades para pagar las facturas, el transporte y el alquiler.
Según Boothroyd, que trabaja en el St Thomas' Hospital, la baja remuneración hace que las enfermeras recién tituladas sólo pasen uno o dos años antes de abandonar la profesión.
Sus vacantes no logran cubrirse lo que pone bajo enorme presión al personal restante ahogándolo en el estrés.
Según el RCN, hay 47.000 puestos de enfermería sin cubrir en Inglaterra, en parte debido a "la mala remuneración".
Muchas enfermeras -mayoritarias- y enfermeros europeos, encabezados por los españoles, abandonaron el Reino Unido a raíz del Brexit, que puso fin al sistema que les permitía contabilizar su experiencia británica en sus países de origen.
Alimentar a sus hijos
Responsables de la salud pública británica aseguraron en septiembre que algunas enfermeras comenzaron a saltar comidas para alimentar y vestir a sus hijos.
Y uno de cada cuatro hospitales en Inglaterra creó bancos de alimentos para su personal.
El RCN denuncia que los sueldos de las enfermeras cayeron 20% en términos reales desde 2010, debido a varios años de aumentos inferiores a la inflación, que este noviembre fue del 10,7%, uno de sus niveles más elevados en cuatro décadas.
La huelga llega en un momento en que el venerado Servicio Nacional de Salud (NHS) británico lleva años aquejado de financiamiento insuficiente. A esto se suma desde la pandemia las largas listas de pacientes que esperan para realizarse pruebas médicas, incluidas las relacionadas con el cáncer.
Los responsables sanitarios advirtieron a los sindicatos que los tratamientos podrían verse afectados por el paro, en un momento en que las afecciones respiratorias estacionales, como la gripe, añaden presión a unos hospitales ya de por sí saturados.
Pese a su excepcionalidad, la huelga del RCN se inscribe en una creciente ola de paros de trabajadores en múltiples actividades de los sectores público y privado, desde ferroviarios a policías de aduanas, pasando por el servicio de correos o los profesores.
Pero el Ejecutivo conservador de Rishi Sunak afirma que las demandas salariales de las enfermeras, que piden recuperar el poder adquisitivo, no se pueden financiar con unas arcas públicas exiguas tras la pandemia.
"Nuestras enfermeras están increíblemente dedicadas a su trabajo y es muy lamentable que algunos miembros del sindicato sigan adelante con la huelga", afirmó el ministro de Salud, Steve Barclay.
Asegurando haber negociado "con personal sanitario exterior al sector público para garantizar niveles seguros de dotación de personal", se declaró "preocupado por el riesgo que las huelgas suponen para los pacientes".
"Corren tiempos difíciles, pero hemos aceptado íntegramente las recomendaciones del organismo independiente de revisión salarial del NHS de conceder a las enfermeras un aumento salarial de al menos 1.400 libras", afirmó, asegurando no poder hacer más.