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Gobierno de Fernández negocia para que campeones del mundo vayan a la Casa Rosada: ¿Qué ocurrió en los títulos anteriores?

Aún hay dudas respecto de la agenda de la selección una vez que aterrice en Buenos Aires. Lo único seguro es que Lionel Messi y compañía irán al Obelisco para celebrar con la gente.

19 de Diciembre de 2022 | 17:11 | Por Ramón Jara A., Emol
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AFP
La algarabía en Argentina tras el título de su selección de fútbol en el Mundial de Qatar es total, de eso no hay duda. Es tanta la efervescencia que en el país vecino siguen minuto a minuto el vuelo que lleva a Buenos Aires a los nuevos campeones. Se estima que la comitiva liderada por Lionel Scaloni y Lionel Messi llegue al aeropuerto de Ezeiza entre las 2:00 y 3:00 de la madrugada de este martes, dando inicio a una celebración en la que nadie, absolutamente nadie, quiere quedar abajo.

Así lo ha demostrado el Gobierno de Alberto Fernández, que ya invitó a los flamantes campeones a la Casa Rosada, como se suele hacer en este tipo de instancias. Sin embargo, la actividad está en duda y se espera la respuesta positiva de los jugadores, la que según medios locales, se ve muy lejana. Por ahora, solo hay programada una ida en caravana al Obelisco, a eso del mediodía del miércoles.

Según explicó el ministro de Seguridad trasandino, Aníbal Fernández, en diálogo con CNN Radio, "el Presidente les ofreció a los jugadores la Casa Rosada. Les ofrecimos que hicieran lo mismo que en 1986 (n. de la R.: último título mundial de Argentina). En aquel momento se los recibió, se los felicitó, se les dio un reconocimiento y el plantel fue al balcón".

Medios trasandinos como Página 12 e Infobae remarcan que el Ejecutivo ha conversado directamente con el presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Claudio "Chiqui" Tapia, y está a la espera de una respuesta. "El Presidente tiene toda la vocación de hacer lo que ellos quieran hacer. No hay ninguna especulación política", aseguró Aníbal Fernández.

De todos modos, desde la Casa Rosada aseguraron a La Nación que "el operativo está previsto y coordinado con las fuerzas de seguridad, pero dependemos de la decisión de los jugadores, de venir acá o ir al Obelisco".

"El Presidente les ofreció a los jugadores la Casa Rosada. Les ofrecimos que hicieran lo mismo que en 1986. En aquel momento se los recibió, se los felicitó, se les dio un reconocimiento y el plantel fue al balcón

Aníbal Fernández, ministro de Seguridad de Argentina
"En un país donde fútbol y política han caminado a menudo de la mano, es difícil saber qué pasará esta vez. Al menos los últimos años han dado alguna señal: tras el subtítulo en el Mundial de 2014 en Brasil, el combinado argentino no fue al palacio de Gobierno, sino que recibió la visita en el complejo de la AFA en Ezeiza a la entonces Presidenta Cristina Fernández. En tanto, el año pasado, tras la obtención de la Copa América en Río de Janeiro, el equipo liderado por Messi tampoco puso un pie en la Casa Rosada, esta vez con Alberto Fernández de presidente.

Pero, está claro, no es la primera vez que Argentina se corona campeona del mundo en fútbol. ¿Qué pasó en las celebraciones anteriores?

1978: Bajo el manto de la dictadura

Corría 1978 y Argentina organizaba el primer (y único) Mundial de fútbol adulto en sus tierras. Eran momentos complicados: dos años antes, y tras un golpe de Estado, una junta militar liderada por el general Jorge Rafael Videla se hacía con el poder. Con ese escenario, un evento deportivo de tal magnitud era visto por los cabecillas de la dictadura como la oportunidad propicia para mostrar al exterior la imagen de un país próspero y ordenado.

El 27 de mayo, cinco días antes de la inauguración de la Copa del Mundo, Videla recibía en la Casa Rosada al equipo argentino liderado por el DT César Luis Menotti y su capitán, Daniel Passarella, y daba una arenga calificada décadas después como "escalofriante" por TyC Sports: "Así como el comandante arenga a su tropa antes del combate, así como el Presidente saluda y despide a sus embajadores antes que estos salgan a cumplir con su gestión, así he querido, hoy frente a ustedes a través de esta visita, exhortarlos a que se sientan y sean realmente ganadores".

"Ganadores del torneo, ganadores en la hidalguía puesta de manifiesto en el juego, ganadores en la amistad que puedan ustedes demostrar a nuestros visitantes, que sean expresión justa y acabada de lo que es la calidad humana del hombre argentino", agregó el dictador.

La selección argentina alza el trofeo de campeón en 1978, bajo la atenta mirada del dictador Jorge Rafael Videla (Foto: AFP).

En lo deportivo, la selección que tenía a Mario Alberto Kempes como su máxima figura llegó hasta la final (con un "polémico" 6-0 a Perú entre medio), y tras cada triunfo la gente salía en masa a celebrar en las calles, lo que fue interpretado por varios como la necesidad de la ciudadanía de expresarse en tiempos difíciles.

Tras ganar en la final a Países Bajos, las celebraciones se multiplicaron, pero no hubo contacto con los jugadores, que tampoco volvieron a la Casa Rosada. El que sí se asomó al balcón del palacio de Gobierno fue el propio Videla, quien en 2013 murió en la cárcel de Carlos Paz, donde cumplía una condena a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad.

1986: Otros tiempos

Para el Mundial de México 1986 el panorama era absolutamente distinto. Hace dos años y medio había vuelto la democracia al país y gobernaba Raúl Alfonsín. Pero la polémica existía igual: meses antes del torneo, el entonces Presidente -complicado por una serie de protestas sindicales tras la instauración de una nueva moneda- buscaba la destitución del técnico Carlos Salvador Bilardo, cuestionado por las derrotas sostenidas antes del campeonato en partidos amistosos, y el retorno de Menotti, campeón en 1978.

Bilardo finalmente fue mantenido en el puesto y el tiempo le dio la razón. Esa selección liderada en cancha por Diego Armando Maradona tocó la gloria en México y desató la algarabía en toda Argentina. Ahora en democracia, las celebraciones fueron masivas, y esta vez sí incluyeron a los jugadores.

Tras su llegada al aeropuerto de Ezeiza, el plantel campeón se dirigió directamente a la Casa Rosada. Ahí, fue recibido por Alfonsín, quien de todos modos tomó un rol secundario y permitió que los jugadores y el cuerpo técnico salieran solos al balcón de la casa de Gobierno para sentir el vitoreo del público que repletó la Plaza de Mayo.

Es eso, según explicaron funcionarios, lo que quiere replicar el Gobierno de Alberto Fernández, diferenciándose a la vez de lo que hizo Carlos Saúl Menem tras el subcampeonato en el Mundial de Italia 1990, donde asumió un protagonismo excesivo ¿Veremos a Messi y compañía en la Casa Rosada? Ellos tienen la palabra.
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