Iban más de cuatro horas y
el bus de la selección argentina de fútbol terminaba abruptamente su periplo por las calles de Buenos Aires. La presencia de 4 millones de personas en las calles y la caída de un hombre que se tiró de un puente para intentar colarse en el vehículo que llevaba a los flamantes campeones del mundo puso fin
a las celebraciones del martes por el título en el Mundial de Qatar. Dos helicópteros recogieron a jugadores y cuerpo técnico y los llevó de regreso al predio de la
Asociación de Fútbol Argentino (AFA) en el sector de Ezeiza.
La situación no estuvo exenta de polémica. Según medios trasandinos, esto originó una dura pelea entre el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, y el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, quien decidió finalmente llevar los helicópteros. De acuerdo con Clarín, ambos tuvieron un duro cruce de palabras que vino a coronar una relación que ya estaba tensa.
La historia comenzó el lunes, cuando el Gobierno de
Alberto Fernández hacía pública su intención de recibir en la Casa Rosada a la selección dirigida por Lionel Scaloni, que en esos momentos ya viajaba desde Qatar rumbo a Buenos Aires. La idea era repetir las imágenes de 1986, cuando el equipo entonces liderado por Diego Armando Maradona fue recibido por el Presidente Raúl Alfonsín y luego salió al balcón para recibir los elogios de los hinchas apostados en la Plaza de Mayo.
Sin embargo, todo era incertidumbre y no había una confirmación. Se insistía por todos lados que la palabra final la tenían los jugadores, mientras surgían informaciones de que la respuesta sería negativa ya que no querían politizar un triunfo deportivo que caló tan hondo en la sociedad argentina.
Y así lo demostraron una vez que llegaron al país la madrugada del martes. En el aeropuerto de Ezeiza, el combinado nacional era esperado en la losa por una comitiva liderada por el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, más directores de Migraciones y Aduanas. La particularidad: todos miembros de La Cámpora, facción kirchnerista que se adelantó al "albertismo" y se acercaba a la selección. Para mal de ellos, no recibieron ni un saludo, salvo el de "Chiqui" Tapia.
Llegaron a Argentina y aún no había certezas de si los jugadores y cuerpo técnico irían a la Casa de Gobierno. Lo cierto era que, cerca del mediodía, un bus descapotable saldría de Ezeiza rumbo al centro de Buenos Aires, para celebrar con todos en el Obelisco.
Las horas siguientes fueron de coordinación entre la AFA y las autoridades del Gobierno, la provincia y la Ciudad de Buenos Aires.
Después ocurrió lo que todos saben: se cambió el recorrido y no se fue al Obelisco, menos a la Casa Rosada, y el viaje fue interrumpido con los jugadores sobrevolando la ciudad en helicóptero.
El hecho fue objeto de críticas y el primero en lanzar sus dardos fue el propio presidente de la AFA: "No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena", escribía en su cuenta de Twitter.
"No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena"
Claudio Tapia, presidente AFA
Y agregaba: "Agradecemos a la provincia de Buenos Aires, encabezada por su ministro de seguridad
Sergio Berni, que fue
el único que acompañó durante toda la recorrida hasta la entrada a la capital sin registrar ningún incidente, permitiendo a los jugadores abrazarse al pueblo argentino".
El segundo mensaje tenía su intención: Sergio Berni es un duro del kirchnerismo que ha tenido serios enfrentamientos con el Gobierno Federal. El reconocimiento a su labor por sobre el resto, claramente, irritó en la Casa Rosada, y demostró el quiebre entre la AFA y el Ejecutivo, representado por Aníbal Fernández, quien lideró las negociaciones con la entidad encabezada por Tapia.
La pelea
Y si por un lado, el Presidente Alberto Fernández desdramatizaba lo ocurrido el martes y afirmaba que los jugadores estaban en su derecho a no ir a la Casa Rosada y entendía que estaban "cansados", por el otro se sacaban los ojos entre Gobierno y la AFA.
Pero expliquemos la pelea. Luego de que Aníbal Fernández decidiera poner fin a la caravana, "Chiqui" Tapia primero se descargó con los funcionarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), liderada por el opositor Horacio Rodríguez Larreta. Según reportó Clarín, el timonel de la AFA llamó y, a los gritos, reprochó a un funcionario que monitoreaba la situación desde la Sala de Situación del Ministerio de Seguridad de CABA.
"Escúchame, nos están llevando a una escuela de policía tuya. Me están cagando los festejos", gritaba, con una voz a ratos inentendible "acaso por el cansancio acumulado, la emoción de la victoria y las jarras de fernet con coca que circulaban desde hace horas", según el citado medio.
Tras captar que en realidad el lugar al que se dirigían era un recinto del Estado Nacional y no de CABA, llamó directamente a Aníbal Fernández: "Nos cortan la posibilidad de seguir festejando. Nos cagan. Nosotros queremos seguir", decía, siempre de acuerdo con Clarín.
El ministro de Seguridad, que seguía el operativo, le respondió, también a los gritos: "Pero escúchame, vos decís que yo les corto los festejos y los jugadores ya están arriba de los helicópteros. El que quiere seguir festejando sos vos", le respondió, siguiendo una discusión que acabó con el ministro cortando el teléfono.
Luego vino el tuit del presidente de la AFA y las acusaciones cruzadas. El ministro Fernández dijo este miércoles en diálogo con Radio 10 que "tomé la decisión de bajar allí y poner los helicópteros para sacar a los jugadores, que gustosamente subieron.
Mientras Tapia me llamaba y me amenazaba con el primer tuit, que por supuesto me importó un carajo, nosotros ya sabíamos que (Lionel) Messi, (Rodrigo) De Paul y (Ángel) Di María estaban en el helicóptero H17 de la Policía Federal para que si no podían verlos, pudieran saludarlos".
"Después aparecen todos estos cachivaches de pacotilla que tratan de inventar la cuadratura del círculo, pero la realidad es que nosotros fuimos los que tomamos las decisiones", remarcó.
Y consultado por las loas de Tapia a Sergio Berni, el titular de Seguridad enfatizó que el funcionario porteño "no organizó nada. Nosotros planificamos antes de ayer todo. Una vez que terminamos, yo invité a los ministros para que lo chequearan, pero la preparación es nuestra".
Esto fue desmentido posteriormente por Berni en diálogo con radio La Red: "Como argentino que tuvo el honor de llevar la celeste y blanca en el pecho y de representar deportivamente al país,
quiero decir que lo de ayer me dio mucha vergüenza y que lo que dice Fernández no es así. No voy a entrar en ningún tipo de discusión porque me parece que la sociedad y los jugadores no se lo merecen. Por suerte había testigos (...) Yo soy un tipo que siempre dice la verdad y hablo de cara a la gente.
Eso no fue así, pero no importa".
Una celebración que, como suele ocurrir con la política argentina, tuvo su condimento ¿Quedará en el olvido? Eso todavía no lo sabemos.