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Quién es Yván Gil, el canciller venezolano que exigió a Chile "respeto a los DD.HH." de los migrantes

Con una larga trayectoria, este ingeniero agrónomo de profesión asumió la jefatura diplomática en enero, lo que fue interpretado como un guiño del Presidente Nicolás Maduro a la Unión Europea.

16 de Marzo de 2023 | 11:27 | Redactado por Ramón Jara A., Emol/EFE
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EFE
"El Gobierno de Venezuela aún no ha recibido solicitud de trabajo coordinado con Gobierno de Chile respecto a supuestas deportaciones de venezolanos. La coordinación en esta materia ha sido un clamor nuestro, así como la exigencia de respeto a los DD.HH. de nuestros compatriotas". Con estas palabras, el canciller venezolano, Yván Gil, respondió al Presidente Gabriel Boric y la ministra del Interior, Carolina Tohá, que acusaron a Caracas y Bolivia de entorpecer los procesos de expulsión de migrantes desde Chile.

Los dichos del jefe diplomático suben la tensión en materia de crisis migratoria, luego de que la ministra Tohá afirmara que Venezuela "no ha sido colaborador" en facilitar el retorno a su país de las personas que tienen un decreto de expulsión de Chile, muchas de las cuales "llevan meses tratando de ejecutarse".

Este es el primer conflicto de Yván Gil con Chile desde que asumió como ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela el pasado 6 de enero, un nombramiento que fue interpretado por expertos y medios de comunicación como una señal de Maduro de acercarse con "paciencia estratégica y diplomacia" a la Unión Europea (UE) dados sus contactos con el bloque, afirmó EFE.

Gil vino a reemplazar en el puesto a Carlos Faría, quien estuvo menos de ocho meses a cargo de la Cancillería. "Agradezco al Presidente Nicolás Maduro por la confianza, que me comprometo a poner todo mi empeño en honrar, siempre bajo la inspiración del comandante Chávez y en la senda de la Diplomacia Bolivariana de Paz", afirmó el flamante ministro.

El nuevo canciller fue designado con la misión de encabezar la nueva estrategia internacional del régimen de Maduro, sumamente cuestionado en buena parte del planeta por la crisis social, económica y política que atraviesa hace años Venezuela, incluso con un "gobierno interino" nombrado por la oposición entremedio.

Trayectoria

Yván Eduardo Gil Pinto nació el 15 de agosto de 1972 en Maracay. Su carrera estuvo ligada en un principio a la agronomía: se graduó de ingeniero agrónomo en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y tiene una maestría en Ingeniería Agrícola en la misma casa de estudios y un doctorado en Ciencias y Procedimientos Biológicos e Industriales en Montpellier, Francia.

Militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), jamás ha ocupado un cargo de elección popular y ha sabido mostrarse como un chavista fiel, pero siempre lejos del protagonismo mediático o las declaraciones radicales. En esa línea, fue presidente del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), viceministro de Circuitos Agroproductivos y presidente de la empresa Agropatria S.A.

En 2013 fue nombrado ministro de Agricultura y Tierras y un año después vicepresidente del Consejo de Ministros para la Seguridad y Soberanía Agroalimentaria.

Siguió desempeñándose en cargos de esta índole, hasta que en 2017 su carrera dio un giro cuando fue elegido viceministro para Europa del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pese a no tener estudios diplomáticos, el Gobierno le encargó esta misión dado su perfil recatado y sus conocimientos de inglés y francés. También fue embajador y jefe de misión de Venezuela ante la Unión Europea, en Bruselas.

Con ese currículum, el 6 de enero de 2023 fue nombrado canciller por Nicolás Maduro.

Guiño a Europa

Durante 2022, la Cancillería venezolana estuvo a cargo de Carlos Faría, un diplomático cercano al Gobierno de Rusia, que consolidó las relaciones entre Caracas y Moscú en medio de las tensiones mundiales por la guerra en Ucrania, escenario en el que Maduro mostró un apoyo irreductible a Vladimir Putin.

Ahora, con este giro diplomático, Venezuela muestra una ficha menos radical, y menos cercana al Kremlin, en búsqueda de un acercamiento con el viejo continente, donde ya conocen al nuevo canciller.

Como viceministro para Europa, Gil manejó con guantes de seda la compleja tarea de defender al chavismo ante las sanciones impuestas por la UE, que incluyen la prohibición de entrada a altos funcionarios del Gobierno y el congelamiento de sus cuentas.

El sosegado canciller tomó, en esa línea, el desafío de acortar las brechas entre Venezuela y la UE, cuya relación empezó a tambalearse en 2017 -cuando la comunidad internacional repudiaba la represión a protestas antigubernamentales en Caracas- y llegó a puntos muertos con expulsiones de diplomáticos y muy poco diálogo en el último quinquenio.

En este sentido, Gil está llamado a elevar las relaciones diplomáticas entre ambos polos, una tarea que ya empezó a materializarse a finales de diciembre con la designación por parte de España de un embajador ante Venezuela, un giro en la postura de la UE de no enviar representantes del más alto nivel al país caribeño.

Por otro lado, el canciller ha sido crítico del rol de Estados Unidos, que mantiene una cercanía con la oposición venezolana e incluso se reunió con Dinorah Figuera, actual líder de la Asamblea Nacional opositora, que carece de reconocimiento en su país. "Deseamos el mayor éxito al Departamento de Estado en la edificación de las relaciones con Narnia. Encuentro risible que confirma el infantil empeño de EE.UU. de promover una fantasía política y diplomática fracasada", escribió Gil en su cuenta de Twitter.

Ahora, el canciller tiene un nuevo frente: la crisis migratoria en Chile. Habrá que esperar para ver qué rumbo tomará esta historia.
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