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De partido euroescéptico a ganar una elección local: El ascenso de la ultraderecha alemana y sus posibilidades a nivel nacional

Fundado en 2012, la Alternativa por Alemania (AfD) ha ido creciendo, y se espera que anote más triunfos electorales, sobre todo en las regiones del este.

05 de Julio de 2023 | 08:02 | EFE/Editado por R. Jara, Emol
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Hannes Loth, recientemente electo alcalde de Raguhn-Jessnitz. Su triunfo es un hito para AfD.

EFE
La Alternativa por Alemania (AfD), que logró elegir un alcalde y un administrador de distrito en el este de Alemania, empezó siendo un partido euro escéptico y en diez años de historia se convertido en aglutinante de la ultraderecha por lo que sus éxitos causan preocupación en los partidos democráticos alemanes.

Hannes Loth fue electo alcalde de la pequeña localidad de Raguhn-Jessnitz (Sajonia Anhalt) y Robert Sesselmann administrador del distrito de Sonneberg (Turingia). Ambos son la expresión del alto vuelto que tiene el partido en las encuestas de intención de voto, sobre todo en el este de Alemania.

La mayoría de los sondeos le dan a la AfD en torno al 20 por ciento y en algunos casos ven a la agrupación en el segundo lugar, por encima del Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz y por debajo del bloque conservador formado por la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana (CDU/CSU).

En el este de Alemania incluso podría llegar a ser el partido más votado y, según un estudio reciente de la Universidad de Leipzig, la agrupación todavía no ha explotado todo su potencial en esa zona del país.

Camino al extremismo

La AfD se fundó en 2012 como un partido euroescéptico. Su primer presidente y fundador, Bernd Lücke, proponía una reforma de la unión monetaria, limitando la misma a lo países del norte.

Sin embargo, desde el comienzo la AfD atrajo a fuerzas a las que los planteamientos de Lücke les parecían demasiado moderados. No bastaba una reforma de la unión monetaria sino que había que acabar con la misma -el euro era, decían, un experimento fracasado- y había que someter incluso a un plebiscito la pertenencia de Alemania a la UE.

En 2015 Lücke abandonó el partido -diciendo que lamentaba haber "creado un monstruo"- que entre tanto había encontrado otro caballo de batalla que era el rechazo a la inmigración.

Lücke no sería el último presidente de AfD en abandonar la agrupación. En 2017 lo haría Frauhe Petry y en 2022 Jörg Meuthen, que declaró que el partido se había alejado del consenso democrático.

Sin embargo, las escisiones -Lucke y Petry fundaron agrupaciones que no tuvieron ninguna trascendencia- no han perjudicado a AfD que ha logrado mantener y aumentar su caudal electoral.

Actualmente la presidencia bicéfala del partido está formada por Alice Weidel y Tino Chrupalla pero su figura más controvertida es el líder regional de Turingia, Bjorn Höcke, que en ocasiones ha planteado tesis revisionistas sobre la historia de Alemania y ha recurrido a veces a una retórica cercana a grupos neonazis.

La AfD es actualmente el único partido con representación parlamentaria en Alemania que rechaza que el cambio climático tenga su origen en la acción humana. Ha tenido vínculos con movimientos extremistas como el llamado Movimiento Identitario o Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida).

Durante la pandemia se sumó a las protestas contra las medidas para contener el virus y en medio de la guerra de Ucrania Chrupalla llamó a que se vuelva a comprar gas a Rusia.

Desde 2018 el partido es observado por varias Oficinas Regionales para la Protección de la Constitución.

Su caudal electoral proviene en parte de la movilización de abstencionistas y en parte de votantes tradicionalmente optaban por la CDU/CSU, el Partido Liberal (FDP), La Izquierda y, en menor grado. el SPD.

Tres elecciones regionales

El año que viene habrá tres elecciones regionales en el este de Alemania: en los estados federados de Turingia y Sajonia el 1 de septiembre y en el de Brandeburgo el 22 del mismo mes.

En Turingia las encuestas le dan a AfD el 28% de los votos, lo que convertiría a la ultraderecha en la agrupación más votada.

En Sajonia y Brandeburgo los ultraderechistas también tienen la posibilidad de obtener el primer lugar, lo que obligaría probablemente a los otros partidos a formar alianzas inusitadas.

En Turingia ya ha habido en la última legislatura una constelación difícil con un Gobierno minoritario de La Izquierda, el SPD y Los Verdes, tolerado tácitamente por la CDU.
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