Un vehículo carga dos féretros en Haití.
EFE
El Consejo Presidencial de Transición (CPT) de Haití ordenó una "profunda" investigación sobre la matanza de más de 180 personas, la mayoría ancianos, el fin de semana pasado a manos del jefe de la banda Wa Mikano ('Rey Mikano') en el sector de Wharf Jérémie del populoso barrio de Cité Soleil, en el centro de Puerto Príncipe.
En un comunicado divulgado este martes en el que expresó su "indignación" ante esta "barbarie", el CPT afirmó que este hecho "constituye un ataque contra los valores fundamentales de la dignidad humana y los pilares de estabilidad de nuestra sociedad", al tiempo que envió sus condolencias a los familiares y allegados de las víctimas.
En respuesta a esta tragedia, el Consejo ordenó
"una investigación inmediata y en profundidad" a fin de identificar y llevar a los culpables ante la Justicia, agregó la información.
Asimismo, se comprometió a "intensificar sus esfuerzos para restablecer la seguridad y proteger a cada ciudadano haitiano", llamó a la unidad nacional "para hacer frente a esos desafíos" y reafirmó su determinación de construir "un futuro de paz y estabilidad" para Haití, sumido desde hace años en una profunda crisis que se ha agravado por el terror de las bandas armadas.
En la nota, el presidente del CPT, Leslie Voltaire, condena "con la mayor firmeza" la masacre, en la que "vidas inocentes han sido brutalmente aniquiladas".
Los responsables de estos crímenes y sus cómplices
"serán identificados y llevados ante la Justicia implacablemente", afirmó Voltaire, quien agregó que el Estado "debe asegurar que la Justicia prevalezca".
El primer ministro haitiano, Alix Didier Fils-Aimé, emitió un documento el lunes en el que condenó "en los términos más enérgicos posibles" la "despreciable masacre" y aseguró que el Gobierno movilizará a todas sus fuerzas para "perseguir y destruir a estos criminales".
Razones detrás de la masacre
Prácticamente todos los líderes de las bandas haitianas creen asegurarse de una protección mística, lo que les "obliga" a hacer sacrificios en una determinada época del año para cumplir sus promesas a los espíritus a los que sirven, protegiéndoles en particular -dicen- para no ser víctimas de las balas.
Todas las familias con ancianos en sus casas se encuentran en estos momentos bajo tensión. Los informes que circulan sobre el terreno afirman que las personas no fueron tiroteadas, sino asesinadas con cuchillos y machetes tras la muerte del hijo del jefe de la banda, Micanord.
Según informaciones de la organización CDP-Haití, la masacre se ejecutó porque Rey Mikano consideró que
los ancianos del lugar realizaron brujerías para causar la muerte de su vástago.
De acuerdo con esta ONG, "Wa Mikano" acudió a un sacerdote de vudú por la enfermedad de su hijo, quien finalmente murió el domingo, y este le dijo que los ancianos le habían echado el mal de ojo, lo que provocó la matanza.
Desde el lunes reina una situación tensa en la zona. Para evitar convertirse en víctimas, las personas, sobre todo los ancianos, permanecen en sus casas, según testigos locales.
"Este crimen monstruoso es un ataque directo a la humanidad y al orden republicano", subrayaba ayer el Gobierno, que dijo estar "solemnemente comprometido a garantizar que tales horrores no queden impunes".
"La maquinaria represiva del Estado se desplegará al máximo y con la mayor celeridad para perseguir, capturar y llevar ante la Justicia a los autores y cómplices de esta incalificable carnicería", agregó la información.