Ruinas de la guerra en la zona de Zamalka, en las afueras de Damasco, la capital de Siria.
(26/12/24) EFE.
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, aseguró este martes que su país no tiene intención de abandonar Oriente Medio tras la derrota estratégica sufrida con el derrocamiento en diciembre pasado del líder sirio Bashar al Asad, quien gobernó el país durante 24 años.
"Nosotros no nos vamos de Medio Oriente", afirmó Lavrov durante su tradicional rueda de prensa de principios de año.
EL canciller subrayó que la embajada rusa en Damasco no ha cerrado sus puertas y mantiene contactos "diarios" con las nuevas autoridades en Damasco.
"Estamos dispuestos a ser útiles en los esfuerzos de normalización de la situación y esto, por supuesto, exige un diálogo nacional inclusivo en Siria", señaló.
Lavrov no aludió en su intervención a la situación en torno a las bases militares rusas en el país árabe, cuya presencia es crucial para la política exterior rusa en Medio Oriente y el norte de África,
Los sitios militares de Rusia en Siria corresponden a la base naval de Tartus, en la costa mediterránea; y el aeropuerto militar de Jmeimim, cerca de Latakia.
Estos enclaves constituyen un emplazamiento crítico para el tránsito de los activos militares hacia el territorio africano. De acuerdo al Institute for the Study of War, la pérdida de las bases de Tartus y Jmeimim "probablemente interrumpirá la logística rusa, los esfuerzos de reabastecimiento y las rotaciones del Cuerpo de África, debilitando particularmente las operaciones y la proyección de poder de Rusia en Libia y el África subsahariana".
Por otro lado, a finales del pasado año el presidente ruso, Vladimir Putin, negó que la caída de Asad supusiera una derrota estratégica para Rusia en el país árabe.
"Le aseguro que eso no es así (...) Rusia ha logrado, a grandes rasgos, sus objetivos en Siria", dijo Putin, quien recordó que el ejército ruso fue desplegado en Siria "hace diez años para que allí no se creara un enclave terrorista".
Al mismo tiempo, admitió que la situación en Siria está cambiando a rápidamente y que incluso los grupos que combatieron desde 2011 contra Damasco, también "han vivido cambios internos".
La Duma o cámara de diputados aprobó en diciembre una ley que permite excluir de la lista de organizaciones terroristas al Organismo de la Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham), que controla la situación ahora en Damasco, en un intento de cohesionar las relaciones con uno de los principales actores del nuevo gobierno.