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A casi tres años de iniciada: Cómo impactaría en Chile (y el mundo) el eventual fin de la guerra entre Rusia y Ucrania

Tras la intervención que ha tenido Donald Trump en el conflicto, pareciera ser que las hostilidades están cerca de su término.

23 de Febrero de 2025 | 22:17 | Por Javiera Riquelme, Emol.
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Presidentes de Ucrania, Volodimir Zelenski; de Estados Unidos, Donald Trump; y de Rusia, Vladimir Putin.

EFE/AP/AFP
¿Se acerca el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania? Ese pareciera ser el escenario a tres años de iniciado el conflicto -este lunes es un nuevo aniversario-, considerando la intervención que ha tenido en el último tiempo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Ahora, si aquello ocurriera, ¿cómo impactaría, en Chile y el mundo, en el corto plazo?

Algunos analistas apuntan a que ello "depende", por ejemplo, de las condiciones en las que termine el enfrentamiento. Otros, mencionan beneficios directos como una caída en el precio internacional de los combustibles. También, hay quienes apuntan a la estabilización en los precios del mundo, lo que podría ayudar a moderar la inflación y reducir costos, lo que repercutiría favorablemente en la economía local.

De todas maneras, los expertos concuerdan en que, de alguna u otra forma, el término del conflicto provocaría una mejora en los indicadores financieros y habría un menor riesgo político.

Mario Herrera, académico del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, sostiene a Emol que "a nivel global, los efectos del fin de la guerra dependerán de las condiciones en que termine (...) Si se establecen como condiciones el no ingreso de Ucrania a la OTAN o la UE, entonces el efecto a nivel global será de enfriamiento de los conflictos de origen europeo".

Ahora bien, dice que también es importante observar cuál será el nivel de injerencia de Estados Unidos en el fin del conflicto, pues este, a diferencia de otros espacios, es un combate "donde Estados Unidos ha competido con Rusia y no con China. Por tanto, el interés de Trump, tras el cese de la guerra puede intensificarse en otros conflictos internacionales".

Herrera considera que, particularmente para Chile, eso es relevante, dado que "estamos en el radio de influencia de China y de EE.UU., más que de Europa o Rusia. En tal sentido, más allá de los efectos en los mercados, en términos geopolíticos, el fin del conflicto no representa una amenaza inmediata para Chile".

Mirada económica


Desde la misma casa de estudios, el economista Rodrigo Saens, muestra otra mirada: "Dado que nuestro país importa más del 90% de su consumo de combustibles, el principal efecto sobre la economía chilena es la caída en el precio internacional del petróleo".

Asimismo, agrega que "con una producción de más de 10 millones de barriles por día, lo que representa un 12% del suministro mundial, Rusia es uno de los tres principales productores mundiales de petróleo (los otros dos son Arabia Saudita y Estados Unidos). Si bien las exportaciones de petróleo ruso se han mostrado bastante resilientes a las sanciones comerciales que le ha impuesto el mundo, un fin del conflicto podría causar una caída en el precio internacional de los combustibles".

Pablo Peña, economista y docente de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de O'Higgins (UOH), expresa por su parte que "aparentemente es una paz que está bastante cerca", pero lo primero que hay que distinguir es si se trata de una "paz sólida o transitoria", es decir, "lo primero es que probablemente se genere en el esquema de negociación una especie de alto al fuego y se inicien conversaciones. Eso de por sí es algo positivo, porque despeja la tensión, despeja la incertidumbre que hay entre las partes y abre el camino, entonces, a un periodo de negociación y de acuerdo que debiese ser un poco más estable en el futuro".

En una profundización, dice que la condición inmediata que tiene la negociación es que "se despeja el escenario de riesgo geopolítico" y, sobre todo, el de "una escalada", que, por supuesto, "genera mucha incertidumbre y un impacto negativo muy fuerte a nivel de la economía global".

Por tanto, el primer efecto sería que, probablemente, tanto los mercados financieros, las bolsas y los procesos de mediano plazo experimenten una mejora, sobre todo, los indicadores financieros, bolsas, tipos de cambio. "Ese tipo de indicadores generan condiciones más favorables al crédito, y de menor incertidumbre, y eso es favorable en realidad para todos los países dentro de la economía global", afirma.

Según comenta, a eso también ayuda que el conflicto en Gaza está en una "fase de tregua" y, por lo tanto, "hay un poco más de orden al inicio del 2025".

Ahora bien, de prorrogarse y confirmarse un escenario de paz, independiente de los escenarios de negociación, cree que "también generaría mejores indicadores financieros, menor riesgo político, menor riesgo financiero", Además, "probablemente una disminución de tasas y una mejora también en los flujos de comercio internacional. Ese es un efecto, yo diría, de corto plazo y que es independiente de los resultados de la negociación".

Las compensaciones para Ucrania y garantías que debería dar Rusia


Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, se enfoca más en Chile y relata que el eventual término de la guerra "podría tener un impacto menor, tomando en cuenta que nosotros no compramos grano ni petróleo a Ucrania, por ejemplo".

Sin embargo, dice que "podría beneficiar a Chile en términos de la estabilización en los precios internacionales, lo que podría ayudar a moderar la inflación y reducir costos en sectores que dependen de estos insumos, repercutiendo favorablemente en la economía local".

Después de todo, sostiene que un entorno financiero más estable y predecible puede favorecer la inversión extranjera y local, facilitando el acceso a financiamiento y promoviendo el crecimiento en sectores estratégicos.

Asimismo, y dado que Chile es un importante exportador de productos agrícolas y mineros, cree que la mejora en las cadenas de suministro globales y la reducción de costos logísticos podrían potenciar la competitividad de sus exportaciones, beneficiando a diversos sectores económicos.

En una mirada a nivel mundial, dice que el escenario es "diferente" básicamente, porque "no da lo mismo cualquier acuerdo que ponga término a esta guerra iniciada por Rusia en 2022. Existe mucha expectación respecto de que el presidente Donald Trump pueda impulsar un acuerdo de alto al fuego, pero hasta ahora lo que hemos visto indica que -al parecer- está definiendo los términos del fin de la guerra directamente con Rusia, dejando al margen a Ucrania y a la Unión Europea y Reino Unido".

"El secretario de Defensa, Pete Hegseth, durante su reciente viaje a Europa, dijo que el ingreso de Ucrania a la OTAN y la recuperación de las fronteras ucranianas de 2014 estaban descartados. Ese es un mal comienzo, porque -precisamente- esos son los temas que deben estar en la mesa de negociaciones", agrega.

Rojas asegura que Ucrania fue el país atacado y, por ende, debe recibir compensaciones y, sobre todo, garantías de que Rusia no volverá atacar a este país ni a ningún otro. Por otro lado, afirma que Moscú debe responder por sus acciones en contra de Ucrania. "No es posible que quede sin ningún tipo de sanción, además, de que debería devolver la totalidad del territorio ucraniano que ha ocupado desde 2022 a la fecha", puntualiza.

"Un acuerdo que deje a Rusia sin sanciones y, por otro lado, a Ucrania sin entrar a la OTAN ni garantías de protección internacional, sentará un nefasto precedente a nivel global. Será una clara señal de que cualquier país puede atacar e invadir a otro, y que eso no tendrá mayores costos. Será como regresar al mundo de 1914, cuando comenzó la Primera Guerra Mundial. El orden internacional basado en reglas, que el propio Estados Unidos impulsó desde fines de la Segunda Guerra Mundial y tras el fin de la Guerra Fría hoy está en peligro", acota.

Con todo, apunta a que no hay que perder de vista que esas reglas no necesitan proteger tanto a las grandes potencias, sino a países como Chile, que pueden quedar expuestos a los intereses de otros actores globales.

"Periodo de transición hacia un nuevo orden internacional"


Guillermo Holzmann, analista internacional y académico de las universidades de Valparaíso, Autónoma y Talca, manifiesta, en tanto, que "lo que se está negociando ahora es un alto al fuego que, para Donald Trump, en su visión disruptiva, en la intervención que tiene en el sistema internacional -toda vez que está actuando fuera del sistema-, es lograr un alto al fuego que permita establecer una negociación particularmente con Rusia y China, para no solamente colocar condiciones desde un alto al fuego en Ucrania y en el Medio Oriente, sino que a su vez, también en un compromiso de desnuclearización de China y Rusia, y también estaría involucrado el liderazgo de Estados Unidos".

En esa perspectiva, sostiene que "estamos en presencia de un periodo de transición hacia un nuevo orden internacional que, por el momento, deja afuera al sistema internacional que conocemos desde la Segunda Guerra Mundial en adelante y que está siendo liderado por Donald Trump".

El experto dice que para países como Chile, las implicancias son evidentes dado de que este país es el que más tratados de libre comercio tiene desde el punto de vista multilateral y bilateral.

"Cualquier situación en términos de aranceles de cambio en las normas de intercambio comercial entre los países, teniendo presente que Donald Trump prefiere la relación bilateral a la multilateral, claramente obliga a países como Chile a hacer un atento seguimiento, pero a su vez, también obliga a los países a pensar en términos más estratégicos, es decir, de más largo plazo", explica.

En términos simples, precisa que aquellos países que solamente están pensando en los programas de Gobierno, "como es el caso de Gabriel Boric actualmente, claramente nos deja a Chile un tanto afuera de lo que es la ecuación mayor que se está construyendo a nivel global".

Así, "si se logra un alto al fuego y se establecen negociaciones, la economía internacional se va a ver aliviada, porque se va a normalizar el acceso a la energía, tanto gas como petróleo, de parte de Europa. Se va a mantener, yo diría, una mejor cadena de suministro en términos fertilizantes, va a favorecer la agricultura no solamente para América Latina, sino que también para India y para África, y por lo tanto, sería positivo".

De todas maneras, Holzmann expone que como estamos en un momento de "transición", el escenario es "complejo", y dado lo que Estados Unidos está haciendo, "países como Chile deben cuidarse de poder mantener una posición estratégica, teniendo presente que para los intereses de EE.UU., la cadena de suministro y el acceso a tierras raras en virtud de los objetivos mayores que tiene Donald Trump, está mirando -aunque no lo ha dicho explícitamente-, no solamente los minerales que hay en Chile, sino que también el Estrecho de Magallanes, que asegura la cadena de suministro, el paso de buques, pero también un punto de relevancia de protección Antártica, recordando que la Antártica es un continente, es decir, bajo el hielo hay tierra, y habiendo tierra hay recursos, que es distinto al Ártico, que es solamente hielo, y en el Ártico se está explotando el subsuelo marino".

Entonces, afirma que el impacto es a nivel global, mientras que en Chile, "es muy relevante lo que suceda en las condiciones en la cual Trump pueda llegar a un acuerdo con Rusia, que luego deberá ser asumido también por la India, y por la Unión Europea, y finalmente, por Ucrania, y todo eso casi en términos simultáneos o paralelos".

Finalmente, advierte que "acá hay riesgos geoestratégicos y geoeconómicos para Chile, lo que es necesario verlo con una mirada de largo plazo para poder mover adecuadamente nuestras piezas diplomáticas y nuestras estrategias, tanto políticas a nivel global, como también económicas y comerciales".

Y, por lo pronto, "lo más obvio sería fortalecer nuestra representación diplomática en Estados Unidos y en China, y probablemente en dos o tres partes más. Pero se requiere un trabajo diplomático muy potente con esa mirada de largo plazo y cautelando los intereses del país", concluye.
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