La ciudad argentina de Bahía Blanca fue azotada el pasado viernes con feroces tormentas donde cayeron más de 290 milímetros de agua que dejaron de 16 muertos, un centenar de desaparecidos y millonarias pérdidas.
Según el medio argentino La Nación, lo que sucedió en Bahía Blanca podría pasar en la ciudad de Buenos Aires. Al menos en parte de ella, incluidas también zonas densamente pobladas del conurbano.
La organización científica internacional
Climate Central, puso a esta zona como
una que podría sufrir terribles estragos en el futuro. Son varios los reportes científicos que pronostican un riesgo de que la ciudad de Buenos Aires y su conurbano
se inunden parcial o permanentemente. Y la mayoría de las causas están vinculadas al cambio climático y a la capacidad de las poblaciones de responder a sus efectos.
Fuentes tanto científicas como del gobierno de la ciudad argentina reconocieron que las consecuencias del cambio climático que se habían pensado para un futuro un poco más lejano, están ocurriendo ahora.
Cabe señalar que esto no quiere decir que en Buenos Aires necesariamente ocurrirán dramas como los que hoy sufre Bahía Blanca, pero eventos como los del viernes pasado, o el año pasado en Concordia, Entre Ríos, son una muestra fehaciente de la recurrencia de eventos que pueden desembocar en resultados trágicos.
Temperatura
Según Inés Camilloni, una de las meteorólogas más reconocidas de Argentina que es investigadora del Conicet, profesora de la Universidad de Buenos Aires y vicepresidenta del grupo I del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el cambio climático ha acelerado varios de los fenómenos que pueden provocar inundaciones.
La científica identificó como causas directas al aumento de lluvias fuertes y del nivel del Río de La Plata. Estos cambios están estrechamente vinculados a la crisis climática. Y sumado a fenómenos como las sudestadas y El Niño, podrían desembocar en un drama.
Si bien se han hecho varias obras de infraestructura hidráulica y otras medidas para reducir este riesgo en la ciudad, tanto para Camilloni como para otras científicas consultadas por La Nación, estas podrían no ser suficientes en un futuro cercano.
Y en el conurbano, la situación sería aún más grave. En comparación con la capital porteña, hay múltiples zonas que no cuentan con casi ninguna medida de alivio para la acumulación de agua.
Lo primero es que hay un consenso en el mundo de que hace más calor que antes. Lo segundo es que este calentamiento, más acelerado que en otras etapas geológicas, está estrechamente vinculado a la concentración del dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero.
1,5 °Caumentó la temperatura en 427 partes por millón de CO2 en el aire, según la NASA.
Según la última medición de la NASA, hoy tenemos 427 partes por millón de CO2 en el aire, y la temperatura aumentó en 1,5 grados Celsius con respecto a la época previa a la industrialización. Y aunque parezca poco, este cambio nunca se había registrado de forma tan veloz.
El último reporte síntesis del IPCC, que congrega a cientos de científicos de todo el mundo, modeló que en el caso de la cuenca de La Plata -que comprende el sureste brasileño, parte de Uruguay, Paraguay y una buena parte de la Argentina- hay una alta probabilidad de que aparezcan tormentas con más frecuencia, y que en cada episodio caiga más agua de manera más violenta.
Además, las islas urbanas de calor también afectan. Las zonas de la ciudad que acumulan altas temperaturas provocan que la humedad suba, que formen nubes y que puedan combinarse con las tormentas ya cargadas de más agua de lo normal.
"Por esto, en las ciudades hay aún más lluvia que en zonas semiurbanas o rurales. En el centro de la ciudad de Buenos Aires, la lluvia aumenta 3,2% cada década, mientras que en Ezeiza crece un 0,9%", aseguró Camilloni.
Un mapa interactivo de la organización Climate Central muestra qué partes de la ciudad de Buenos Aires quedarían inundadas con un aumento del nivel del mar en distintos escenarios.
Si la temperatura global subiera cuatro grados con respecto a la época preindustrial, desaparecería el Barrio Chino, una parte de Palermo y toda la Boca, eso sin nombrar a las partes del norte y del sur del conurbano que quedarían sumergidas bajo el agua.
Río de La Plata y vientos
"Además, es uno de los fenómenos irreversibles del cambio climático. Aún bajando nuestras emisiones, los océanos van a seguir subiendo", reveló Camilloni. Y por una razón física, si el nivel del mar sube, el del Río de La Plata también.
Según información del gobierno de la Ciudad, durante el siglo pasado el río subió 17 centímetros. "Y se prevé un aumento de entre medio y un metro en el Río de La Plata para 2050", añadió.
Son varios los factores que influyen en el incremento del nivel del río. Y no solo hay que pensar en las lluvias que caigan en la ciudad, sino que también se debe poner atención a las tormentas que ocurren en sitios quizás distantes, pero que conectan a través de los ríos.
Y a eso se suma otro fenómeno que resalta Camilloni: una serie de vientos constantes que con cada vez más frecuencia soplan desde el este y empujan el agua hacia la costa.
"Además tenemos las sudestadas, otro evento puntual que observamos con más frecuencia", cuenta Camilloni.
Según un reporte científico hecho para la elaboración del Plan de Acción Climática 2050 de Argentina, se registró un aumento en la frecuencia de sudestadas entre los periodos de 1943 a 1952 y 2004 a 2013. En combinación, las inundaciones costeras se convertirán en un riesgo cada vez más apabullante.
Ecología urbana
Pese a esto, para el gobierno de la Ciudad no es un destino certero que lo de Bahía Blanca podría suceder en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Si bien en el PAC identifican al sur y centro de la ciudad como las zonas con más riesgo de inundación, en el gobierno porteño aseguran que "más del 80% de la capital está preparada para lluvias fuertes y para aliviar rápidamente el agua".
Sin embargo, para la especialista en ecología urbana, cambio climático y gestión de recursos hídricos, Ana Carolina Herrero, la infraestructura gris de la ciudad -que tiene como objetivo redireccionar el agua que podría acumularse- no es suficiente.
"Yo creo que ninguna ciudad está preparada para tanta cantidad de precipitación en ese tiempo, porque las obras se hicieron con cálculos y con información de lluvias de décadas anteriores", argumenta.
Según información del Servicio Meteorológico Nacional, en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano se acumularon de 200 a 400 milímetros de lluvia entre el 7 y el 20 en marzo del año pasado.
"Yo creo que ninguna ciudad está preparada para tanta cantidad de precipitación en ese tiempo, porque las obras se hicieron con cálculos y con información de lluvias de décadas anteriores".
Ana Carolina Herrero, especialista en ecología urbana, cambio climático y gestión de recursos hídricos
En el caso del temporal del viernes pasado, solo en Bahía Blanca cayeron 210 milímetros hasta las nueve de la mañana del viernes y por la tarde se sumaron 80 más. Fueron 290 milímetros en 12 horas solamente.
Herrero resaltó la importancia de desarrollar lo que llama infraestructura "verde y azul" para que acompañe a todos estos sistemas hidráulicos, que consta de construcción de áreas verdes y lagunas artificiales que ayuden a redistribuir el agua que podría acumularse en una calle. Para Herrero, este método podría ser menos costoso y tan efectivo como ampliar las obras hidráulicas ante un incremento en la lluvia.
Por lo pronto, el Ministerio de Espacios Públicos e Higiene piensa en obras que tengan capacidad de infiltración, además de plantar nuevos árboles, algo que llaman "soluciones basadas en la naturaleza".
También el Ministerio de Ambiente de la ciudad lista la creación de Sistemas Urbanos de Drenaje, Áreas de Retención Temporal de Excedentes Hídricos y una red de áreas naturales y seminaturales para antes del 2050.
También explicaron a La Nación que pertenecen a un organismo internacional llamado C40, que congrega a 40 ciudades del mundo que buscan transicionar hacia un modelo sustentable y resiliente a eventos extremos.
Conurbano bonaerense
Si bien, las tormentas extremas son difíciles y aún hay varias medidas por hacer, Herrero opinó que la CABA está mucho más preparada que el conurbano bonaerense, al otro lado de la General Paz.
Según los datos de un estudio liderado por Herrero, la población con más riesgo de inundación se encuentra en los municipios de Malvinas Argentinas, Esteban Echeverría, Merlo, Lomas de Zamora y Morón. En estos cinco municipios, más de la mitad de sus habitantes corre riesgo de sufrir inundaciones.
Como explicó hace unos meses al citado medio Gustavo Villa Uria, exsubsecretario de Obras Hidráulicas de la Nación, "el conurbano es una región de muy baja pendiente, el agua se mueve lentamente y necesita grandes obras de infraestructura para drenar. Como sociedad hemos impuesto una ciudad de millones de habitantes en una zona de pantanos y humedales con cambios que modificaron la geografía del lugar".