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Justicia argentina condena a prisión perpetua a hombre por envenenar y matar a su esposo chileno para cobrar una herencia

La investigación demostró que Guillermo Germán Berjeli manipuló los sueros de su marido, Roberto Guzmán Jaque, mientras estaba internado en un recinto asistencial de Buenos Aires.

29 de Mayo de 2025 | 15:34 | La Nación, GDA/Editado por R. Jara, Emol
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Imagen de Guillermo Berjeli al momento de su detención en 2023.

La Nación, GDA
La justicia argentina condenó a prisión perpetua a Guillermo Germán Berjeli, de 47 años, un podólogo trasandino acusado de manipular los sueros que su esposo (de nacionalidad chilena) tenía colocados durante su internación en un recinto asistencial de Buenos Aires, hasta asesinarlo.

El fiscal general Manuel Fernández Buzzi había solicitado la pena máxima y los jueces hicieron lugar al pedido. En el alegato se aseguraba que el hombre retiró los sueros que se le suministraban a su esposo y los cambió por otros que contenían alcoholes diversos, como metanol o etilenglicol.

El accionar de Berjeli quedó registrado en las filmaciones de las cámaras de seguridad del sanatorio Anchorena, que de acuerdo al magistrado resultaron pruebas contundentes y detalladas. Las imágenes revelaron que el imputado no manipuló los sueros solo una vez, sino varias a lo largo de los días que duró la internación.

El fallo dictado por la jueza Cinthia Oberlander y sus colegas Adrián Pérez Lance y Juan Manuel Grangeat dictaminó que el imputado es autor de homicidio cuádruplemente agravado por el vínculo, por cometerse con alevosía, por el suministro de veneno y por codicia.

En el alegato de la fiscalía, también se explicó que el podólogo contrajo matrimonio con su pareja, el ciudadano chileno Roberto Alfonso Aquiles Guzmán Jaque, el 16 de septiembre de 2019 y que ambos convivían en una vivienda ubicada en el barrio porteño de Villa Crespo. En el mismo lugar vivía la madre de la víctima.

El 16 de diciembre de ese mismo año, es decir tres meses después, Guzmán Jaque sufrió una descompensación que derivó en una internación en el sanatorio Anchorena. El paciente tenía un cuadro de deterioro sensorial, insuficiencia renal, desorientación y alteración del habla.

Se conoció además, que la víctima era portador de VIH. Sin embargo, los médicos durante el juicio sostuvieron que se encontraba bajo control y que poseía una carga viral indetectable. Guzmán Jaque falleció el 12 de enero de 2020, a los 58 años, luego de 27 días de internación en terapia intensiva.

Al momento de culminar la investigación Diego Javier Slupski, titular del juzgado nacional en lo criminal y correccional N°19, dictó la captura del imputado. Berjeli se dio a la fuga y fue encontrado por la división homicidios de la Policía de la Ciudad el 18 de julio de 2023, al cabo de dos meses, en Mendoza, su ciudad natal.

Tras la denuncia de una enfermera, se pudo acceder a las imágenes de las cámaras que mostraban la sala de terapia en la que la víctima estaba internada. Allí se veía a Berjeli cambiar los sueros de su pareja por otros que traía en una mochila. Según se desprende tanto del juicio como de la investigación, los elementos traídos contenían alcoholes pesados como metanol o etilenglicol, que suelen utilizarse en solventes, anticongelantes o en cosméticos.

"Las imágenes son sumamente claras y elocuentes, no hay dudas de que estaba haciendo algo que no se podía hacer. La secuencia termina explicando cómo se introdujo la sustancia tóxica en el cuerpo de la víctima", señaló Fernández Buzzi. Además, agregó que el acusado intentó "hacer desaparecer" toda evidencia del crimen, por medio de cremar el cuerpo de su marido, luego de 48 horas de la muerte.

El fiscal aseguró: "Fue tan clara y evidente la manipulación que en el juicio terminó admitiendo que manipuló los sueros, aunque intentó dar una explicación inverosímil e inadmisible". En una primera oportunidad, el imputado expresó que llevó al sanatorio recipientes de solución fisiológica que habían sido bendecidos por un cura y que no había llevado agua, porque "podía estar contaminada".

Luego, en una segunda indagatoria, Berjeli aseguró que realizaba una "imposición de manos" sobre el cuerpo de su pareja y sobre los sueros para transmitirle "energía sanadora". El representante del Ministerio Público Fiscal, señaló: “No hay ninguna duda de que Berjeli estaba intoxicando a su marido porque quería causarle la muerte. Todo fue buscado, planeado y sabido”.

Respecto de la alevosía, una de las cuatro agravantes consideradas en la pena, el fiscal explicó que "mientras parecía que era un esposo atento y preocupado por su cónyuge, en realidad lo estaba matando". Luego añadió que las sustancias puestas en los sueros puede ser consideradas venenos, ya que provocan un desequilibrio orgánico que lleva a la muerte de las personas que las consumen.

En los registros de las cámaras reproducidos en el juicio, se pudieron observar un total de 13 maniobras destinadas a manipular el suero, llevadas a cabo durante 10 días consecutivos, entre el 2 y el 11 de enero de 2020, causadas por el imputado a los fines de asesinar a su esposo.

Cobro de herencia


En lo que respecta a la agravante de la codicia, la investigación afirmó que Berjeli mató a su esposo con la finalidad de cobrar su seguro de vida en Argentina y también heredar los bienes que éste poseía en Chile.

De acuerdo con familiares de Roberto Guzmán, estos bienes consistían en un fondo común de inversión por un valor estimado de 100.000 dólares, dinero en la cuenta bancaria que poseía en el Banco Security y un departamento en Santiago avaluado en aproximadamente 200.000 dólares.

Sin embargo, Berjeli no logró quedarse con los bienes de su marido ya que en esa época Chile aún no reconocía legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo, por lo que no pudo legitimar el vínculo ni adquirir derecho alguno sobre el patrimonio de su cónyuge.
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