El presidente de Argentina,
Javier Milei, sembró dudas sobre el futuro de su país en el
Mercosur, en el marco de la cumbre del bloque celebrada este jueves en Buenos Aires, donde el Mandatario libertario cede la presidencia pro témpore del grupo a su par brasileño,
Luiz Inácio Lula da Silva.
"Si bien fue creado con nobles intenciones, el Norte se fue empantanando, privilegiando solo a algunos sectores, favoreciendo una estructura elefantiásica. Se incumplió el objetivo inicial, de mercado y de común quedó cada vez menos", cuestionó Milei en su discurso inaugural en la ceremonia celebrada en la sede de la Cancillería argentina. Y agregó: "Propusimos un esquema más libre, en lugar de la cortina de hierro a la que hoy estamos sometidos. Debemos dejar de pensar el Mercosur como un escudo frente al mundo, y verlo como una lanza".
Luego,
abrió la puerta a una posible salida del bloque, si es que Brasil no sigue los lineamientos y políticas desarrolladas en los últimos meses. "Si los socios del bloque insistieran en el mismo camino que no dio resultado,
entonces tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad, que nos unen", dijo Milei. "Emprenderemos el camino de la libertad,
y lo haremos acompañados o solos, porque - como ya he dicho - Argentina no puede esperar", insistió el primer mandatario.
Así, puso en duda la continuidad de Argentina en el Mercosur, tal como lo había hecho en el inicio de su presidencia.
"Termino esta presidencia dejando este compromiso a la siguiente presidencia del bloque, a cargo de Brasil, seguro de que juntos lograremos dotar al Mercosur de una herramienta necesaria para combatir eficazmente el crimen trasnacional organizado. En esta misma línea, tampoco podemos hacer la vista gorda con los numerosos casos de detenciones ilegales en Venezuela", enfatizó el Presidente trasandino. En ese marco, el jefe de Estado continuó: "Reiteramos nuestro firme reclamo por la pronta liberación del gendarme argentino Nahuel Gallo".
Cuando le tocó contestar, y sin abandonar un tono calmo, Lula dio una visión diametralmente opuesta. "Uno busca los lugares donde se siente seguro, y para Brasil ese lugar es el Mercosur", dijo el presidente brasileño. "Tenemos una red de acuerdos que se extendió a los estados asociados, toda América se transformó en un área de libre comercio", destacó, e insistió: "Estar en el Mercosur nos protege".
El presidente de Brasil reivindicó la existencia del Arancel Externo Común, y detalló una agenda propia. La emprendió contra el "negacionismo ambiental", en una alusión a las posturas que suele enarbolar el gobierno argentino en relación al cambio climático. Insistió en la necesidad de construir un "Mercosur verde", una postura que los libertarios rechazan de plano. Y enfatizó en la necesidad de "fortalecer" el Instituto de Derechos Humanos del Mercosur, que funciona en Argentina y al cual el gobierno argentino viene quitando atribuciones y fondos.
A diferencia de su par argentino, que no lo mencionó, Lula destacó al papa Francisco y al expresidente de Uruguay José "Pepe" Mujica. "Dos grandes pérdidas de dos grandes líderes", dijo.
A su turno, los presidentes de Uruguay y Bolivia, Yamandú Orsi y Luis Arce, se expresaron en sintonía con su par brasileño, ya que ambos defendieron la estructura actual del Mercosur. El Mandatario boliviano, además de cuestionar el "genocidio" de Israel hacia los palestinos, pidió que "Estados Unidos no se involucre más de lo que está en la región", y dijo que el Mercosur "tiene un rol fundamental que jugar" en la búsqueda de ese equilibrio. El presidente de Paraguay, en cambio, se mostró más cercano a las posturas de su par argentino.
Minutos antes de las 12, el Presidente agradeció a los presentes y cumplió con el traspaso formal a Brasil de la presidencia del bloque. Después de golpear al tradicional martillo, Lula se sentó al lado de Milei y buscó conciliar posiciones.
El líder brasileño expresó su deseo de firmar el acuerdo con la Unión Europea "antes de que termine el mandato" en la presidencia del bloque. Prometió "estudiar muy bien" la propuesta argentina de creación de una agencia contra el delito transnacional. Apoyó el reclamo argentino sobre las Islas Malvinas y dijo haber escuchado las criticas "por la falta de rapidez en la toma de decisiones". Cerraron ambos con un abrazo algo forzado, pero abrazo al fin.
El recibimiento
En un contexto de frialdad apenas disimulada entre el presidente argentino y su par de Brasil, comenzó la reunión semestral de presidentes del Mercosur, con un dato extra que suma ruido en el vínculo entre los países más grandes del bloque regional: la probable visita de Lula a la expresidenta Cristina Fernández, que cumple prisión domiciliaria en su departamento en Buenos Aires.
Con asistencia perfecta de los cinco presidentes -anteayer llegó el mandatario uruguayo Yamandú Orsi, ayer el paraguayo Santiago Peña y hoy por la madrugada el boliviano Luis Arce, cuya presencia estaba en duda- más invitados como el mandatario panameño José Raúl Mulino, la vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, y diplomáticos de Chile (representado por el canciller Alberto van Klaveren), Perú y Colombia, los presidentes comenzaron, a partir de las 10:00 (09:00 hora chilena), a debatir un amplio temario, en el que sobresale el acuerdo para la ampliación a 50 rubros por país de las exenciones al Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur, exenciones que Argentina necesita de modo imperioso para finalizar su ansiado acuerdo comercial con Estados Unidos.
Milei llegó a la cita a las 09:20 (08:20 en Chile), fue recibido por el canciller Gerardo Werthein y con él subió las escaleras hacia el primer piso del palacio. Al rato llegó la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, tomada por las cámaras oficiales, antes de la bienvenida a los presidentes y ministros participantes. Sobrio con Orsi y algo más distante con Arce, Milei prodigó un largo abrazo a Peña, antes de la llegada de Lula.
El inconveniente durante la entrada del presidente de Brasil se desencadenó cuando la seguridad no permitió el ingreso junto a él del fotógrafo oficial, Ricardo Stutckert. Solucionado el inconveniente, el presidente de Brasil fue el único mandatario que contó con fotógrafo propio durante las deliberaciones.
Luego de las deliberaciones y el traspaso oficial de la presidencia pro-témpore de Argentina a Brasil, los presidentes compartieron un almuerzo en la misma sede diplomática. Almuerzo al que no concurrió el Mandatario brasileño, quien sostiene claras diferencias políticas e ideológicas con el gobierno libertario, aún sin choques directos en los últimos meses. Como se preveía, Lula prefirió visitar a Cristina Fernández en su domicilio, al que llegó antes de las 13.
El Presidente de Brasil, que a sus 79 años suele llegar la noche anterior a cada evento internacional en el que participa luego de distintos episodios y problemas de salud, comenzó la jornada muy temprano, al recibir en la residencia de la embajada de Brasil a su par de Paraguay Peña, en un contexto de tensión bilateral, luego de las acusaciones de espionaje contra funcionarios brasileños en el marco de las negociaciones por la represa binacional Itaipú. A las 15:00 horas (14:00 hora chilena) está previsto su vuelo de regreso a Brasilia.
Lo espera ser anfitrión en una nueva cumbre de mandatarios del grupo BRICS, el mismo que integran además, y como fundadores, Rusia, India, China y Sudáfrica. Grupo al que Milei renunció en el inicio de su mandato, cuando aseguraba que no tendría tratos comerciales con países "comunistas".
Su perspectiva, con el correr de la gestión, ha cambiado: el líder trasandino mejoró de a poco sus vínculos con el Mercosur, al que calificaba de "lastre"; habla muy bien de China aunque aún no concretó su promesa de viajar el gigante asiático; y recibirá el sábado en Casa Rosada al primer ministro de India, Narendra Modi.