De Godzilla a Shingeki no Kyojin: Así es cómo la bomba atómica transformó la cultura de Japón
A 80 años del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, la sombra de la tragedia sigue impregnando el arte japonés, con monstruos, ciudades arrasadas y mutantes que moldean un trauma nacional.
Las bombas atómicas no solo dejaron ciudades en ruinas, también transformó para siempre el imaginario cultural japonés.
Desde el rugido radiactivo de Godzilla hasta las ruinas distópicas de Akira y Neon Genesis Evangelion, la narrativa del desastre, la mutación y la supervivencia se convirtió en un eje central del manga, el anime y el cine japonés.
A través de monstruos y mundos postapocalípticos, Japón canalizó el trauma de la guerra en historias que entretienen y conmueven al mundo más allá de las fronteras niponas.
El arte tras el horror de las bombas atómicas
Las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki influyeron profundamente, y durante décadas, en la cultura japonesa.
Siendo, por ejemplo, la causa de inspiración para el aliento atómico de Godzilla, o de una gigantesca cantidad de historias plasmadas en 80 años de mangas, y otras expresiones artísticas.
El título en japonés del manga "Astro Boy" es "Átomo poderoso", mientras que otros animes famosos como "Akira", "Neon Genesis Evangelion" y "Shingeki no Kyojin" ( o "Ataque de los titanes" en español), muestran explosiones a gran escala.
Grafiti de Astro Boy en Tokio. | Wikimedia
"Atravesar un sufrimiento extremo" y exorcizar un trauma es un tema recurrente en la producción cultural japonesa, comentó William Tsutsui, profesor de Historia en la Universidad de Ottawa.
Esto "fascinó al público mundial", enfatizó.
La influencia de la catástrofe en la cultura japonesa
Las bombas atómicas estadounidenses lanzadas en agosto de 1945 causaron alrededor de 140.000 muertos en Hiroshima y 74.000 en Nagasaki.
Pese a ello, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, las historias de destrucción y mutaciones se asociaron al temor a las frecuentes catástrofes naturales y, después de 2011, al accidente de Fukushima.
Si bien algunos poemas "describen el terror puro causado por la bomba atómica en el momento en que fue lanzada", muchas obras abordan el tema de forma indirecta, confirmó la escritora Yoko Tawada.
Explosión tras impacto de la bomba atómica en Hiroshima. | AFP
En su libro "El emisario", publicado en Japón en 2014, Tawada se centra en las secuelas de una gran catástrofe, inspirándose en las similitudes entre las bombas atómicas, Fukushima y la "enfermedad de Minamata", un envenenamiento por mercurio debido a la contaminación industrial en el suroeste de Japón desde la década de 1950.
"No se trata tanto de una advertencia como de un mensaje para decir: las cosas pueden empeorar, pero encontraremos la manera de sobrevivir", explicó Tawada.
Dar rostro a "miedos abstractos"
"Godzilla" es sin duda la creación más famosa que refleja la compleja relación entre Japón y la energía nuclear.
Ello debido a que se trata de una criatura prehistórica despertada por ensayos atómicos estadounidenses en el Pacífico.
Primera película de Godzilla (1954). | AP
"Necesitamos monstruos para dar forma y rostro a miedos abstractos", afirmó Tsutsui, autor del libro "Godzilla en mi mente" (no traducido al español).
"En la década de 1950, Godzilla cumplió ese papel para los japoneses, con la energía atómica, con las radiaciones, con los recuerdos de las bombas atómicas", añadió.
Muchos salieron llorando del cine después de ver a Godzilla arrasar Tokio en la película original de 1954.
El tema nuclear está presente en las casi 40 películas sobre Godzilla, pero a menudo no se destaca en las tramas.
"Al público estadounidense no le interesaban mucho las películas japonesas que reflejaban el dolor y el sufrimiento de la guerra y que, en cierto modo, hacían referencia negativa a Estados Unidos y a su uso de las bombas atómicas", según Tsutsui.
Pese a todo, la franquicia sigue siendo muy popular, y "Godzilla Resurge" tuvo un gran éxito en 2016. La película se percibió como una crítica a la gestión de Fukushima.
Los supervivientes de Hiroshima
"Lluvia negra", novela de Masuji Ibuse de 1965 sobre la enfermedad y la discriminación causadas por la radiación, es uno de los relatos más conocidos sobre el bombardeo de Hiroshima.
Ibuse no era un superviviente, lo que alimenta un "gran debate sobre quién tiene legitimidad para escribir este tipo de historias", explicó Victoria Young, de la Universidad de Cambridge.
Kenzaburo Oe, escritor y premio Nobel de Literatura en 1994, recopiló testimonios de supervivientes en "Cuadernos de Hiroshima", una colección de ensayos escritos en la década de 1960.
Superviviente al bombardeo atómico camina por los escombros de Hiroshima. | AP
Oe optó deliberadamente por el género documental, señaló Yoko Tawada.
"Se enfrenta a la realidad, pero intenta abordarla desde un ángulo personal", incluyendo su relación con su hijo discapacitado, añadió.
Tawada vivió en Alemania durante 40 años, después de crecer en Japón.
"La educación antimilitarista que recibí hacía pensar a veces que solo Japón fue una víctima" durante la Segunda Guerra Mundial, relató.
"En lo que respecta a los bombardeos, Japón fue una víctima, sin duda", pero "es importante tener una visión global" y tener en cuenta las atrocidades que también cometió.
De niña, las ilustraciones de los bombardeos atómicos en los libros le recordaban a las descripciones del infierno en el arte clásico japonés.
"Me llevó a preguntarme si la civilización humana no era en sí misma una fuente de peligros", subrayó.
Desde esta perspectiva, las armas atómicas no serían tanto "un avance tecnológico como algo que acecha en el seno de la humanidad", agregó.