Durante una extensa entrevista concedida al historiador británico Niall Ferguson, que giró en torno a la economía, el presidente de Argentina Javier Milei criticó con dureza al primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, y al presidente de Francia, Emmanuel Macron.
¿La razón? La decisión de los mandatarios europeos de reconocer a Palestina como estado soberano en medio de las acusaciones a Israel por la guerra en Gaza.
"Están equivocados", manifestó cuando Ferguson quiso saber qué pensaba sobre la decisión de ambos países.
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El wokismo ha infectado su manera de pensar tanto que no se dan cuenta del error que sería (reconocer a Palestina como Estado). Israel está siendo atacado por dos lados. Por un lado, por regímenes que pregonan la desaparición del Estado de Israel. Estos asesinos han encontrado un aliado inesperado, la izquierda", dijo.
Y agregó: "Israel es el corazón del capitalismo, porque el capitalismo está basado en valores judeo-cristianos. La Izquierda ataca a Israel no por el hecho de atacar a Israel en sí mismo, sino para atacar el origen del capitalismo".
Hace diez días, Francia anunció que reconocerá al Estado de Palestina y provocó una suerte de efecto dominó.
Con ese antecedente, el Reino Unido dijo lo mismo, en medio de acusaciones cruzadas contra la hambruna en Gaza y las presiones internacionales de asistencia a la población palestina. Canadá también se manifestó en la misma línea.
Según adelantó Macron, el reconocimiento formal al Estado de Palestina lo hará en septiembre, mientras que enfatizó que lo urgente es "que se acabe la guerra en Gaza y salvar a la población civil" pese al apoyo demostrado por el mandatario a Israel después de los ataques de la organización terrorista Hamas del 7 de octubre de 2023.
Francia es el país europeo más grande y poderoso de los que han reconocido a Palestina. Más de 140 países reconocen un Estado palestino, incluidos más de una docena en Europa, pero Estados Unidos y la mayoría de sus aliados cercanos no. Con la decisión de Macron, Francia se convertiría en el primer país del G-7, los siete principales países industrializados —que también incluye a Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Alemania, Japón e Italia—, en hacerlo.