La ministra de Seguridad de Argentina,
Patricia Bullrich, responsabilizó al gobernador de la Provincia de Buenos Aires,
Axel Kicillof (peronismo), por los incidentes ocurridos la noche del miércoles en el partido entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile, que dejaron a varios hinchas del club nacional lesionados y detenidos.
"Lo de ayer en Independiente fue una tragedia. El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires dejó que la violencia se adueñe de la cancha porque les da miedo hacer intervenir a la Policía bonaerense para recuperar el orden. Se olvidaron de cuidar a las familias y a los hinchas de bien", dijo Bullrich en su cuenta de X.
La funcionaria del Gobierno de Javier Milei compartió un comunicado oficial del Ministerio de Seguridad Nacional "frente a
la violencia desatada por la hinchada visitante y la inacción de las autoridades de la Provincia de Buenos Aires", responsable de la seguridad en la región donde se ubica Avellaneda.
"La Policía Bonaerense y la Aprevide (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte) condujeron un dispositivo con fallas graves: ingreso violento de la barra visitante, destrozos, proyectiles, deficiencias en las requisas y desoír la recomendación de Conmebol de instalar redes de contención. Además, la Policía recibió la orden de no intervenir desde antes del inicio del partido, lo que prolongó la violencia sin control y dejó una tragedia", afirmó la entidad.
De acuerdo con la cartera de Seguridad, "esta irresponsabilidad se agrava cuando el gobernador Axel Kicillof y el presidente de la AFA (Claudio "Chiqui" Tapia) deciden, de manera inconsulta, llevar adelante una acción propagandística y electoral anunciando el regreso del público visitante en el fútbol local, con una evidente incapacidad de acción y la falta de planificación y de medidas de prevención necesarias".
Esto fue reafirmado por la propia Bullrich en su publicación: "El
inútil de Kicillof se saca fotos con Tapia para la vuelta de las dos hinchadas por puro show electoral, pero es evidente que no puede garantizar la seguridad ni cuidar a la gente", dijo.
El Ministerio de Seguridad, en tanto, remarcó que "como contracara, las fuerzas federales actuaron de acuerdo con sus responsabilidades: la Gendarmería Nacional requisó los micros de la barra visitante en el ingreso al país; el programa Tribuna Segura controló a más de 25.000 asistentes en el estadio, aplicando admisiones y capturas; y se impidió el ingreso de Juan 'El Gordo Juani' Lenzicki, jefe de la barra de Independiente con restricción vigente".
Gobierno de Kicillof responsabiliza a la Conmebol
Por su parte, el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, salió al paso de las críticas por el operativo de seguridad en el partido entre Independiente y la U y responsabilizó directamente a la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), encargada de la organización del encuentro.
"Siempre los partidos internacionales organizados por FIFA o por Conmebol recibieron público visitante, incluso cuando desde la Provincia habíamos prohibido ese ingreso. Sin embargo, los protocolos de la competencia de la Copa Libertadores exigen a los clubes la presentación de un plan operativo; ninguno de esos protocolos se cumplió", dijo a Infobae Vivo.
En esa línea, el ministro recalcó que la recomendación de la Policía bonaerense era suspender el partido en el primer tiempo.
"El partido se tenía que suspender y desalojar las tribunas, la gente se iba a ir, que fue lo que ocurrió", dijo Alonso, quien habló de la "responsabilidad clara de la Conmebol en demorar la suspensión del partido".
"Nunca íbamos a reprimir con gases o balas de goma en una tribuna donde había familias, mujeres y niños. Separar a los violentos de las personas comunes fue imprescindible para evitar una tragedia aún mayor. Si el partido se hubiera suspendido a tiempo, estábamos en condiciones de desalojar el estadio sin que ocurriera nada de todo esto, pero no se cumplieron los protocolos. Lo que pasó fue consecuencia de la falta de decisión y del fallo de la seguridad privada", enfatizó.
Las acusaciones cruzadas surgen en medio de un tenso clima político en Argentina, de cara a las elecciones municipales de la Provincia de Buenos Aires que se celebrarán en septiembre, y los comicios para elegir el Congreso Nacional, programados para octubre próximo.
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, es uno de los rostros fuertes del peronismo y un fuerte crítico de la administración de Javier Milei. La citada provincia es uno de los bastiones electorales del peronismo, por lo que La Libertad Avanza (el partido del Mandatario) formó una alianza con el macrismo para quitarle votos.